¿QUE PASARÁ CON EL AGUA DE LOS CAIMANES?
La ciudadanía se mueve. La información y la denuncia –y el temor– no nos llegó vía ningún grupo ambientalista (y no es que aquellos manifiesten desinterés, simplemente nos llegó por otro camino: uno de animadores culturales*). Se trata de lo que cierne sobre una pequeña comunidad de la IV Región, en el norte de Chile.
Es una espada de Damocles, sólo que ésta no pende para recordar que la riqueza propia tiene un precio; es el precio que deberán pagar –a menos que se tomen cartas nuevas en el asunto– para cautelar riquezas ajenas. La espada caerá sobre la cabeza de los habitantes de Los Caimanes, un pueblo conformado a través de largos años de esfuerzo y el trabajo de sus pobladores.
«En un principio –dicen– carecíamos de agua potable, electricidad, pavimento, etc. Hemos aprendido a organizarnos y con la ayuda y colaboración de todos hemos ido sobrepasando cada una de las dificultades». Y agregan:
«La nuestra es una región que padece prolongadas sequías, nuestros riachuelos suelen evaporarse antes de llegar a nuestras manos, es por ello que el problema de agua potable lo resolvimos al encontrar napas subterráneas a 8 kilómetros de distancia de nuestro pueblo. Los trabajos fueron realizados por la comunidad en conjunto, y una vez terminados regularizamos la situación ante el gobierno de Chile suscribiéndola como nuestra fuente de agua potable».
La cola del diablo
En las cercanías del pueblo de Los Caimanes se encuentra la minera Los Pelambres ligada al grupo Luksic –importante grupo económico-financiero chileno–- «Esta minera pretende hacer un embalse de relave, lo que significa depositar 1.7 millones de toneladas materiales tóxicos encima de donde se encuentran las napas subterráneas que constituyen nuestra única fuente de agua potable.
«El relave es el desecho que resulta del refinamiento del mineral, y contiene un sinnúmero de elementos y minerales tóxicos para la salud humana: arsénico, estroncio, óxido de silicio, cloro, plomo, óxido de aluminio, azufre y otros.
Flora y fauna condenadas a la extinción
«Sin duda alguna las napas se verán contaminadas, haciéndolas inútiles para el consumo humano –afirman los habitantes de Los Caimanes y otros poblados del sector–. Para hacer este embalse necesitan construir una muralla de 270 metros de altura, inundando todo el valle. Destruirían así todo el ecosistema del lugar y dejarían enterrados restos arqueológicos de unos 10.000 años de antigüedad.
«La empresa tiene al menos otros 28 lugares donde pueden hacer su embalse de desechos tóxicos, lugares donde el daño causado sería mucho menor, pero se niegan a asumir el mayor costo de estas posibilidades».
Hemos golpeado todas las puertas y estas se han cerrado en nuestras narices, la empresa representa un importante grupo económico con el poder de silenciar voces, comprar voluntades y enceguecer miradas.
«Hemos ido a los canales de televisión buscando ser escuchados y los reportajes nunca han sido emitidos, pues son comprados antes de que salgan al aire. Incluso le escribimos una carta al presidente de la República, Don Ricardo Lagos, y éste respondió que la decisión estaba en manos del Intendente de nuestra región. Estamos cansados y desesperados ante la impotencia de ser ignorados por ser pobres, sentimos que se nos agotan los caminos y con ellos las esperanzas.
«Pedimos el apoyo de cualquier ciudadano consciente que desee apoyarnos en esta lucha, una lucha por un bien tan esencial e indispensable como es el agua, nuestra agua».
Más de un centenar de firmas, de distintas regiones del país suramericano han recibido en la casilla electrónica habilitada apoyando la resistencia de Los Caimanes a la embestida de la empresa minera.
La casilla es: vioglasal@hotmail.com
No sería mala idea iniciar una «cadena laica» aunque, claro, sin otra promesa que la de dar una buena pelea a los «dueños de siempre». Sobre la familia Luksic, en cuanto a su poderío económico, puede leerse en esta revista un artículo del periodista Ernesto Carmona (www.pieldeleopardo.com/modules.php?name=News&file=article&sid=1372).