Néstor Francia / Venezuela, las sanciones a PDVSA y de nuevo la jauría

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La oposición ha reaccionado ante el anuncio de sanciones a PDVSA de parte de Estados Unidos con predecible doblez. Siendo un tema tan sensible, porque la mayoría de los venezolanos siente aprecio y orgullo por su industria petrolera, y además somos el pueblo de Bolívar, faro de independencia, y esto tiene raíces hondas en el alma nacional, no podía dejar la derecha el monopolio del patriotismo a la Revolución.

La receta ha sido, en general, rechazar las sanciones, pero al mismo tiempo justificarlas taimadamente al criticar la política exterior soberana de nuestro gobierno. Pero también algunos han declarado sin careta, como es el caso del vocero internacional de la MUD, Ramón José Medina, quien dijo ayer que consideraba “inocuas” las sanciones anunciadas por el Departamento de Estado norteamericano contra PDVSA con el pretexto de los negocios con Irán.

El portavoz de la Mesa de la derecha, afirmó que según las medidas, Venezuela podrá seguir exportando petróleo al mercado estadounidense y que no tenía financiamiento a transferencias tecnológicas con Estados Unidos. Pero esta perla textual, vertida por este doliente de la Cuarta República, hijo del fiscal general de varios gobiernos puntofijistas, José Ramón Medina, no tiene desperdicio:

“Estas medidas son inocuas, no tienen más que un efecto moral a una política que es responsabilidad del gobierno”. Es decir, este pitiyanqui hace responsable a nuestro gobierno de las agresiones imperiales. Medina, además, cuestionó la respuesta altiva y soberana del Gobierno Bolivariano, y afirmó que “Los ministros no han dado una respuesta de fondo al asunto. Es el mismo discurso del gobierno contra el imperio, de confrontación, que si no la hay, la inventa. Es un discurso penoso llamando al nacionalismo”.

No hay por qué sorprenderse ante una declaración como esta, sabemos que los que conforman la MUD serían, ante una invasión yanqui, el equivalente del Consejo Nacional de Transición libio: los principales cómplices de la ignominia, los administradores coloniales. Que no quepa duda de ello.

Otro que no se anda mucho por las ramas es el “analista” escuálido Pedro Elías Hernández, quien anda muy “preocupado”. Hernández expresó que “Es realmente preocupante lo que puede derivarse de la sanción recientemente tomada por el gobierno de Estados Unidos en contra de la empresa estatal venezolana PDVSA a propósito de las operaciones comerciales que esta empresa hace con la República Islámica de Irán. Lo primero que salta a la vista es que esta sanción puede ser el inicio de una situación que vaya escalando en lo que se refiere a la venta y compra de petróleo venezolano en el país del Norte y a las actividades de las subsidiarias de PDVSA radicadas en territorio estadounidense”.

De manera insólita, lo que más preocupa a este sujeto es nuestra política exterior soberana, la cual considera insensata, ya que debíamos actuar siguiendo la pauta de Estados Unidos: Hernández indicó que lo más preocupante de este asunto es que al parecer el gobierno nacional se viene preparando paulatinamente frente a un eventual embargo comercial petrolero o de medidas punitivas de carácter fiscal por parte de EEUU en contra del petróleo venezolano por razones de tipo políticas:

“Hay que recordar que en el año 1999, Venezuela exportaba a territorio norteamericano 2 millones de barriles de petróleo crudo y derivados y que en la actualidad esas exportaciones son sólo de 1.100.000 barriles por día entre crudo y productos… De manera lenta pero sostenida se va ir reduciendo la relación energética entre Venezuela y EEUU, lo cual es una insensatez ya que históricamente es nuestro mercado natural, representa el centro de consumo petrolero más importante del mundo y entre un puerto venezolano y otro en la costa Este de ese país, hay apenas 5 días de navegación y no 70 días como es el caso de China”

Sin embargo, como decíamos, otros son más sutiles (quizá menos torpes que el “canciller” de la derecha y el analista chimbo), aunque no menos canallescos. Capriles Radonsky, por ejemplo, rechazó la medida gringa pero al mismo tiempo la justificó, al decir que “La industria petrolera es de todos los venezolanos. Todos tenemos que cuidarla y preservarla. Ninguna nación debe unilateralmente generar sanciones a nuestro país. Quiero manifestar nuestro apoyo a la industria petrolera y a sus trabajadores. Quiero enviar un mensaje de tranquilidad a todos los venezolanos a pesar del ruido que ha generado esta información, porque nuestros ingresos petroleros están garantizados”, pero agregó: “La afectación de nuestra industria petrolera es perjudicar a todos los venezolanos. El Gobierno Nacional tiene que ser cuidadoso con los acuerdos internacionales, ya que el manejo de los mismos podría poner en riesgo a nuestro país y las relaciones diplomáticas”.

¿Quiere Capriles que seamos tan cuidadosos con este tipo de relaciones como lo fue él cuando pretendió “revisar” la embajada de un país soberano en abril de 2002?

Pero así como los canallas se pronuncian, también lo hacen otras voces que no se doblegan ante las pretensiones imperiales, además de los voceros oficiales del Gobierno Bolivariano. Es el caso de la Cámara Petrolera de Venezuela, que rechazó ayer la sanción de Estados Unidos contra PDVSA, y advirtió que la medida podría también afectar directamente sus servicios. “La Junta Directiva de la Cámara Petrolera de Venezuela expresa su rechazo a las sanciones impuestas por los Estados Unidos a Petróleos de Venezuela (PDVSA) por mantener vínculos de negocio con el sector energético de Irán, integrante de la OPEP al igual que Venezuela”, indicó esta entidad privada en un comunicado.

Más allá de nuestras fronteras, algunos de nuestros mejores amigos han reaccionado sin tardanza, como el gobierno ecuatoriano: “Ecuador expresa su condena a esta medida por las repercusiones negativas que esta decisión unilateral pudiera tener sobre el comercio, las inversiones y sobre el desarrollo económico y social de las naciones afectadas, de manera particular en Venezuela”, según señaló la cancillería en un comunicado.

Igualmente se pronunció el ALBA. “Los países miembros de la ALBA exigimos a los Estados Unidos el cese definitivo de las agresiones en contra de la República Bolivariana de Venezuela, así como el respeto irrestricto a las decisiones que tomamos en ejercicio pleno de nuestra soberanía”, indicó el organismo en un comunicado difundido por la Cancillería venezolana.

Pero lo que más queremos destacar, y de manera especial, es la rápida y masiva movilización nacional de los trabajadores petroleros, con apoyo popular. Miles manifestaron en las distintas áreas de la industria en territorio nacional. Tal como dijo nuestro ministro y presidente de PDVSA, Rafael Ramírez, ante una concentración de petroleros en Anzoátegui, “Esta concentración y las concentraciones a lo largo y ancho de nuestra industria petrolera son una clara señal para el imperio”. La señal es que no nos arredraremos ante las agresiones, y que en la defensa de nuestra Patria y nuestra industria petrolera, se nos va la vida si es necesario.

Entretanto, los representantes del imperio en nuestro país siguen tratando de alborotar el adormecido, o tal vez más reflexivo avispero social opositor. Vuelve a las andanzas el grupúsculo fascista JAVU, que  inició un nuevo show, un nuevo set de Globovisión,  frente a las puertas de la Dirección Ejecutiva de la Magistratura para “exigir” que se “cumplan los acuerdos” alcanzados con el ministro del Interior, Tarek El Aisami. Según algunos medios de la misma derecha, los payasos son menos de 18, pero la parafernalia del espectáculo lo conforman realmente las ocho carpas de circo que instalaron en el plató televisivo.

También se hace evidente cómo la contrarrevolución trata de montar uno de sus frentes principales en la región de Guayana, donde como se sabe maneja algunos sindicatos, ya que allí ha hecho trabajo desde hace tiempo el partido derechista Causa R, aliado a otros representantes sindicales de la Cuarta República. Un exiguo puñado de  trabajadores de CVG Venalum llegan a su décimo día de paro. Siempre en búsqueda del show, denunciaron que “grupos armados de la construcción” están dentro de la planta operando áreas neurálgicas y de alto riesgo sin ningún implemento de seguridad. Así tratan de disimular que la mayoría de los trabajadores continúan en sus puestos y rechazan la acción minoritaria y focalizada de estos contrarrevolucionarios.

Por supuesto, el grupete de amotinados carga contra Chávez. José Villasana, uno de los desclasados en paro, declaró que “Esa gente anda de bermudas y sandalias operando las celdas. Señor presidente, lo hacemos responsable de lo que pueda suceder allí adentro. Están desmantelando la empresa, se están llevando plasmas de los comedores, computadoras de las oficinas y los residuos de las coladas de aluminio”.

Estas irresponsables acusaciones no tienen ninguna comprobación, pero son útiles para que la canalla mediática trate de seguir montando el escenario virtual de conflictividad  laboral. En ese sentido, Manuel Díaz, presidente de Sutrapuval, quien estuvo dos días detenido, dijo que "la situación es insostenible, esto es un caos. Esa gente, esos malandros están armados adentro amedrentando a los trabajadores. Los vamos a sacar y no vamos a permitir mas atropellos"…Este sujeto Manuel Díaz, por cierto, fue imputado por porte ilícito de armas, y está en libertad bajo régimen de presentación cada 30 días.

Recordando los tiempos pasados cuando los sindicaleros reinaban a sus anchas y adelantaban sus negocios en las empresas básicas, otro representante del grupúsculo alzado señaló: “Señor presidente Chávez, los trabajadores estamos indignados por esta situación. Primera vez en la historia que se ven hechos como estos en nuestras empresas. Esta gente las va a destruir. Queremos que se vayan ellos y Rada Gamluch presidente de la fábrica, quien fue el que los metió”. Vienen con todo, aunque sus armas están bastante amelladas.

Otra táctica de la contrarrevolución es la activación de organizaciones “ciudadanas” fantasmas, no electas por nadie sino montadas según las conocidas recetas de la CIA para la utilización de la “sociedad civil”. Es el caso de una entelequia llamada “Comisión de Usuarios del Transporte Público”, que ya ha asomado su hocico en otras oportunidades. Uno de sus voceros, Luis Alberto Salazar, “presidente” de ese armatoste, rechazó el ajuste en las tarifas del Metro de Caracas, que están entre las más bajas del mundo. Este escuálido probablemente tarifado, volvió sobre el tema de las fallas del subterráneo, que como se sabe están siendo afrontadas con bastante éxito por parte de la compañía estatal.

Adelantándose a los acontecimientos, Salazar dijo no creer que los ingresos adicionales vayan a ser invertidos en el mantenimiento de los trenes. Acudiendo a un paradoja inexplicable, afirmó que “para que el Metro de Caracas pueda dar un aumento de tarifas, debería estar el sistema totalmente operativo, es decir que no hubiese una escalera dañada, que el aire funcionara y los torniquetes operativos”. Precisamente, el moderado aumento de tarifas contribuirá a proveer fondos para el mantenimiento. Pero la cosa es oponerse, sin ni siquiera consultar a los verdaderos usuarios, así son de democráticos estos peleles.

N.F. es periodista.

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