Pasas para la memoria

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Si no escondieran un problema ideológico y político muy serio para la Izquierda chilena, resultarían conmovedores los esfuerzos del presidente del Partido Comunista, diputado Guillermo Teillier, por reforzar la unidad -pegada con engrudo- de su partido con el Demócrata Cristiano, a costa de la verdad histórica.
Ejemplo de ello es el discurso pronunciado por Teillier en el homenaje que la Cámara de Diputados rindió al ex presidente Eduardo Frei Montalva con motivo de los 50 años de su triunfo electoral.
Su pieza oratoria mereció los honores de las páginas centrales del semanario El Siglo, órgano oficial del Partido Comunista. La interpretación histórica de Teillier debe haber resultado una sorpresa paramuchos militantes del PC.
El parlamentario inició su discurso con una autocrítica. Su partido, dijo, no logró comprender en 1964 que las propuestas de Salvador Allende y Eduardo Frei tenían “un denominador común”. Ambas, dijo, respondían a las exigencias de cambio en el país.
El programa de reformas de Frei -agregó- “creaba las condiciones y la necesidad de que el gobierno que lo sucediera fuera del mismo signo o de una posición que de alguna manera diera cuenta de los sentimientos del país”.
A continuación su discurso es una exégesis de la obra del presidente Frei: reforma agraria, “chilenización” del cobre y promoción popular. En claro mensaje al gobierno de Bachelet, Teillier destacó “la decidida voluntad de Frei de cumplir íntegramente con su programa” que enfrentó la oposición de las fuerzas conservadoras de la época. Algo así como lo que sucede hoy.
El discurso del líder comunista culmina destacando que en los años 80 Frei “tomó la decisión de enfrentar a la dictadura, haciendo un llamado a la unidad de las corrientes democráticas y progresistas del país para recuperar el sistema democrático”.
Lo anterior no merecería reparos -entendido en el marco del ajedrez político que se juega al margen de la lucha de clases-, si el discurso de Teillier no omitiera la verdad histórica. Por ejemplo, que Frei Montalva fue elegido con importante apoyo económico y asesoría de la CIA norteamericana como respuesta a la Revolución Cubana. La “revolución en libertad” de Frei -que obtuvo el 56,09% de los votos- tuvo también el apoyo de la derecha política y empresarial para derrotar a Salvador Allende -38,93% de la votación- mediante una sucia campaña del terror que pasó a la historia de las maniobras de esegénero.
El diputado Teillier también omitió las masacres cometidas por el gobierno de Frei. En la mina El Salvador -el 11 de marzo de 1966- que costó la vida a seis obreros y dos mujeres; y en Pampa Irigoin, Puerto Montt -el 9 de marzo de 1969- en que perdieron la vida diez pobladores y resultaron heridos otros setenta.
Esto por no hablar de la frustrada conspiración de Frei con Jorge Alessandri para impedir la elección de Allende en el Congreso Pleno de 1970. Sin mencionar tampoco el complot encabezado por Frei, entonces presidente del Senado, para derrocar al presidente Salvador Allende en 1973. Y sin siquiera traer a colación la famosa carta de Frei a Mariano Rumor, presidente de la Unión Mundial de la Democracia Cristiana, en noviembre de 1973, justificando el golpe de Estado y la sangrienta masacre de trabajadores comunistas, socialistas, miristas, etc., que tenía lugar en Chile en esos días. Es difícil encontrar el “denominador común” entre los gobiernos de Frei y de Allende, como pretende Teillier. Lo impide la verdad histórica.
Son hechos que no se pueden modificar ni esconder. La historia no es oportunista. Simplemente es historia. No siempre se acomoda a las exigencias políticas del presente. Aunque se oculte, siempre termina siendo… Historia.

Addendo

La condescendencia de Don Guillermo (Teillier)

Manuel Loyola, editor de www.izquierdas.cl (Universiad de Santiago – USACH)

Señor director de Punto Final:

Me permito una reflexión a propósito de su artículo sobre las palabras de Teillier («Pasas para la memoria», PF 813: www.rebelion.org/noticia.php?id=189777&titular=pasas-para-la-memoria-). Sin duda que estamos delante de una condescendencia histórica que sólo puede explicarse por los compromisos electorales y programáticos de gobierno que el PC suscribió con la Concertación, hoy Nueva Mayoría. Se trata, por tanto, de un relato de ocasión justificado por esos acuerdos, y, en tal sentido, es algo lógico que no debería sorprender.

Que así sea, sin embargo, no inhibe que las palabras de Teillier hubiesen estado acompañadas también de más de alguna indicación crítica sobre el rol de la DC y Frei Montalva en los años 60 y 70. No creo que tales reparos hubiesen provocado escándalo, y es lo que esperaría cualquier militante o simpatizante comunista o de la Izquierda. Pero no fue así. Y ello tal vez porque en la mente del dirigente comunista prime más la condescendencia que el reconocimiento de los hechos. ¿Tan feble es la “unidad” de la NM que se tiene que tratar con algodones el pasado político del país? ¿O tan entregado se haya el PC al gobierno actual, que no cabe en él posibilidad alguna de contraste con sus “aliados”? Pareciera que sí.

Es cierto que los cambios que el país reclama demandan de acuerdos básicos entre las fuerzas que están por ellos y, en tal sentido, las alternativas de encuentro entre la DC y organizaciones de Izquierda son cruciales. Pero no es menos cierto que los arreglos unitarios no pueden ser cualquiera, ni tampoco determinados por la sola lógica del imperio neoliberal que desde décadas padecemos. En este sentido, bien podría preguntarse Teillier si la DC actual es la DC de hace 50 años; si las perspectivas de cambio de hoy responden al sentido transformador de inicios de los 60 y, sobre todo, si las posibilidades de acercamiento con la DC actual se dan con una Izquierda y un PC poseedores de una política emancipadora más clara y coherente, como tal vez en los 60. Supongo que es sobre esto último que debería pensar el PC, si quiere realmente hacer unidad efectiva, y no andar omitiendo cosas para que no se enoje el vecino. Bien sabemos que una relación que se da a base de la vista gorda tiene muy pocas posibilidades de prosperar, a no ser que la hipocresía nos haga soportar lo insoportable.

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1 comentario
  1. LAUTARO ROJO MILLPAN dice

    Las cosas hay que decirlas por su nombre.
    ¿Cómo es posible que puedan hipocritamente decirse tantas estupideces,alabando la politica del expresidente Eduardo Frei Montalva?
    Frei,Patricio Ailwin,Pinochet y Kissinger, fueron junto con el inefable Agustin Edwards, los que tuvieron el cinismo de traicionar a Chile,acudiendo al despacho del Richard Nixon,para conseguir el dinero y el visto bueno de asesinar al entonces presidente Constitucional de Chile Dr. Salvador Allende.
    ¿No han sido los D.C., los traidores más grandes que como partido politico ha tenido Chile?
    ¿De qué Reforma Agraria y defensa del Cobre estamos hablando?
    Cómo y en que cabeza puede ocurrirsele a un alto dirigente del Partido Comunista de Chile, hablar tantas pendejadas a favor de quienes traicioonaron y asesinaron a un presidente del pueblo como Salvador Allende.
    Despues del Golpe Militar, Chile se llenó de traidores,comenzando con los mismos golpìstas,que por venderse y cobardía, tuvieron temor de que el pueblo se tomara el poder y se abrieran los tribunales populares, para enjuiciar a los mismos que hoy han seguiodo vendiendo al paìs.
    Discursos como este del presidente del Partido CVomunista de Chile, no pueden volverse a repetir y que nuncva más se oiga a un comunista tirándole flores a un miembro de un partido que desde su nacimiento y constitución, se ha identificado como un sirviente del capitalismo salvajke y aliado incondicional de la oligarquía chilena.
    En la politicva hay quienes también se protituyen.

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