Los nombres de Dios

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Según la leyenda una comunidad de monjes tibetanos se ha dedicado  por centurias a transcribir los nueve billones de nombres de Dios. La tradición dice que una vez que ellos logren este propósito la voluntad del Universo se realizará y su existencia habrá llegado a su fin. La tarea es abrumadora y los monjes casi agotados llamaron en su auxilio a los técnicos de IBM. cuyas computadoras hicieron el trabajo en unos pocos meses.

Con ello, la historia del Universo es finalizada en el tiempo real gracias al trabajo de la tecnología virtual. Desgraciadamente, esto también significa, de acuerdo con la leyenda, la desaparición del mundo en tiempo real. Los  técnicos de IBM, con una sonrisa en los labios no creyeron la profecía ni por un segundo. Cuando descendían de la montaña hacia el valle la promesa, de pronto, se cumplió. Al mirar hacia el cielo infinito las estrellas, una a una, empezaron a apagarse.Resultado de imagen para monjes tibetanos

Es curioso como la existencia de ciertas entidades se debe al hecho de que permanecen encubiertas, inexplicables al no poder integrarlas en el mundo simbólico. Si recordamos a Freud, el ego es una identidad de este orden, es decir, constituido por una serie de identificaciones imaginarias en las que la consistencia del sujeto depende. El problema es que cuando el sujeto sabe demasiado, cuando llega cerca de la verdad inconsciente de la experiencia traumática que lo sostiene, su ego se disuelve. Según la lógica freudiana del síntoma esto es equivalente a decir que nuestra “realidad” siempre está basada en el encubrimiento de algo. Es decir que para que nuestra realidad exista, en la forma en que creemos que existe, algo debe ser dejado afuera.

Obviamente la proyeccion cósmica del sintoma en la leyenda tibetana tiene un valor meramente metafórico cuyo sentido es ilustrar ciertos elementos de la psiquis. Pero, por otro lado, si pensamos nuevamente, el átomo se nos aparecía como pequeño y redondo, la última realidad indivisible e indestructible. Tan pronto como descubrimos que su solidez se disuelve en pura energia su realidad se nos escurre como el agua entre los dedos. O, como dice un personaje de la pelicula Matrix, cuando miras con un microscopio electrónico una cuchara, objeto supuestamente sólido, descubres que allí no hay cuchara, solo la cuchara que nosotros hemos creado creyendo que alli hay una cuchara. Misterioso,…¿cierto? Lo que el personaje trata de expresar es que nosotros creamos la realidad, colectivamente, con símbolos.

El objetivo de lograr una descripción exacta y total de la realidad se encuentra en los orígenes mismos de la cultura occidental. La cosa, sin embargo, es que a pesar de los fantásticos resultados de este programa, tanto en filosofia como en las ciencias y tecnologias, el intento de develar lo que realmente existe todavía no ha sido posible, porque hasta ahora no tenemos una buena explicación de cómo el lenguaje engancha con el mundo. Vivimos en la creencia de que el lenguaje nos da la capacidad para conocer las cosas en sí mismas, que podemos descubrir poco a poco la esencia del mundo y llegar a la verdadera, final y completa descripción del universo.

Resultado de imagen para materialismoEl problema es que una teoría total del universo es inalcanzable. Si es total y verdadera es autorreferencial y si es autorreferencial no puede ser tambien verdadera.   En otras palabras, el proyecto distigue entre el observador, la teoría y el universo y cada una de estas distinciones tiene que ser subsumida en una teoría general en donde el observador, la teoria y el universo formen un todo. El recuento de todas las cosas del mundo debe dar cuenta tambieén de sí mismo, sin lo cual no seria completo.

El materialismo, por ejemplo, sumerge al observador y la teoria en el universe. El idealismo, la teoría y el universo en el observador y en el viraje lingüístico de la filosofia posmodernista, el observador y el universe en la teoría. En el contexto del materialismo científico una descripción total del universo tiene que dar cuenta de cómo las mismas teorías científicas son parte del mundo físico, resultado de las leyes que la teoría expresa. Luego, una teoría completa es la que da cuenta de si misma… y si da cuenta de sí misma es autorrefencial.

¿Y qué tiene de malo que sea autorreferencial? Lo malo es que la teoría puede dar cuenta de sí misma, pero esto no significa que sea verdadera. Una recuento final de todo requiere de una teoría en donde el observador debe ser parte del sistema que es observado, de otra manera, si el proyecto deja algo afuera, no podria ser completo. Pero, por otro lado, un recuento completo del universo sugiere una vista fuera del universo, una que permita una observacion independiente de como son las cosas.

Tal perspectiva, sin embargo, no puede ser explicada por la teoría, ya que la función de un lugar fuera del universo es distanciar al observador del mundo para obtener una vista intachable de él. Desde el momento en que no hay nada fuera del universo, no hay manera de describir completamente el sistema porque tal descripción solo ocurre desde dentro. En breve, el juego autorreferencial de los procesos simbólicos no tiene soporte externo que permita trazar una línea, dentro de los juegos lingüísticos, entre verdad y falsedad.

Ésta es la paradoja. Si aceptamos la distinción entre el observador y el sistema que provee una perspectiva externa no tenemos teoría completa, pero si negamos tal distinción para permitir que la teoría se explique a sí misma no tenemos una teoría verdadera.

 

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