Naomi Klein en Washington: Lo más importante del mundo es nuestro movimiento

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Diez años después, parece que ya no hay países ricos. Solo un montón de gente rica. Gente que se enriqueció saqueando la riqueza pública y agotando los recursos naturales de todo el mundo.

Lo importante es que hoy todos pueden ver que el sistema es profundamente injusto y que pierde el control. La codicia ilimitada ha arruinado la economía global. Y también está arruinando el mundo natural. Estamos agotando las reservas de pesca, contaminando el agua con fracturación y perforaciones en aguas profundas, volviéndonos hacia las formas más sucias de energía del planeta, como las arenas petroleras de Alberta. Y la atmósfera no puede absorber la cantidad de carbono que estamos descargando, creando un calentamiento peligroso. La nueva norma son los desastres en serie: económicos y ecológicos.

Son los hechos sobre el terreno. Son tan flagrantes, tan obvios, que es mucho más fácil encontrar una conexión con el público de lo que era en 1999; construir rápidamente el movimiento.

Todos sabemos, o por lo menos sentimos, que el mundo está cabeza abajo: actuamos como si no hubiera fin para lo que realmente es finito, combustibles fósiles y el espacio atmosférico para absorber sus emisiones. Y actuamos como si existieran límites estrictos e inconmovibles para lo que en realidad existe en abundancia, los recursos financieros para construir el tipo de sociedad que necesitamos.

La tarea de nuestros tiempos es invertir esta tendencia: cuestionar esa falsa escasez. Insistir en que podemos permitirnos la construcción de una sociedad decente, inclusiva, mientras al mismo tiempo respetamos los límites reales de lo que puede aguantar la tierra.

Lo que significa el cambio climático es que tenemos un plazo. Esta vez nuestro movimiento no se puede distraer, dividirse, apagarse o dejarse barrer por los eventos. Esta vez tenemos que tener éxito. Y no hablo de regular los bancos o aumentar los impuestos a los ricos, aunque es importante.

Hablo de cambiar los valores subyacentes que gobiernan nuestra sociedad. Es difícil de ajustar a una sola demanda fácil para los medios, y también cuesta imaginar cómo hacerlo. Pero no es menos urgente por que sea difícil.

Es lo que veo que sucede en esta plaza. En la forma en que os alimentáis, en cómo os animáis unos a otros compartiendo libremente la información y suministrando atención sanitaria, clases de meditación y capacitación en empoderamiento. Mi letrero favorito de este lugar dice “Eres importante”. En una cultura que entrena a la gente para que evite la mirada del otro, para decir “que se mueran”, es una declaración profundamente radical.

Unos pocos pensamientos para terminar. En esta gran lucha, hay algunas cosas que no importan:

    Lo que llevamos puesto.
    Si alzamos nuestros puños o hacemos señales por la paz.
    Si podemos ajustar nuestros sueños de un mundo mejor a una señal de audio.

Y hay algunas cosas que importan:

    Nuestra valentía.
    Nuestra actitud moral.
    Cómo nos tratamos unos a otros.

Hemos buscado el enfrentamiento con las fuerzas económicas y políticas más poderosas del planeta. Da miedo. Y a medida que este movimiento crezca cada vez más fuerte, se hará más temible. Siempre hay que ser consciente de que existirá una tentación de pasar a objetivos más pequeños, como, digamos, la persona sentada junto a ti en esta reunión. Después de todo, es una batalla que es más fácil de ganar.

No hay que ceder a la tentación. No digo que no podamos hablar sobre nuestras debilidades personales. Pero esta vez tratémonos como si tuviéramos la intención de trabajar codo con codo en la lucha durante muchos, muchos años. Porque la tarea que tenemos por delante no exigirá nada menos.

Tratemos este hermoso movimiento como la cosa más importante del mundo. Porque lo es. Realmente lo es.

 

*Columnista publicada en numerosos periódicos y autora del éxito de ventas internacional del New York Times, La doctrina del shock: El auge del capitalismo del desastre (septiembre de 2007); y de un éxito de ventas internacional anterior: No logo: El poder de las marcas. El discurso de Naomi también apareció en el Wall Street Journal Ocupado.

 

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