Negroponte. Analista del súper espionaje de Bush

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

A los 65 años y con una larga carrera en el campo dela «inteligencia» aplicada a las relaciones internacionales, John Negroponte velará por, coordinará, y mandará sobre las 15 agencias de información y espionaje que oficialmente reconoce tener el gobierno estadounidense.

El cargo implica el manejo de los fondos destinados al espionaje mundial y su autonomía será total: sólo informará al presidente de EEUU.

Lo secundará un militar, el brigadier-general Michael Hayden, hasta ayer jefe de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA, sus siglas en inglés), la mayor corporación del mundo en el terreno del espionaje electrónico y de comunicaciones, con una dotación de alrededor de 21.000 agentes -la CIA, cuyo prestigio en elmundo de la «inteligencia» viene en picada desde hace muchos años, y se acentuó luego de los desastres del 11 de setiembre y sus desaciertos en Iraq, posee unos 17.000 reclutas-

El cargo que asumió Negroponte lo convierte en el mayor jefe de espías de la historia.

Un nombre conocido

Hacia 1981 el señor Negroponte fue embajador de su país en Honduras.Su misión tenía mucho de política y poco de diplomacia: Reagan le encargó seguir el combate contra el sandimismo, que entonces gobernaba Nicaragua, y el desarrollo de la guerra civil en El Salvador.

Discípulo al fin de Henry Kíssinger, un experto en «desestabilizaciones», Negroponte fue pronto acusado de interferir en los asuntos internos de los países que escrutaba y hacer la vista gorda a las violaciones brutales de los derechos humanos que eran moneda corriente en Honduras.

Se estima que la embajada estadounidense en Honduras canalizó buena parte de la «ayuda» material a la contra nicaragüense y que no fue ajeno el embajador a la articulación del plan Irán-Contras.

Esa «brillante» aventura terrorista internacional consistió en el desvío de parte de los fondos por la venta de misiles Tomahawk a Irán, invertir algunos dinerillos en el alijo de estupefacientes (lo que se conoce como narcotráfico) hacia EEUU y con las utilidades -o parte de ellas- regalar equipamiento bélico a los contras de Nicaragua, lo que -incidentalmente-había sido prohibido por el Congreso estadounidense.

Uno de los colaboradores latinoamericanos en esa ocasión cumple en la actualidad la pena a que fue sentenciado -curiosamente por narcotráfico- en Estados Unidos. Para detenerlo el gobierno de EEUU invadió Panamá. Los cálculos hablan de entre seis y diez mil panameños muertos.

La maniobra cortó las carreras de un alto oficial de la marina de guerra, Oliver North, a la vez asesor de espionaje de la Casa Blanca y de su jefe, John Poindexter. El señor Bush, padre -que sería presidente de ese país-, y ocupaba un altísimo cargo también vinculado a la «inteligencia» negó, como Ronald Reagan, saber nada al respecto.

Condoleezza Rice-según muchos entendidos las mejores piernas en la política desde los tiempos de Aspasia- eligió en 2002, cuando era Consejera de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, a un sobreviviente del episodio Irán Contras, Elliot Abrams, como asesor enla supervisión de los asuntos árabe israelíes. El Estado de Israel participó en la triangulación de las armas para Irán.

No fue -ni tenía por qué serlo- delicado el periódico de La Habana, Granma al afirmar: «El gobierno de (George W.) Bush es un equipo de sombras. Los más altos cargos de Wáshington se escogen entre los personajes más tenebrosos de la fauna política reaccionaria norteamericana y cada vez que el presidente elige a alguien para un cargo es el peor de todos».

Negroponte señaló en su diuscurso de aceptación -antes de que lo ratificara el senado- que pondría todo su esfuerzo para brindar información de «inteligencia» real, al día y objetiva al presidente, al Congreso y a las distintas ramas de las fuerzas armadas, porque ella constituía una tarea fundamental -una tarea nacional crítica, dijo- para prevenir el terrorismo internacional y proteger la seguridad nacional (de EEUU).

Negroponte no figuraba en la nómina de pago del fisco desde su retiro en 1997, tras casi 40 años de trabajo en la burocracia estadounidense . En 2001 Bush lo designó embajador ante las Naciones Unidas cargo que sirvió hasta el año pasado, cuando fue enviado al sangriento pantano iraquí.

El flamante súper espía habla cinco idiomas y se ha dicho que sus relaciones con John Rumsfeld, uno de los jefes de los «halcones» bushistas, es excelente.

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