Indignación ciudadana: – EL AROMA DE LA CELULOSA

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

Antonia Fortt, ingeniera medioambiental de Oceana, explicó que “la idea era que la gente que don Anacleto Angelini sintiera personalmente los desagradables olores que día a día tienen que soportar los vecinos que viven alrededor de sus plantas de celulosa”.

Fortt agregó que estas movilizaciones tienen como objetivo mostrar el rechazo ciudadano a la instalación de enormes complejos industriales que envenenan las aguas y el aire, afectando la calidad de otras actividades económicas propias de los valles y costas del sur, y que por cierto dan trabajo a la mayoría de su población, como la agricultura, la vitivinicultura, la pesca y, de manera incipiente, el turismo.

Clara Subercaseaux , vocera de Pro Playa, señaló por su parte: “Nosotros queremos cuidar nuestro medio. El mar es un recurso enorme pero no infinito, éste no va absorber los desechos sino esparcirlos por nuestras costas”.

Subercauseaux expresó que es inaceptable que el mar sea visto como un gran basurero.
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Ejemplos del daño de las celulosas se han confirmado con el último estudio del científico Sandor Mulsow de la Universidad Austral, que concluye que la alta concentración de sulfatos en los afluentes de la planta Valdivia de Celulosa Arauco y Constitución provocaron la muerte de los cisnes de cuello negro en el Santuario de la Naturaleza Carlos Andwanter. Para Fortt, algo similar podría suceder si se abre la planta de Nueva Aldea, ya que estaría en riesgo la vida del Valle de Itata.

Finalmente, los representantes de las principales organizaciones ambientales del país informaron que éste fue el primero de una serie de actos que organizan para las próximas semanas, todos con el objetivo de evitar la apertura de una nueva planta de CELCO y evitar así el grave daño ambiental en la VIII Región.

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ITALIA Y LAS ARTES PROHIBIDAS

Investigadores de Océana destapan el escándalo de una gran flota de rederos de deriva ilegales actuando desde puertos sicilianos y calabreses. Calabria y Sicilia son las regiones que en mayor medida contribuyen a la ilegalidad en el uso de este arte de pesca prohibido.

Un equipo de investigadores de Océana realizó un viaje cubriendo más de 2.000 kilómetros por carreteras costeras del Sur de Italia y Sicilia. Durante cinco días recorrieron minuciosamente todos los puertos de las regiones de Campania y Calabria, en la península italiana, y las costas norte y oeste de Sicilia. Incluso algunos de los puertos más minúsculos de esta zona del país se han descubierto como refugio de docenas de rederos de deriva ilegales de todos los tamaños.

El equipo de Océana –un biólogo marino especialista en artes de pesca, un camarógrafo y un fotógrafo–, con el fin de inventariar el máximo número de barcos que utilizan ilegalmente redes de deriva para la captura de pez espada, combinó los patrullajes que a lo largo de las últimas semanas lleva a cabo su catamarán de investigación con una inspección realizada directamente en los puertos.

Fueron visitados 20 puertos. En 12 de ellos se pudo detectar al menos 37 rederos de deriva –presuntamente ilegales– con red a bordo o con evidentes instalaciones para ocultarlas. Cualquier redero de tamaño pequeño y que llevase a bordo red que pudiese no exceder los 2.5 km autorizados por el decreto del gobierno italiano fue excluido de la lista. La estimacion de longitud de redes se hizo de forma conservadora.

Según Oceana, se excluyó de la lista a barcos sobre los que no se tenía una certeza total de su ilegalidad. A los barcos detectados en puerto se tienen que añadir los nueve pesqueros que el Oceana Ranger interceptó faenando en el mar, lo cual hace ascender el número de rederos de deriva descubiertos hasta el momento a 46.

“El resultado ha superado, lamentablemente, todas nuestras predicciones –afirmó Xavier Pastor, director de la expedición–. Los puertos de Calabria y Sicilia están llenos de pesqueros cargados hasta la borda de redes de deriva y boyas de iluminación de las mismas, y cuyas popas están dotadas de los inconfundibles carreteles de tres ruedas que permiten el manejo de las redes prohibidas”.

Muchos de los pesqueros llevan, además de las redes, anzuelos de palangre para justificar que han realizado sus capturas con estos. Otros armadores han convertido sus barcos arrastreros en rederos de deriva, pero conservan la arboladura, los grandes carreteles de cable de acero e incluso los aparejos de arrastre en cubierta para confundir a quienes les observan desde lejos. Además, la mayor parte de los rederos de mayor tonelaje cubren las cubiertas de sus barcos de las miradas curiosas, rodeándolas de un carenado de tablero y lona que impiden ver los kilómetros de red que acumulan en popa.

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Los investigadores de Oceana disponen de imágenes de la descarga, en algunos puertos, de pez espada o atún directamente desde los pesqueros a camiones frigoríficos que se colocan en el muelle junto al barco. Desde alli, sin pasar ningún control, los camiones salen hacia circuitos piratas de comercialización del pescado capturado ilegalmente. Oceana ha seguido a alguno de estos camiones y ha podido comprobar cómo se introducía en el sótano de un edificio privado de viviendas, cerca de Cetraro Marina, a través de una verja protegida por numerosos perros pastores alemanes.

Muchos de los armadores y tripulantes de los barcos sorprendidos por las investigaciones de Oceana utilizando redes de deriva, se han repartido más de 200 millones de euros en forma de subsidios que la Unión Europea destinó a subvencionar la retirada de las redes de deriva y sustituirlas por artes más selectivas.

Oceana está haciendo llegar toda esta información de manera detallada a las autoridades italianas y comunitarias. La misma forma parte de un extenso informe que Oceana prepara para remitir a la Comisión Europea, al Parlamento Europeo, la Oficina de Control de Fraude de la Unión Europea (OLAF) y el nuevo gobierno italiano. Este último, que ha heredado la situación actual, tiene la obligación de restablecer la legalidad en la actividad pesquera italiana de forma inmediata.

“Si un grupo de voluntarios de una organización no gubernamental es capaz de realizar en una semana una investigación que pone en evidencia la presencia de rederos ilegales en los puertos y la descarga en los mismos de especies cuya captura está prohibida con estas artes, es lícito pensar que las instituciones del Estado italiano podrían llevar a cabo esta actividad de forma mucho más eficaz”, declaró Xavier Pastor, director de Oceana en Europa. “Solo es necesario que el nuevo gobierno ponga en marcha los mecanismos que obliguen al cumplimiento de la legislación pesquera”.

Como se constata, en materia de depredación ambiental se cuecen habas en todas partes, sólo que no son comidas por ningún burro.

(En www.mundosolidario.org).

Más infoirmación puede enciontrarse en el portal de Océana:

www.oceana.org.

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