Ley Especial de Refugios, la mezquindad opositora

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Néstor Francia.*

En todos los sentidos, la mezquindad de la oposición venezolana no deja de sorprender. Ahí están por ejemplo, los impenitentes canallas de Globovisión, que en su página-web encabezan una información sobre la Ley Especial de Refugios Dignos, promulgada por Chávez dentro de las atribuciones que le confiere la Ley Habilitante. La reseña es encabezada por un titular capcioso: “Refugio digno: un baño para veinte personas”.

En realidad, la ley establece varios tipos de refugios según las condiciones del asentamiento, y en uno de ellos se habla de un baño para veinte personas. Al mismo tiempo, promueve los valores de la convivencia y la vida en comunidad. Pero el fondo de este asunto es que jamás se había dado a los damnificados soluciones más dignas que las actuales.

En la Cuarta República, cuando ocurrían estos desastres, las víctimas eran confinadas en refugios insalubres, lanzados en colchonetas como animales en galpones de mala muerte y rápidamente olvidados, hasta que regresaban a sus lugares de origen para volver a vivir en alto riesgo.

Ahora el tratamiento es muy diferente, no solo se les atiende tratando al máximo de crear las condiciones más dignas posibles, sino que se les da algo invalorable: esperanza. Ahora inclusive se presenta esta ley, que es un instrumento hecho pensando en el pueblo, y no como en las legislaciones del puntofijismo, que sobre todo favorecían a los poderosos. Pero estos logros nunca serán reconocidos por la canalla mediática, a la cual le importa un bledo el pueblo desposeído y que solo piensan en los intereses mezquinos de las élites. Como diría el filósofo, no se le puede pedir peras al horno.
   
Y hablando de los medios, el camarada José Vicente Rangel ha vuelto a dar muestras de ingenuidad y de cierto desconocimiento del momento histórico que se vive en Venezuela y en el mundo, al responsabilizar a la presión de los medios por la indisposición al diálogo de los políticos de la derecha. Es verdad que puede haber alguno entre los opositores que piense que es posible dialogar, pero sería la excepción que confirma la regla. En realidad, ya se ha dicho, la mayoría absoluta de la entente opositora no puede estar dispuesta al diálogo, no porque la presionen los medios de la derecha, sino porque es igual a ellos, representa lo mismo y persigue los mismos objetivos.

Los opositores actúan como agentes del Imperio y de la oligarquía y su única razón de ser es derrocar a Chávez y acabar con la Revolución Bolivariana. No buscan nada positivo que justifique un diálogo.

Igualmente es descaminado insinuar, como la hace JVR, que el chavismo se comporta igual y que “tiene que haber voluntad de las partes para creer en la sinceridad de lo que plantea el adversario” ¡Bien pendejo sería el pueblo si se pone a creer en la “sinceridad” de la derecha! Al pueblo lo que le corresponde es luchar a brazo partido por el socialismo y tratar de dar al traste, cada vez que pueda, con las perversas intenciones de la oposición.
    
La oposición, por cierto, ya ha salido a despotricar contra la meta anunciada por Chávez de construir 150.000 viviendas en 2011. Claro, si “solo” se construyeran 140.000, podrían hablar de “fracaso”. Por supuesto, la meta es bastante ambiciosa y nada garantiza que se alcanzará. Pero una meta es un compromiso que solo obliga al mayor esfuerzo. Por eso ni siquiera es preciso que se alcance al 100%. Si solo se lograra el 70% (105.000 casas) ya sería un logro sin precedentes. Veamos si somos capaces, ojalá. Si incluimos al pueblo en la tarea, lo más seguro es que sí.

* Analista de asuntos políticos.
 

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