Reflexión en la tarde del ocho de marzo

Alejandra Lagos Werth

El ocho de Marzo no es fiesta, es simbología pura y también recuerdos. De mujeres luchadoras. Por eso pienso que tal vez el mejor homenaje masculino no sea felicitarnos. sino hacernos parte de sus vidas como entera no como medias naranja. Tanto ellos como nosotras somos individuos.
| ALEJANDRA LAGOS WERTH.*

Y eso quiere decir que nos debemos respeto, somos iguales —con algunas diferencias pero somos iguales en esa mínima diversidad. Seguramente compartimos sueños, alguna alegria y toda esa bola que es la vida.

Por eso creo que los unos y las unas debemos de andar juntos, apoyarnos respetarnos y, sobre todo, luchar unidos por un mundo mejor, más igualitario; lo dicho: igualdad en las diferencias.
De veras creo que si logramos caminar por esta vida a un mismo paso, con un mismo objetivo y con el mismo respeto podríamos construir un mundo mejor.
Ciertamente un abrazo especial, una flor, un chocolate, en fin, alegran el día.

(Dicho todo lo anterior, ¡claro que se agradece tanto saludo!; de verdad hace bien el reconocimiento del otro, el abrazo fuerte del companero del amigo del hijo, también es bueno saber de las amigas — y sobre todo saber que así como seres únicos, cada una cada uno en su mundo, somos todos hermanos en una lucha compartida).

Mientras este ocho de marzo se desliza hacia el ocaso, un abrazote fuerte para cada una de mis companeras de ruta y de vida, aunque de seguro con muchas no nos conocemos; y sin embargo nos reconocemos en el dia a dia.

Un beso, un poco amargo, cierto, a las que por fuerza de dictadores no están, a las que dieron sus vidas por esto de mejorar el mundo que habitamos todos —y sobre todo a las que nos siguen, que han aprendido de las anteriores y no saben olvidar.

Que haya sido un buen día y que cada otro por venir sea más bello en este luchar por un mundo más justo, mas igualitario, más amable.
——
* Editora, promotora cultural.