Poesía. – ANTOLOGÍA EN ECUADOR Y EN CHILE EL SOL DESDE LA SERENA

1.032

Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

En la página 15 del breve Poemas del sol se lee:

foto
Heme aquí en los Bajos Fondos
En un puerto de miedo y festín
de filudos cuchillos y dulces bondades
de encajes negros y perversidad
De atardeceres, pájaros marinos y luz que se va».

Los poetas tienen algo de bandoleros
Disparan al corazón y a la bolsa
y guardan a un costado del talento
el sentido de sus afanes

En otro tiempo fueron expulsados de la República
por cargos de corrupción, vagancia y locura
Por sabotear el orden de las cosas naturales
y oponerse a la vara cual la cual serían medidos.

En un tiempo en que el que hacer poético parece anclado entre el mero artificio, algún minimalismo que no alcanza a dibujar sombra –poetas que escriben para demostrar quién sabe qué a otros poetas– he aquí un estilo madurado a golpes de vida, desarraigos, viajes, amores perdidos (perdidos, no olvidados ni llorados) «nihilísticamente» limpio, sin subterfugios.

Álvaro Ruiz presentó estos Poemas del sol en la casa de la Sociedad de Escritores de Chile en Santiago. Sin estridencia, como quien deja una tarjeta debajo de la puerta: «Estoy vivo, saludos». Y probablemente además para rescatar el «Non serviam» de Huidobro toda vez que –le dice a su amigo Jorge Teillier en De un hombre solo en una casa sola–: «No fuimos capaces de incendiar la casa / Reducirla a cenizas / E irnos a los bosques / Sin miedo» (pág. 20).

foto
Con una amplia trayectoria en el mundo de la cultura en México, Perú y su propio país, Ruiz sin embargo huye de las referencias, instalándose en el último Sol de aquellos que no precisan orbitar estrellas para ir construyendo con los años una obra sólida, que abarca desde el ensayo a la investigación (bucea en los últimos años los escritos sobre estética de César Vallejo). T al vez por ello cierra este libro una suerte de admonición –quizá un recuento–:

Nunca fui a ninguna parte
ni siquiera a la esquina
Siempre me quedé en mí mismo
mirando lo que no existía
Y así fui sumando los árboles
de la arboleda
Que eran apenas menos de cien.

Bien por El Consejo Nacional de las Artes y la Municipalidad de La Serena, que hicieron posible la publicación de éste, un libro necesario.

ANTOLOGIA POETICA DE JAIME GALARZA

foto
Más conocido por sus ensayos (El Festín del Petróleo, El Yugo Feudal, Quienes Mataron a Roldós), el escritor ecuatoriano Jaime Galarza Zavala es, ante todo, un poeta. De ello dan cuenta sus seis libros publicados. En ellos el fulgor de la palabra ilumina el compromiso del escritor con la historia y el devenir de su pueblo.

La poesía de Galarza –algunos de cuyos textos analíticos de la realidad social hemos reproducido en Piel de Leopardo– conforma una de las corrientes del río contestatario de las letras inerocamericanas contemporáneas; en su caso es un reto directo al sistema establecido, a los poderes imperiales, al dogmatismo, a las burocracias. Pero también una voz viva y actualizada empecinada en dejar un mensaje ecológico y libertario.

Esta Antología es presentada por un estudio crítico de Marco Antonio Rodríguez; la edición pertenece a la Casa de la Cultura Ecuatoriana. El libro fue oficialmente «bautizado» en la sala Demetrio Aguilera mata de la citada entidad el dos de mayo de 2007.

Un texto de Galarza:

Nuestra guerra

1
Esta es la guerra del pobre
Por el pan y por la estrella.
Esta es la guerra del siervo
por su siembra.

Esta es la guerra de los pueblos míseros
contra el imperio de la panza llena.
Esta es la guerra del hombre por el hombre.
La guerra de la paz contra la guerra.

2
Aquí hay sangre y sangre y sangre.
En nuestra dulce América.
Aquí mataron siempre los señores.
Los propietarios de hombres y de haciendas.
Los dueños del petróleo y del estaño.
Los dueños del carbón y las moliendas.
Los dueños del café y del cacao.
Los dueños de las aguas y las hembras

Aquí hay sangre y sangre y sangre.
La paz es letra muerta.
Aquí guerreamos cinco siglos
En nuestra dulce América.

Guerreamos por más señas desde el día
que llegaron aquellas carabelas
y hombres que nos cambiaron baratijas
por el sol y la tierra.

foto
Los echamos al fin, pero enseguida
Llegaron otros amos, de otra lengua.
Vampiros democráticos. Piratas de levita.
Buitres borrachos de sangre y de chequeras.
Infantes de marina a cuyo lado
Pizarro es una pálida azucena.
“América para los americanos” nos dijeron,
Y se quedaron con América.

Por eso no han callado los tambores
Y Bolívar galopa cual centella,
Artigas organiza la esperanza,
Cruza San Martín la cordillera
Y lanzando su voz huracanada
José Martí convoca a la pelea,
Con sus barbas crecidas allá, arriba,
En los duros combates de la sierra.

3
Esta es la guerra del pobre
Por el pan y por la estrella.
Esta es la guerra del siervo
Por su siembra.

Esta es la guerra de América Latina
Por su suelo, su cielo y su bandera.
La guerra de Los Andes orgullosos
Contra los rascacielos de brutal soberbia.

La guerra del jaguar voluntarioso
Contra los fabricantes de escopetas.
La guerra de las pampas indomables
Contra los calabozos y las rejas.

La guerra de los cóndores altísimos
Contra los bombarderos que la muerte llevan.
La guerra de los pumas naturales
Contra el coyote que del norte llega.

La guerra de los hombres por los hombres.
La guerra de la paz contra la guerra.

(Se agradece a ALTERCOM, agencia de prensa del Ecuador, comunicación para la libertad, la información sobre el lanzamiento del libro de Jaime Galarza).
www.altercom.org.

También podría gustarte
Deja una respuesta

Su dirección de correo electrónico no será publicada.


El periodo de verificación de reCAPTCHA ha caducado. Por favor, recarga la página.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.