LUTO EN COSTA RICA Y AMÉRICA: MURIÓ LUIS FERERRO

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

In memoriam

Llega el día de la ausencia Maestro, tan anunciada tantas veces Y no luchaste, como lo indicaba tu sabiduría Porque la sapiencia más alta es saber morir luego de batallar en la existencia

Bien que lo sabías: los académicos y pusilánimes, como siempre, ya te habían matado Pero vos insistías como si nada, como si todo, así se te iba la vida  Indagando imaginabas, comparabas, trazabas

Pueden, por ello, refocilarse los burócratas, los políticos, esos que te birlaron la compensación meritoria para acarrear la historia que renovaste ante la prehistoria Los que te negaron magisterio en las facultades porque temían perder sus nichos, o hacer el ridículo

Deben estar radiantes en sus cubículos de mediatinta, serruchada de piso y jornal de arriero Aunque no te concedan siquiera luto, porque lo sabemos Maestro, no concederán nada  Pero sabedores de que diste todo, lo dijiste casi todo, te chuparán la savia sin citarte

Así fue siempre Como los profetas, los iluminados, creíste y creaste y lo entregabas para hacernos crecer Como argamasa de genio con gnomo, tal y como solía retratarte el poeta Chase 

Por esa ciencia de los magos, y muchas más, esto es un conjuro para que tu voz permanezca  Nos hará falta tu dignidad cósmica, tu fortaleza de centella, tu gay saber, tu invectiva de juiciosa algarabía  Necesitaremos el pararrayos de tus dicciones en esta cerrazón que amenaza con los salobres hachazos de las tinieblas

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* Escritor costarricense.

Nota

Sabemos más de cualquier «starlet» de Hollywood y jugadores de fútbol que acerca de los grandes hombres que iluminan nuestra contemporaneidad e identidad latinoamericana.

Luis Ferrero Acosta nació en Orotina, Alajuela, Coi¡sta Rica, el 31 de enero de 1930. Sus estudios secundarios quedaron inconclusos al ser expulsado del Liceo de Costa Rica, debido a que se sublevó contra la opinión de un profesor que aseguraba no existe una literatura costarricense.

Por estos años suele frecuentar al historiador Ricardo Fernández Guardia, quien lo encariña con el conocimiento del auténtico pasado costarricense. Al mismo tiempo acostumbra visitar diariamente al maestro Joaquín García Monge, quien lo orienta hacia la defensa de la dignidad humana, la justicia civil, y le enseña que sin amor y conocimiento no hay admiración, ni imitación, ni acción.

En 1946 empezó a colaborar en periódicos costarricenses y en poco tiempo la Agencia Periodística Hispano Americana (APHA) distribuía sus artículos a una cadena de 125 periódicos latinoamericanos.

En 1951 formó parte del comité que decidió crear la Casa del Artista, tras organizar una gran exposición de arte costarricense. Ese año viaja a México, doinde permanecerá hasta 1955, realizando estudios en el Colegio de México. y de tipografía y artes del libro, lo cual le permitiría desarrollar nuevas técnicas que beneficiarían el proceso editorial.

Al regresar a su país organizó la primera exposición del gran artista Francisco Zúñiga en el Museo Nacional de Costa Rica y ejerció la jefatura del Departamento de Publicaciones del Ministerio de Educación Pública donde publica los «Clásicos costarricenses», con los que catalizó la renovación de los programas de literatura en la segunda enseñanza, ocurrida en los años setentas. Es el promotor de las bibliotecas escolares en las escuelas rurales y organiza con un grupo de libreros las primeras ferias del libro.

Entre 1974 a 1979, realizó una campaña en escuelas y colegios para concienciar a los educadores en la urgencia del salvamento arqueológico. En 1977 se le nombró miembro de la Junta Administrativa del Museo Nacional de Costa Rica y asesor del Departamento de Patrimonio Histórico del Ministerio de Cultura, Juventud y Deportes.

Entre 1979 y 198l fue curador de arte en el Museo de Arte Costarricense. En 1981, aceptó el cargo de profesor en el Instituto Tecnológico de Costa Rica, en la carrera de Diseño Industrial.

Viajó por toda América y Europa en calidad de profesor y conferencista; en Alemania, Noruega, Dinamarca y Suecia, dictó conferencias acerca de la escultura y el pensamiento utópico de la juventud ácrata de principios del siglo XX, reflejado en el ensayo costarricense.

Su producción literaria alcanza quizá la más alta cifra en Costa Rica: ha publicado obras relacionadas con la historia del arte, historia literaria, antropología y ensayo. Por su obra tan vasta, destaca como uno de los mejores ensayistas costarricenses de la actualidad. El Consejo de Europa lo distinguió junto con otros críticos latinoamericanos para asistir a la gran exposición Tendencias de los años veintes, en Berlín, y para que recorriera dictando conferencias en varias universidades europeas. Luis Ferrero es considerado una de las figuras más representativas de la intelectualidad costarricense.

Más información en el portal de la Editorial Costa Rica (www.editorialcostarica.com/luisferrero.htm).

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