Mundial en plena Guerra Fría: Colombia contra la Unión Soviética

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Hernando Calvo Ospina*
Tras doce años de monopolio europeo, Chile fue sede de la VII Copa Mundial de Fútbol, entre el 30 de mayo y el 17 de junio de 1962. Derrotando 3-1 a Checoslovaquia, Brasil se alzó con su segundo título de campeón.

Pero el 3 de junio, en la ciudad de Arica, se había jugado un partido que pasaría a la historia de este deporte. Ese día se enfrentaron las selecciones de Colombia y la Unión Soviética. En plena fiebre de la Guerra Fría, esa disputa política y militar por el control del mundo entre los bloques capitalista y socialista (éste liderado precisamente por la Unión Soviética), el ambiente de los aficionados era de apoyo a los colombianos, sin llegar a manifestaciones de agresividad verbal o física hacia los jugadores “comunistas”.

Es muy posible que ningún colombiano haya presagiado lo que sucedió.

Faltando 22 minutos para terminar el partido, Colombia iba perdiendo 4 goles a uno. Los soviéticos arrollaban sin dificultad. Pero los colombianos marcaron el segundo gol, el tercero y empataron. ¡Una hazaña!

No fue la única sorpresa: el medio campista Marcos Coll anotó el segundo tanto del descuento y de tiro de esquina, lo que se llama un “gol olímpico”. Lo lanzó y entró cerca al primer palo sin que nadie más lo tocara. El mítico arquero soviético Lev Yashin quedó inmóvil. Ha sido el único gol olímpico en la historia de la Copa Mundial de Fútbol.

Rápidamente la noticia recorrió el mundo y por poco los colombianos pasan a ser héroes de los “países libres occidentales”

Colombia perdió todos los demás partidos, pero pasó a la historia con ese único punto logrado a costa de los soviéticos.

Como broma, desde esas fechas se empezó a decir que CCCP (Союз Советских Социалистических Республик, que traduce Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas, URSS) “realmente” significaba: Con Colombia Casi Perdemos.

Años después de aquella memorable fecha, el arbitro brasileño Jõao Etzel Filho realizó unas declaraciones que apenas fueron retomadas por los medios de prensa: “Yo hice empatar aquel partido. Soy descendiente de húngaros y odio a los rusos desde la invasión soviética a Hungría, en 1956.”

Puede ser que ayudó. Lo cierto es que viendo apartes del partido, los colombianos pusieron bastante de su parte:

http://www.youtube.com/watch?v=QrLB

* Periodista y escritor colombiano. Colaborador de Le Monde Diàplomatique.

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