Movimiento 4 de Mayo. – HISTORIA, POESÍA, NO CONFORMISMO

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

La memoria libre es una incivilizada manera de impedir que el tiempo cobre y se lleve su presa. La presa del tiempo es la conciencia.

El cuatro de mayo es una de las fechas más trascendentes de esto que bajo el nombre de globalización hace las delicias de unas cuantas corporaciones, suma en las cuentas bancarias de administradores y no pocos políticos y estremece el ser regional de los pueblos.
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China debe a un Movimiento 4 de Mayo lo que es ahora, incluyendo la fundación del Partido Comunista, la Larga Marcha, la escisión de Taiwán. Entre 1919 y 1949 ese país –que más temprano que tarde será definido imperialmente como el tornillo que ajusta al eje del mal– vivió una revolución que entremezlcó lo que entonces –y todavía– se denominan ideas foráneas, angustias sociales, iras nacionalistas y la guerra.

En lo literario, el movimiento estimuló el uso de un idioma vernacular, siguiendo el modelo de Diario de un loco (1918) del novelista Lu Xun. De algún modo, en el terreno cultural, el Movimiento 4 de Mayo es una de la fuentes de la Revolución Cultural del Dragón Rojo. Como tantos otros movimientos en el mundo, los estudiantes –revoltosos en esa época, revoltosos en todas partes y en todo tiempo– fueron entre los primeros en revolver los pollitos.

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El mismo día, pero de 1969, a los pies del Monte Aconcagua, en Punta de Vacas. Mario Luis Rodríguez Cobo, el inefable Silo, promulgó La curación del sufrimiento: el origen del movimiento humanista. Y también un cuatro de mayo, pero esta vez del 2000, hubo una revuelta en el Caribe. En Puerto Rico, en las playas de Vieques, la policía desalojó con violencia a grupos de ciudadanos que habían acampado allí para protestar contra un polígono de entrenamiento de la marina estradounidense –proyectiles con uranio empobrecido– y exigir la independencia de la isla.

El cuatro de mayo es un día no exento de prosapia.

The May 4th. Movement

Este Movimiento 4 de Mayo que despega el jueves cuatro de mayo en el noroeste de Estados Unidos, es definido por sus impulsores como una Zona transitoria (A temporary zone).
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Nada es, sabemos, eterno. Y de las cosas en el tiempo también sabemos que las más duraderas no se refieren tanto a ser objetos, construcciones, «piedra en la piedra» –porque en la base suele haber harapos–, sino asuntos de otro orden.

Como la música y la poesía. Una como poesía del sonido, la otra como sonido y sentido de la palabra.
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En la librería Tsunami – calle Willamette 2585– se juntarán, pues, George Moore, Ricardo Cárdenas –músicos– y Paul Dresman y Jesús Sepúlveda –poetas– para además conmemorar los diez años de la aparición de la revista cultural bilingüe Helicópter(o).

Aseguran que habrá una copa de vino, un sí-es-no-es de anarquía, conductas de cualquier modo no intachables y actos para provocar a las buenas conciencias. Sin duda. Suele decirse que Dresman es quizá el último beat y Sepúlveda no puede haber olvidado su condición de poeta bárbaro en Chile.

Moore además de músico es también poeta e intérprete de sus canciones, con fuertes vínculos europeos puesto que se lo reconoce en Alemania, Inglaterra y otros países; en cuanto a Cárdenas, es un hijo de Magallanes y nieto de Chiloé que deambula por el mundo con su guitarra de múltiples sonidos, poniendo música a películas y poesía.

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Dresman

After a Line by Baga

Huéspedes en el porche de una nueva luz

Parloteando en nuestras pobres segundas lenguas
desmenuzando los sustantivos por la mitad, truncando los verbos militantes,
lanzando infinitivos como si fuesen infinitamente serviles,
nos abrimos camino en medio del mercado, ensalzando las sandías de García Lorca y Ginsberg,
y las pañoletas de Whitman y los diez mil sombreros de Neruda
navegando desde los Andes al viento Mistral
que sopla sobre el pelo de las mujeres vendedoras de flores de primavera en Temuco,
y ese viento de otras montañas que es inca
que ensordece y anula los oídos del burro César Perú
en los arrabales parisinos.

Tambalea y muere la Real Academia.
El Diccionario de Oxford arde por combustión espontánea.
Quebramos con inevitable desprecio nuestros idiomas
para recordar a los poetas
en las calles de Santiago y San Francisco. Bifurcamos
la cordillera entera para caer en un punto de contacto en Eugene,
una pequeña falla tectónica de corte fino.

Recién nos conocimos, esta conversación nos lleva a la decimonovena región inexistente.
Estamos medio distorsionados, algo borrachos
—¡Fiesta de viernes por la noche! Noche americana
misteriosamente romántica y cruel
a lo largo del continente americano—
los niños son las antípodas que inyectan
poemas filudos en tensos ritmos
o largos y sueltos, como tam tam de samba en medio del carnaval.

Hablamos de las colinas, de los senderos luminosos
donde los poetas que fraguan, descansan
cuando las almas no se pueden tocar
cuando los banqueros se inclinan para lamer el piso
y a los guarismos se les acaba el dinero que contar.

Las semillas han sido transmitidas como sílabas dichas
mientras nos apoyamos y balanceamos en la cubierta
de un barco anclado, rodeados
de bailarines que aguantan la respiración
y de borrachos que ríen para ser levantados
con un brindis en sus cabezas
como niños en los brazos de su padre

Huéspedes en el porche de una nueva luz
Invitados en la baranda del nuevo mundo.

Traducción de Jesús Sepúlveda

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Sepúlveda
El búho y la alondra

El búho lee a William Carlos Williams en castellano
La alondra un artículo sobre Pinochet en inglés

El búho y la alondra duermen juntos todas las noches del año
Preparan cuidadosamente la cena

Bailan tango / Toman café
Jamás se emborrachan ni fuman demasiado

Corren cuatro o cinco veces por semana
Él dejó el cigarrillo ella el estrés

El búho se emociona cuando escucha a Gardel
Ni que fuera argentino o cafiche de barrio

La alondra baila como loca
cuando suena en el estéreo Ani di Franco (su último CD)
Mueve los brazos
Canta

El búho se viste de negro
La alondra se lustra los zapatos
Hay mañanas muy heladas cuando corren con sus guantes

Nadie sabe matemáticas
¿Cuántos kilómetros son 6 millas?
¿Y cuántos pares son tres moscas?

En este poema el búho sale primero

La alondra corre al baño
Todas las mañanas caen manzanas
En la luna no hay manzanas

La alondra llama por teléfono
Corre al supermercado / Compara los precios
El búho limpia

Y trabajan / sí que trabajan
Duro todo el año
Duermen de la noche a la mañana
Luego trabajan

Comen pan / Beben vino
Con la cena se alimentan

El general hace artesanía con la muerte
Williams enmudece

El búho y la alondra duermen
Corren

Se protegen del frío
y de la inquietud

El búho y la alondra
A veces hay días que duele despertar.

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