Lo que se viene: entre la solidaridad y la represión

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Entre las muchas cuestiones nuevas que desata la pandemia hay algunas que no podemos dejar de lado. Dos ideas se van transformando en prácticas sociales y posiblemente emerjan como parte del futuro hacia el que marchamos: la conmovedora solidaridad de amplios sectores sociales y distintas expresiones represivas desde el Estado que se cuelan en diversas actitudes de vecinos que espontáneamente cultivan ese peligroso juego.

Es interesante rescatar que ambos tipos de acciones se dan en la misma sociedad y –en algunos casos- entre personas que conviven en un mismo territorio, vecindad o edificio.Coronavirus: "Si no tiene nada que comer se le lleva la comidita ...

Podemos pensar que la solidaridad forma parte de la naturaleza humana y que ella encuentra en circunstancias como éstas una buena oportunidad de manifestarse. Gran parte de las personas vinculadas al tratamiento de la salud tienen por definición una orientación de este tipo y ello es entendible.

El ejemplo de los médicos cubanos, desembarcando en diferentes puntos del planeta para ofrecer su ayuda, hablan de dicha profesión, de esa sociedad, su gobierno y su política de Estado.

Pero también se han dado muestras más que palpables de actos solidarios, como los miles de voluntarios, vecinos o amigos que ayudan a personas ancianas o sujetas a cuarentenas a sostener su aislamiento. Esos actos ennoblecen la convivencia social.

De todos modos uno se puede atrever a pensar que tales comportamientos no son los mayoritarios. Da la impresión que ese lugar lo ocupa el sentimiento de miedo que generan estos hechos que tienen al contagio y la posibilidad de muerte como su bandera.

Argentina. Abusos de poder de la policía: ¿Quién nos protege de ...Ese temor cumple la función –planificada o no- de sembrar el pánico y éste viene asociado al instinto de conservación individual. Bajo ese formato “el otro” no es el compañero de viaje por la vida, sino el riesgo que sea el trasmisor de un inminente “peligro”. Esas conductas antisociales no nos pueden hacer olvidar a empresarios y funcionarios corruptos que pretenden sacar ventajas de esta desgracia universal. 

El sistema dominante presenta a este virus de ese modo y con ese rol, donde el otro puede ser el portador de mi desgracia. Por eso no nos debe extrañar que muchas expresiones estatales apliquen sus criterios discriminatorios, “señalando” las casas de eventuales enfermos, como lo intentara el gobernador  de la provincia de Jujuy.

O las prácticas más extendidas y clasistas de ensañarse en la persecución y represión humillante de los más humildes, residentes en barriadas populares. A eso se le agrega, en la Capital Federal, la condena –de cumplimiento efectivo y prácticamente perpetua- a quienes han cometido el delito de llegar a viejos.

Esto está en sintonía con el individualismo que el miedo genera y se visibiliza en esas denigrantes actitudes (para sus autores) de escrachar a vecinos que están vinculados al tratamiento de estos enfermos o cumplen con la cuarentena de su aislamiento.

Las cuarentenas: características y perspectivasCoronavirus en Argentina: ¿Seguirá el aislamiento? – Canal C

El aislamiento físico y uno de sus correlatos, la cuarentena, constituyen el núcleo central -el nervio- de la actual pandemia. Si bien el recuento diario de contagiados y fallecidos es la faceta más dolorosa, es la cuarentena su mayor símbolo social.

En los efectos de su práctica podemos ir descubriendo los orígenes de varias cuestiones que van a marcar a fuego el mundo que se viene. Esta perspectiva se agranda si tomamos en consideración un informe de la Universidad de Harvard que evalúa que habrá aspectos de este aislamiento social que se pueden extender –por lo menos- hasta el 2022.

Sin pretender, ni mucho menos, agotar el tema, hay un par de cuestiones que estamos incorporando a la vida cotidiana, que ya venían apareciendo pero que ahora se masificaron y vinieron para quedarse.

Esas cuestiones tienen que ver con la revolución informática que se mete por todos los poros de la sociedad y se constituyó en un aspecto vital de la vida cotidiana en tiempos de pandemia.

Coronavirus y reacción de las empresas: qué medidas se toman en el ...Las relaciones interpersonales y –a partir de ahora- gran parte del trabajo estarán regidos por estas nuevas modalidades. El teletrabajo  es la novedad de estos tiempos y su práctica se irá constituyendo en la clave del trabajo futuro.

Sabíamos que poner el “Me gusta”, en una pantalla no reemplazaba al apretón de manos, el abrazo o el beso, pero con las restricciones y riesgos del contagio las comunicaciones virtuales están pasando a ocupar un lugar privilegiado en nuestra existencia diaria.

En el mismo sentido creció exponencialmente el teletrabajo. La pandemia pasará, pero esta modalidad laboral –en gran medida- quedará. Ello traerá múltiples efectos: laborales, sociales, sindicales, psicológicos, económicos.

En varias cuestiones sus ventajas son indudables en materia de transporte, aprovechamiento del tiempo, menores gastos personales y estatales, mejores condiciones para desarrollar actividades por parte de quienes tienen diversas discapacidades. Pero no son menores los problemas o dificultades que acarreará.

Hay cuestiones que fueron motivos de grandes luchas y elaboraciones durante la segunda mitad del siglo XIX y gran parte del siglo XX y que ahora aparecen cuestionadas. Ellas tienen que ver con las tecnologías existentes, las condiciones y regulaciones laborales en materia de: los horarios de trabajo, la productividad, el equilibrio y límites entre descanso y trabajo en el hogar.

La pandemia impone el teletrabajo en las empresas - Informacion.esLos dos millones de personas que, en Argentina, practicaban formas de teletrabajo ahora crecerán enormemente y formarán parte de una perspectiva que tendrá alcances mundiales. Esta es una de las claves para dimensionar el alcance e importancia de los cambios en desarrollo.

Dicho esto sobre el futuro hay un detalle de la realidad actual que no podemos dejar de lado: Esta cuarentena impacta de modos distintos a los diferente sectores sociales y ello no puede ser olvidado a la hora de definir los criterios para abordar el problema de la circulación de este virus.

En general, las medidas adoptadas rigen para los sectores medios y altos que disponen de una infraestructura habitacional (casa o departamento) apropiados. Es muy distinto el caso de aquellos que residen en lugares donde no existen esas condiciones.

Tampoco es lo mismo para quienes cuentan con alguna forma estable de trabajo, respecto de aquellos que tienen que salir diariamente a rebuscarse “el pan de cada día”.

*Analista político y dirigente social argentino, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)

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