México, la Casa Alberione y el cardenal

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Braulio Peralta.*

Juan Sandoval Íñiguez tiene como cardenal el resguardo de la Casa Alberione, o “centro de las adicciones”, un lugar al que llegan sacerdotes de todo el mundo para “curarse” de la pederastia o cualquiera de los pecados condenados por la Iglesia católica. Se localiza en el barrio de San Pedro, en Tlaquepaque, Jalisco, México.

Tuve oportunidad de acompañar a Sanjuana Martínez al lugar, parte de su investigación para que escribiera Prueba de fe. La red de cardenales y obispos en la pederastia clerical. El barrio, pobre, con calles sin asfalto, solitario, brinda la oportunidad de ser espacio ideal para el intercambio de drogas. La Casa Alberione está en la calle Pemex 3987, el lugar a donde llegan curas con “conductas indebidas”.

El cardenal cree que la pederastia puede sanar. En su carta pastoral Escándalos de la Iglesia, en 2002, dijo:

“A los sacerdotes que caen en una situación de pecado y escándalo, en ésta y en otra materia, se les amonesta y se les da una ayuda profesional que abarca los campos de la espiritualidad, la medicina y la psicología, en una casa fundada aquí (en Guadalajara), para ayudar a sacerdotes que padezcan depresión o cansancio y aquellos que caigan en conductas indebidas”.

La lista de pederastas que han pasado por la Casa Alberione está en manos del Cardenal Juan Sandoval Íñiguez. Lista que tiene la Interpol. Una casa que jamás ha sido investigada por la policía del estado, del fuero Federal, o de organismos internacionales que buscan violadores de niños. Nadie cruza el enrejado de Pemex 3987 sin permiso cardenalicio.

¿Se cura la pederastia o es una parafilia delictiva sin regreso? ¿Saben las autoridades cuántos extranjeros o nacionales arriban a la Casa Alberione para “sanar” y salir nuevamente a "servir" a Dios? ¿Por qué el Estado laico ha permitido una clínica que no pasa por el sector salud, público o privado? ¿El poder de la iglesia es más fuerte que las leyes constitucionales como para permitir el ocultamiento de curas pederastas? ¿No es todo esto una aberración?

Sanjuana Martínez seguía tomando fotos del lugar. Si quiere más información les recomiendo leer Los intocables, libro coordinado por Jorge Zepeda Patterson, donde la periodista —Premio Nacional de Periodismo y el Ortega y Gasset, justo por la denuncia de la pederastia clerical— hace el retrato completo de Juan Sandoval Íñiguez.

* En la revista digital mexicana Por la libre —que cita como fuente a La letra desobediente (www.milenio.com).

 

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1 comentario
  1. Mariana Murillo dice

    Me parece que lo que están publicando es totalmente amarillista y falto de criterio, cómo es posible que haya en este siglo tanta intolerancia hasta llegar al punto de pedir que se haga una investigación a un centro que sólo busca brindar ayuda a quien lo necesita. El problema de la pederastia no es exclusivo de la iglesia católica, hace falta tener un poco de uso de razón lógico para saber que es un problema de decadencia social en la que están implicados y afectados todos los ámbitos, y todas las religiones.Creo que es infame hacer este tipo de publicaciones y abusar de este medio para difamar a quien pudiera ser que está buscando sólo el bien de los que dirige.

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