Oriente Medio. – CUANDO EL DESASTRE ES AGONÍA

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

EL LLAMADO DE LOS 120

Alrededor de esa mesa deberían sentarse «todos» los actores del conflicto para estudiar «todos los elementos de un acuerdo de paz global» y relanzar «la dinámica de las negociaciones», subrayan los autores del artículo, entre los que están los ex presidentes de México, Ernesto Zedillo, y de Argentina, Raul Alfonsin. Respaldan el escrito también los ex jefes de Estado de Estados Unidos, Jimmy Carter; de Rusia, Mijail Gorbachov; y de Portugal, Mario Soares; así como ex primeros ministros, como el francés Lionel Jospin, el británico John Major y el canadiense Jean Chretien.

Figuran además, entre otros, cuatro galardonados con el Premio Nobel de la Paz: el nacionalista moderado irlandés John Hume, el arzobispo sudafricano Desmond Tutu, el Dalai Lama y la iraní Shirin Ebadi, así como el ex secretario general de Naciones Unidas Butros Ghali.

Los 120 se muestran preocupados por la crisis actual en Oriente Medio, «la más grave desde hace años», y advierten de que en este conflicto «perdemos todos», «salvo los extremistas». Estos últimos «prosperan a lo ancho del mundo explotando la rabia que continúa generando» la falta de solución a la crisis árabe-israelí, aseguran los firmantes. Y agregan: «Cada día que pasa se aleja un poco más la perspectiva de una solución pacífica y duradera. Mientras dure el conflicto, engendrará violencia e inestabilidad en la región y más allá».

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También recuerdan que las grandes líneas para solucionar este problema ya están trazadas. Se trata de las resoluciones 242 y 338 del Consejo de Seguridad de la ONU, de los llamados «parámetros de Clinton», de la iniciativa de la Liga Arabe de 2002 y de la «Hoja de Ruta» propuesta en 2003 por el Cuarteto (ONU, Estados Unidos, Unión Europea y Rusia).

El objetivo –subrayan– debe ser la seguridad y el reconocimiento completo del Estado de Israel en los límites de las fronteras reconocidas internacionalmente, el fin de la ocupación del pueblo palestino y la creación de un Estado palestino –independiente, viable y soberano– y la devolución a Siria de sus territorios perdidos.

A la espera de que pueda convocarse una nueva conferencia internacional sobre Oriente Medio, los autores del artículo creen que hay medidas «cruciales» que las partes implicadas «podrían y deberían adoptar». Citan, por ejemplo, la necesidad de apoyar al Gobierno de unidad nacional palestina y terminar con el boicot político y financiero de la Autoridad Nacional Palestina, así como mejorar de forma rápida la seguridad y la recuperación económica palestina. Paralelamente, recomiendan que, bajo la tutela del Cuarteto, se lleven a cabo conversaciones a tres bandas entre israelíes y palestinos, israelíes y sirios e israelíes y libaneses.

«Para resolver el conflicto árabe-israelí y evitar sus terribles consecuencias, necesitamos desesperadamente ideas nuevas y una voluntad política fuerte», concluyen los 120 en su nota.

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* Comite Palestino-Chile.

Fuentes: Agencia EFE y www.unionradio.com.ve

LOS CRÍMENES DE GUERRA Y EL SILENCIO DE LA CIVILIZACIÓN

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Israel viola sistemáticamente los Derechos Humanos y comete crímenes de guerra, en eso no hay duda alguna. Así lo confirman los hechos concretos y centenares de informes e investigaciones de grupos independientes y organizaciones humanitarias.

Lamentablemente el silencio cómplice y el doble estándar de la comunidad internacional ayuda y fomenta tales atrocidades. En los últimos meses estas violaciones se han acrecentado.

Christaki Masad*

Presenciamos pasivamente una verdadera maratón de violaciones a los derechos humanos. Las atrocidades cometidas contra la población civil tanto palestina como libanesa son verdaderamente criminales. Bombardeos indiscriminados, matanzas de civiles, niños y mujeres, aldeas y ciudades arrasadas, ataques desproporcionados y planificados contra edificaciones, instalaciones e infraestructura, utilización del horroroso fósforo blanco y bombas de defragmentación, de las que aún existen un numero no cuantificable que no han estallado.

El ejército israelí actúa sin ningún tipo de contención moral ni limitación. Todo lo contrario, con crueldad, salvajismo, venganza y la lógica del castigo colectivo. Las fotografías de niños israelíes escribiendo mensajes en los obuses y proyectiles –de Sebastian Scheiner de la agencia de noticias AP) ilustran la cultura de la muerte y una lógica criminal, inclusive traspasada a los niños. La sociedad «civilizada» tolera y hasta justifica estos hechos y conductas.

Basta con revisar la prensa para encontrar un sinfín de atrocidades y crímenes de guerra, por ejemplo: recurrente utilización de mujeres y niños palestinos como escudos humanos (Organización israelí de derechos Humanos B’Tselem 17 de julio de 2006, diario españolABC del 21 de julio de 2006 y la BBC de Londres boletín del 26 de julio de 2006).

El día siete de agosto de 2006 la Subcomisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en Ginebra en su 58a sesión expresa un sentimiento de «profundo dolor y escándalo por la negación y violación masiva de los derechos humanos en el Líbano». Por su parte expertos de Naciones Unidas han identificado 10 sitios en los que Israel utilizó bombas de racimo en sus ataques aéreos al sur del Líbano y temen que haya muchos más. (Grupos de defensa de los derechos humanos, Reuters 17 de agosto de 2006).

El 31 de agosto de 2006, Amnistía Internacional hizo un llamado a los ministros de Asuntos Exteriores de la UE –que se reunieron en Finlandia el primero de septiembre– para que apoyen activamente al secretario general de la ONU, Kofi Annan, en el establecimiento de una investigación exhaustiva sobre las violaciones de derechos humanos en el Líbano.

El mismo día, el jefe humanitario de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Jan Egeland, confirmaba, que miles de civiles están en riesgo en el sur de Líbano a causa de las bombas de racimo que no estallaron y que el ejército israelí esparció en los últimos tres días del conflicto.

El Centro de coordinación para la desactivación de bombas de la ONU ha evaluado «casi 85 por ciento de las áreas bombardeadas en el sur de Líbano» e identificó «359 puntos con cerca de 100 mil bombas sin estallar.»

«Lo que conmociona y yo diría que es completamente inmoral es que el 90 por ciento de los impactos de las bombas de racimo ocurrieron en las últimas 72 horas del conflicto, cuando ya se sabía que habría una resolución, y sabíamos que terminaría», subrayó Egeland. Agregó que las bombas podrían haber sido manufacturadas «en muchos lugares», incluido Estados Unidos.

«Esos lugares donde se fabricaron las bombas deberían tener una conversación seria con Israel sobre el uso que les han dado y que están haciendo nuestras vidas tan miserables», señaló. «Espero que Estados Unidos hable sobre esto con los israelíes porque es una atrocidad que haya 100 mil bombas donde niños, mujeres, comerciantes y campesinos ahora deben andar con cautela», aseguró Egeland. (AFP Y DPA y La Jornada de México 31 de agosto de 2006).

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Se anunció el seis de septiembre de 2006 que expertos independientes de la ONU en materia de derechos humanos visitarán el Líbano para investigar presuntas violaciones del derecho humanitario internacional denunciadas durante el conflicto. Y el 14 del mismo mes la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH), informó que Israel cometió «crímenes contra la humanidad» durante su intervención militar en el Líbano. En ese acto uno de los vicepresidentes de la FIDH, Michel Tubiana, definió la intervención israelí en el Líbano como un «castigo colectivo que carece de toda razón militar (…) El Ejército israelí ha cometido crímenes de guerra masivos que no tienen ninguna justificación».

La también vicepresidenta de la FIDH Souhayr Belhassen ha señalado que la misión «constató crímenes contra la humanidad, contra civiles».

«Las destrucciones han sido terribles», dijo Belhassen en alusión a los inmuebles e infraestructuras, y describió como «espantoso» y «terrible» el escenario posterior a los bombardeos (diario El Mundo de España, 14 de septiembre de 2006).

Especialistas de la Organización de las Naciones Unidas denunciaron la existencia de hasta un millón de bombas contenidas en los explosivos de tipo racimo que permanecen sin detonar en el sur de Líbano (ONU, BBC de Londres y agencias, 27 de septiembre).

Ese mismo día la diputada israelí Zehava Gal-On y la organización de derechos humanos de Israel B’Tselem, criticaron la conducta del ejército de su país en la Franja de Gaza, incluida la destrucción de servicios básicos como una planta eléctrica (Prensa israelí y Prensa Latina 27 de septiembre de 2006).

El día 4 de octubre, los relatores especiales de la Organización de Naciones Unidas (ONU), señalaron que Israel cometió «serias violaciones a los derechos humanos y humanitarios» durante su intervención en Líbano (La Jornada de México, 4 de octubre de 2006).


* Integrante del Departamento de Derechos Humanos, Comité Democrático Palestino – Chile.
Ambas informaciones se agradecen a Edison Barría, del mismo Comité.

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