Quiebras desconciertan las finanzas estadounidenses

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Prensa Latina

Un año después del estallido de la burbuja financiera estadounidense, y su expansión global, los más importantes bancos de inversión continúan rumbo a la bancarrota, mientras flaquea la integridad financiera de muchas entidades.

A principios de esta semana, las bolsas de valores del orbe quedaron a la expectativa tras una crisis sin equivalente en el cuarto mayor banco de este tipo, Lehman Brothers.

La Bolsa de Nueva York contuvo el aliento cuando después de varias jornadas consecutivas de descenso la entidad empezó a cerrar en baja.

Mientras la compañía analizaba entonces la posibilidad de buscar un comprador, los especialistas reconocían que ésta era la peor semana de su historia, y que la catástrofe financiera era inminente.

Asi, después de varias negociaciones frustradas para su compra, el banco informó el lunes su quiebra.

El mercado se muestra convulso incluso para el rescate, en una coyuntura donde el Bank of América, la mayor compañía del mundo en su categoría, compró a Merrill Lynch, también en bancarrota.

Asimismo, la Reserva Federal del país norteño anunció una serie de medidas adicionales para apoyar el mercado con el objetivo de mitigar los riesgos y alteraciones potenciales ante el colapso de Lehman Brothers.

Esta firma, de 158 años de antigüedad, mantiene vínculos directos con innumerables organismos que pueden verse afectados con su caída.

La fractura de Lehman no sólo puso las bolsas del planeta boca abajo en lo que se consideró un lunes negro para el sector, sino que se materializó en el despido de 25.000 personas, cuando el desempleo en el país alcanza ya un 6,2 por ciento.

Alrededor de 50.000 millones de dólares fueron contaminados por las hipotecas basura, razón que convierte al suceso en la más importante bancarrota ocurrida en la nación desde 1990.

Lehman es el tercer banco de inversión que desaparece o cambia de manos en seis meses en Estados Unidos, después de que en marzo Bear Stearns obligara a intervenir al Departamento del Tesoro y en la noche del domingo Bank of America comprara a Merrill Lynch.

Los expertos alertan que tras el rescate de Bear Stearns por JP Morgan, el final de Lehman y la compra de Meryll, tan sólo quedan dos grandes entidades de inversión estadounidenses aparentemente intactas por la crisis: Morgan Stanley y Goldman Sach.

Sin embargo, este último, considerado el principal banco de inversiones de la potencia occidental, anunció que en los nueve primeros meses de su ejercicio fiscal ganó un 47 por ciento menos que en el mismo período de 2007.

También su ganancia en el tercer trimestre fue un 70 por ciento inferior a la de igual lapso del año anterior, señalaron.

El presidente del organismo, Lloyd Blankfein, catalogó el último período de desafiante, al ver reducirse el mercado tanto en la actividad de los clientes como en la valoración de los activos.

En este convulso contexto, la aseguradora American Internacional Group (AIG) también descendió en la plaza neoyorquina el lunes, alrededor de un 61 por ciento, llevando a Wall Street a su peor día luego de los atentados del 11 de septiembre del 2001, según los operadores.

Hoy, la situación se expande por todo el mercado del crédito y los que dependen de este, y pone al Estado en una situación comprometedora, cuando deben evitar un hundimiento mayor del sistema, advierten los especialistas.

Ocurrió ya con el banco Bear Stearn, y las hipotecarias semipúblicas, Freddie Mac y Fannie Mae, entre muchas otras empresas.

Pero esta situación seguirá ocurriendo mientras el sector monetario no se reponga de lo que los inversores consideran una de las peores crisis en la preocupante mayor economía del planeta.

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