Hay «algo» entre los derechos humanos, la justicia y la derecha chilena

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Lagos Nilsson.

¡Todo iba tan bien…! Los 33 mineros contentos allá abajo (de la tierra), las perforadoras a todo dar, la presencia del ministro estrella del gobierno… Y el fragoroso bicentenario aportaba lo suyo (vil centenario lo denominó el escritor Lemebel). Estaban esos mapuche, sí, ¡en huelga de hambre los brutos!, como si tuvieran algo que temer del Estado. Pero, en fin, la prensa ayudaba a no hacer muchas olas. Y entonces saltó una mujer, magistrada, además, que perdió a su prole. Y el sempiterno Jaime Guzmán. La cosa se pudre.

 

Con o sin bicentenarios, chicha en cacho, doblada de mano a un sector de los deudores habitacionales —los recursos para lo conveniente siempre los hay—, el gobierno de "unidad nacional" podía reposar de los festejos recientes.

No pudo. Salieron asuntos al ruedo o llegaron al baile y no se ve "muñeca" posible para salir del enredo. Los botones de la muestra (cuyos ojales fueropn prolijamente bordados a lo largo de 20 años) puede que quieranb decir a los bloques oficialista-opositor el viejo ¡sálvese quién pueda!

Los mapuche

Setenta y dos días sin probar bocado es asunto serio, incluso si se trata de dirigentes mapuche (los mapuche están acostumbrados a tener hambre: gobiernos muchos se han encargado de que lo aprendan); gente que reclama de la única forma en que pueden, cerrados todos los caminos que la Humanidad abrió a lo largo de siglos, por cosas tan baladíes como no ser juzgados por una doble administración de justicia: civil y militar —que "sabe" antes del proceso que son culpables de alguna cosa fea— y porque declaran en su contra probos "NN" (no los NN muertos por la dictadura, sino testigos "encubiertos", y de rostro tapado, así,, como clandestinos que perciben ayuda económica de la Fiscalía.

Con el crepúsculo del martes 21 de este setiembre primaveral una ambulancia o un simple furgón —con buena escolta armada— salió veloz de la prisión de Angol: en el vehículo viajaban, convenientemente "asegurados" dos de los dirigentes en huelga de hambre. ¿dirán que sufrieron una simple descompensación?

No importa, el gobierno se pronunció por una mesa de diálogo con una senciulla y razonable condición:que la otra parte —los mapuche— no tengan derecho a saber de qué quiere hablar la autoridad, y menos a proponer un tema para charlar.

¿Les pedirán que hagan sopaipillas para los funcionarios? Son capaces de todo.

Pedir la extradición de Apablaza tras negar la de Pinochet

No es la única mala nueva para el gobierno de Chile; hay fundadas presunciones en el sentido de que la "devolución" de Galvarino Apablaza, al parecer integrante del comando que cumplió con la sentencia de pena de muerte al autor intelectual de miles de asesinatos: un entonces senador Jaime Guzmán —otrora asesor del Tata que muchos prohombres "gubernamentalistas" todavía aman, algunos en culpable secreto, pocos de viva voz— tropieza en la Argentina: cuestiones jurídicas, procesales y éticas.

Como es natural dirigentes de la UDI —ese remedo chileno del fascismo de los años treintas del siglo pasado italiano— se desgañitan: sería una falta de respeto a Chile, dicen, país democrático donde la institucionalidad está fuera de cualquier sospecha. Solo que, como dijo el capítulo correspondiente a la Asociación Americana de Juristas, no hay muchas garantías de que reciba un juicio correcto en el país.

Habrán esos juristas leído sobre los procesos a los mapuche o la seria y ponderada investigación a un joven pakistaní —estudiante en Chile— al que los guardias de seguridad de la USAembajada le "encontraron" rastros de poderoso explosivo en ¡su teléfono celular! cuando acudió a esas oficinas citado, ay, mera coincidencia, por la misma embajada?

Entonces el ministro del Interior chileno aseguró que el apresado pakistaní debía ser culpable de algo. La gente  de la CIA —tal vez del Mossad— que el ministro Hinzpeter quizá admire por su profesionalismo, al parecer así lo aseguraban. Todo terminó como una pelota desinflada y abandonada tras un mal juego.

El inefable Jovino Novoa, un lustroso ex funcionario de confianza de la dictadura, aseguró que a la Argentina "no le queda otra alternativa (que aprobar la extradición) después del fallo de la Corte Suprema, y cualquier otra decisión que tome, a mi modo de ver, sería una ofensa grave al Estado de Derecho de nuestro país".

Contrarioo sensu, con una falta de patriotismo incalificable, el abogado de Apablaza, Rodolfo Yanzón, recordó que Chile no colaboró con la extradición del ex dictador [innecesario escribir su nombre: no lo merece y además trae mala suerte] y su más estrecho colaborador, el ex jefe de la policía secreta [otra bestia], solicitada por Argentina en el marco del juicio por el asesinato del ex general Carlos Prats y su cónyuge, cometido en Buenos Aires en 1974; la prensa citó:

"Chile habla de colaboración judicial pero no colaboró —dijo— con la extradición de … … ni de … … cuando las autoridades argentinas lo solicitaron. Si las autoridades chilenas hablan de colaboración judicial, les pido que revisen su propia historia".    

La Comisión interamericana de derechos hummanos

“Sorprendido” es el eufemismo usado por el gobierno chileno para describir su reacción a propósito del acuerdo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que significa demandar al Estado por la discriminación sufrida por la jueza Karen Atala a causa de su homosexualidad en el juicio por la custodia de sus hijas.

Otra personalidad infefable, la vocera del despacho presidencial, Ena von Baer salió del estupor: “Estamos sorprendidos porque el gobierno avanzó en las recomendaciones de la comisión, se conformó una mesa de trabajo y se está avanzando en una ambiciosa agenda antidiscriminación tanto en programas desarrollados por distintos ministerios como en políticas publicas, como también en el compromiso de impulsar la ley antidiscriminación”, dijo.

La ministra dijo también que el Estado (en rigor el gobierno) va a defenderse: “Consideramos que cumplimos y estamos cumpliendo, y manifestamos una voluntad irrestricta con impulsar una agenda antidiscriminación en nuestro país”.

Que su dios los ampare —y al resto nos pille confesados.

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