La fotografía no es un sueño: trabajos de Gino Lovecchio en Buenos Aires

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Lagos Nilsson.

Nació y creció por los accidentes de la costa de lo que fue la Magna Grecia, allá en Italia Luigi Gino Lovecchio, pero sus amigos y fotografías dan cuenta de un largo viaje que sólo la suerte, al final, dirá si se convierte en periplo. Gino no es hombre de movimientos rápidos sino cuando el instinto le dicta —no hay otra palabra para definir el alerta del artista— lo que transcurrirá frente al objetivo de su cámara. Lo mueve y conmueve también la poesía, que practica casi ocultamente con el revés de la memoria y el sabor del vino. No es todo.

Ninguna persona es lo que la define, las partes no describen, sumadas no son el todo, no lo pueden contener, no lo hacen (aunque a veces la destruyan). Y con la única bandera que sabe enarbolar: la de la honestidad. Otros apreciarán —o no— el aparato técnico, la justeza estilística, la perspectiva y la mirada.

Pensamos que con estos trabajos cumplió con el objetivo del artista: ayudarnos a mirar, conmovernos desde nosotros mismos; en cierta forma decirnos que no todo está perdido. Que hay un espacio para pensar la vida.

 

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