Lo que son las cosas: – COLOMBIA: LIBERADAS; CHILE: APRESADAS

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

La matriz de la castigada sociedad colombiana exhaló el suspiro que arrancan las buenas noticias, en las que se ha dejado de creer, cuando después del mediodía era un hecho que dos mujeres, Clara Rojas y Consuelo González, habían sido liberadas por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia y entregadas al gobierno de Venezuela tras una paciente y compleja negociación encabezada por el primer mandatario venezolano.

«Impacta en Colombia liberación de retenidas por las FARC», tituló la información Prensa Latina en un despacho desde Bogotá en la tarde de hoy, jueves 10 de enero de 2008. Y agregaba el cable: «La liberación (…) es considerada aquí un hito para otras acciones de ese tipo y avanzar en el camino hacia la paz.

«Las imágenes de la entrega de ambas mujeres por la guerrilla a la misión humanitaria encabezada por el ministro del Interior y Justicia de Venezuela, Ramón Rodríguez Chacín, impactaron en la sociedad colombiana, muy polarizada ante el problema del conflicto interno.

«En un primer contacto teléfonico con el presidente venezolano, Hugo Chávez, inmediatamente después de su liberación, la ex diputada González pidió al mandatario continuar adelante en la gestión humanitaria a favor de los demás retenidos.

Por su parte, Rojas, compañera de fórmula electoral de la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt, manifestó a Chávez su eterno agradecimiento».

Buen estado de salud

Las agencias noticiosas resaltaron que aparentemente ambas mujeres parecen encontrarse en buen estado de salud. Clara Rojas y Consuelo González de Perdomo, quienes permanecieron secuestradas por más de seis años por las FARC, fueron liberadas en el monte (selva) próximo a San José de Guaviare. Las primeras fotografías que se difundieron parecen avalar esa presunción.

La entrega de las secuestradas o rehenes fracasó en diciembre de 2007 al descubrirse que el niño Emmanuel, hijo de Clara Rojas y un guerrillero, no se encontraba físicamente con su madre; el comando de las FARC, al parecer, había resuelto que en sus campamentos no existían las mejores condiciones para velar por su bienestar, puesto que –ha trascendido– no goza de buena salud, y lo entregaron a la custodia de no combatientes.

El tiempo, es seguro, develará las razones de las dificultades que se presentaron durante las negociaciones entre el presidente Chávez y el estado mayor de las FARC ,y el rol que en esas dificultades cupo al actual presidente de Colombia, Álvaro Uribe.

Las dos mujeres fueron entregadas a una comisión integrada por el ministro del Interior venezolano Rodríguez Chacín; el embajador de Cuba en Caracas, Germán Sánchez Otero; la senadora colombiana, Piedad Córdoba; y cuatro delegados de la Cruz Roja.

Chávez aseguró que continuará en su empeño de lograr la liberaciones de otros rehenes de las FARC y abrir camino hacia la paz, asegurando que la misión ha demostrado la posibilidad de lograr la liberación de otros retenidos.

Señaló el venezolano: «Vamos a seguir (con la liberación de otros rehenes) y sobre todo ahora con mas ímpetu…Esas personas no podemos condenarlas como alguien dijo por allí con mucho dolor pata un familiar de alguno de ellos, que se pudran en la selva».

En noviembre de 2007 Uribe puso abruptamente un candado a los esfuerzos de Chávez para negociar el canje de decenas de rehenes de alto perfil –incluida la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt y tres contratistas del Pentágono estadounidense– por cientos de rebeldes encarcelados. Uribe acusó a Chávez de no estar autorizado para consultar con los militares de colombianos.

Fueron los familiares de los rehenes quienes pidieron a Chávez continuar con su esfuerzo, y las FARC, que profundamente desconfían de Uribe, entonces determinaron liberar unilateralmente a las dos mujeres y al niño Emmanuel, de tres años.

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¿Cómo se dirá democracia en mapuzungun?

Cierto: no tenían permiso los mapuche y quienes con ellos solidarizan para demostrar en las calles de Temuco el nueve de enero su desconsuelo y su ira por el asesinato de Matías Catrileo a manos de un agente policial (que le disparó a quemarropa).

Marcharon de todas maneras: ¿cómo ser discretos y circunspectos ante semejante dolor?; el saldo de la represión fue el apresamiento de 17 personas, entre ellas Mónica Quezada y Catalina Catrileo, madre y hermana del joven estudiante universitario asesinado de un balazo en Vilcún.

El llamado a manifestarse fue de la Coordinadora Arauco-Malleco, organización social y política mapuche.

En Santiago se realizó otro acto de la misma naturaleza en favor de las reivindicaciones más que centenarias de la nación mapuche, que terminó con incidentes en diferentes puntos de la capital. La prensa a coro detectó «grupos anarquistas y unos 40 encapuchados que intentaron interrumpir el tránsito de vehículos».

Carabineros, con carros lanza aguas y gases, restableció la versión del orden que define el gobierno. Carros lanza aguas (conocidos como zorrinos) y bombas lacrimógenas contra una protesta que las mismas autoridades estimaron en no mayor de 200 personas… O alguien contó mal o el gobierno perdió el control. Triste: hubo un Pérez en La Moneda (no Yoma, sino Pérez Zujovic) cuando otro gobierno perdió el control en Puerto Montt, hace años.

Se asegura que las movilizaciones se mantendrán hasta que se encuentre una solución al conflicto mapuche en el sur del país.

En Colombia las liberan, en Chile las apresan. Lo que son las cosas.

Las fotografías de apertura muestran al presidente Chávez con las madres de las personas liberadas.

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