LOS PRESOS EN EEUU: ESCLAVOS DEL SIGLO XXI

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En estos últimos días, la conocida revista norteamericana “Newsweek” y la agencia de noticias alemana Reuters han publicado dos datos que, complementados con otras informaciones, no deben ser soslayados. Uno se refiere a la cantidad de presos y el costo que ello implica; otro, los beneficiados por esa situación.

Estados Unidos es el país con el mayor número de presos del mundo. Las personas alojadas en cárceles son 2,2 millones. Esa cifra equivale a más del 22% del total de personas privadas de libertad que hay en todo el mundo y representa un récord. Lo es, en valores absolutos, por encima de China que tiene medio millón menos, con una población total 4 veces mayor. Pero también está a la cabeza en números proporcionales a su población: tiene 724 presos cada 100 mil habitantes, seguido por Rusia con 627, mientras el promedio mundial es de 125.

La población carcelaria de los Estados Unidos, en sus 5 mil cárceles y prisiones, se ha cuadruplicado desde 1980. Desde ese año rige una norma por la cual los presos por drogas deben cumplir un mínimo de condena (5 años) lo que lleva a que la mitad de las cárceles esté ocupada por quienes han cometido dicho “delito”. El costo anual que paga el Estado por preso ronda los 29 mil dólares. De lo que se deduce que lo que el Estado aporta para mantener ese sistema supera largamente los 60 mil millones de dólares. Ese costo ha crecido más un de 300% en los últimos 20 años.

La importancia de estas cifras obligan una pregunta: ¿Quiénes son los beneficiados por este sistema?

Hay dos grandes grupos de beneficiarios (posiblemente articulados en la cúspide del sistema empresarial de ese país): Por un lado las empresas privadas encargadas del mantenimiento de esos millones de personas privadas de libertad. Por el otro, algunas grandes industrias que se aseguran una mano de obra barata.

En Estados Unidos van creciendo las cárceles privadas, en detrimento de las públicas. Obviamente, sus dueños quieren obtener la mayor ganancia posible. De allí se deriva su presión (lobby ante autoridades políticas y jueces) para que aumente el número de cárceles privadas, la cantidad de presos y la duración de las penas. De ese modo el negocio y las ganancias son más grandes. Hay casos de contratos donde las autoridades estatales les garantizan un mínimo de ocupación de su capacidad instalada (para alcanzar las cifras prometidas se producen encarcelaciones en masa), a los fines de garantizar una determinada rentabilidad de la inversión.

En cuanto al uso de los presos como fuerza laboral, ello –desde el punto de vista económico- es un dato que adquiere relevancia para beneficio de las empresas de varios sectores económicos. Según la información proporcionada, una sola empresa de telecomunicaciones (GTL) tendría un mayor beneficio anual -por trabajar con presos- que ronda los 500 millones de dólares. Los presos trabajan por un salario inmensamente inferior, no hay huelgas, vacaciones, ni seguro de desempleo. Si se niegan a hacerlo son sometidos a un régimen de aislamiento. De esta manera se realimenta y profundiza la presión ya señalada a favor de un mayor número de presos y condenas más largas, incrementando una fuerza laboral de tipo esclavo.

Juan Guahán, Question

 

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1 comentario
  1. Romer González dice

    Lo peor que le puede pasar a un ser humano, es estar preso en las cárceles de EE.UU, por lo inhumanos que son. Cuando son ellos los que deberían estar presos por ser ellos la parte intelectual de los asesinatos, matanzas cometidas en ciudades enteras en este mundo, esa es su historia muy tecnológica pero inhumana,

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