Rondan en Cancún fantasmas de Wikileaks y del coreano Lee

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Luis Hernández Navarro
El domingo fue día de fantasmas en la conferencia sobre cambio climático de Cancún. Primero, las revelaciones del portal Wikileaks sobre cómo Estados Unidos orquestó una maniobra diplomática mundial secreta, para aplastar la oposición al "acuerdo de Copenhague", el documento no oficial que se trató de imponer de la cumbre de Copenhague en 2009. Después se apareció el espectro del campesino coreano Lee Kyung Hae, que el 10 de septiembre de 2003 se inmoló en esta ciudad en protesta contra la Organización Mundial de Comercio (OMC).

Wikileaks

La noticia cayó como bomba. El fantasma de Wikileaks llegó a Cancún. Aunque la información fue publicada por el diario inglés The Guardian desde el pasado viernes, se ha ido esparciendo en corrillos y reuniones informales con rapidez e indignación, dejando muy mal parados a la delegación de Estados Unidos y a sus aliados en la conferencia.

La difusión de las intrigas de Washington en la pasada cumbre de Copenhague, en contra de los países que se oponen a la posición estadunidense sobre la lucha contra el calentamiento global; de cómo utiliza la ayuda financiera a ciertas naciones para conseguir apoyo político, y cómo las negociaciones están marcadas por la desconfianza y las promesas rotas, ha caído como un balde de agua fría entre los delegados.

“Ya lo sabíamos, pero es diferente que se divulgue de esa manera –dijo un alto funcionario de una nación sudamericana presente en la conferencia–. Han estado comprando o tratando de comprar la adhesión de los países más necesitados para que se sumen a su posición. Cuanto más pequeños y necesitados son, más fácil es hacerlo. A otros, los que tienen mayor peso político y económico, como Sudáfrica, les ofrecen financiamiento para cambiar su matriz energética. A Brasil le guiñaron el ojo con la promesa de que ocupe un lugar permanente en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. A la India, su derecho a tener la bomba atómica.”

Los documentos revelados le dan la razón. Uno de los cables explica cómo el 11 de febrero de 2010 el delegado de Estados Unidos para el cambio climático, Jonathan Pershing, se reunió con la comisaria de Acción por el Clima de la Unión Europea, Connie Hedegaard, en Bruselas, donde ella le dijo, según otro cable, que la Alianza de los Pequeños Estados Insulares podría ser nuestro mejor aliado, "dada su necesidad de financiación".

La broma entre muchos delegados era cuándo se divulgarían los informes secretos sobre las presiones y maniobras estadunidenses en Cancún. No en balde la canciller mexicana Patricia Espinosa tuvo que insistir hoy nuevamente en que no está trabajando en ningún documento secreto.

El regreso del señor Lee

Siete años después de muerto, Lee Kyung Hae regresó al mismo sitio en el que se quitó la vida. Una multitud de unas 2 mil 500 personas, la mayoría de ellas jóvenes, marchó desde el deportivo Jacinto Canek, sede oficial del Foro Global por la Vida, la justicia ambiental y social, hasta el kilómetro cero de las calles de Cancún para rendir homenaje a su compañero coreano. Estaban presentes dirigentes campesinos como el vasco Paul Nicholson, el hondureño Rafael Alegría y el mexicano Alberto Gómez, quienes participaron a su lado en las protestas realizadas en Cancún en 2003 contra las pretensiones de hacer de la agricultura un punto de acuerdo de la OMC.

Una idea campeó durante la apertura y el desarrollo de los trabajos durante el primer día del Foro Global “Por la Vida y la Justicia Ambiental y Social”: es necesario descarrilar los mercados de carbono y el programa REDD que los gobiernos pretenden legitimar en la COP16.

La conclusión es que el programa Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación no reduce significativamente la emisión de gases invernadero pero sí abre la puerta a la privatización de territorios, premia a quienes contaminan y atenta contra la soberanía nacional y la sobrevivencia de las comunidades indígenas.

Es muy lamentable -dijo Alberto Gómez Flores, representante de La Vía Campesina Región Norteamérica- que el espacio de Naciones Unidas para el cambio climático se haya convertido en plataforma para legitimar las estrategias de negocios de las trasnacionales.“Las multinacionales se benefician de un número cada vez mayor de mecanismos de compensación para captura de carbono, que son nuevas formas para que las empresas trasnacionales se expandan y consoliden su control sobre aguas, territorios, y semillas”.

En el mensaje de bienvenida, Olegario Carrillo aseguró que “no se puede calificar menos que irresponsable, aunque no pocos la llaman criminal, la actitud de quienes promueven estos esquemas de privatización-mercantilización del mundo, de los bosques y la atmósfera que sólo nos acercan cada vez más al abismo”.

*Periodista y escritor m exicano, editor de La Jornada de México, desde Cancún

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