Sudán: – RECHAZO A FUERZA MILITAR INTERNACIONAL

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

El asesor presidencial Mustafa Osman Ismail respondió que el gobierno sudanés rechazó el cambio de las fuerzas de la Unión Africana, las cuales había aceptado, por una presencia más amplia de la ONU, porque la meta del mandato de la ONU es un «cambio de régimen» informaba Reuters el 4 de setiembre.

Estados Unidos ha dicho que el reemplazo de las fuerzas de la ONU es esencial ya que las fuerzas africanas no tienen suficientes fondos, personal ni equipos necesarios para el papel de «fuerza internacional de paz» que le habían asignado. Sin embargo, es la OTAN, la que debeta proveer logística, transporte aéreo, equipo y provisiones para
las fuerzas africanas.

Rusia, China y Qatar se abstuvieron de votar en la reunión del Consejo de Seguridad de la ONU y la criticaron, aunque ni Rusia ni China ejercieron su derecho al veto. La resolución sí estipula que el despliegue tomaría lugar «conforme a su aprobación por el gobierno [sudanés]». Estados Unidos han estado organizando una campaña
internacional para presionar al Sudán a que acepte las fuerzas extranjeras.

El Sudán tiene buenas razones para dudar de cualquier resolución forzada por Estados Unidos y Gran Bretaña. Inglaterra fue el colonizador brutal del Sudán. Siempre se ha opuesto a la soberanía del país.

En cuanto a Wáshington, el cambio de régimen –el derrocamiento del gobierno– en el Sudán ha estado en la agenda tanto del partido Republicano como del Demócrata. Por más de una década Estados Unidos ha prohibido inversiones, comercio, créditos y préstamos para Sudán. En 1998, durante la administración de Clinton, 17 misiles estadounidenses destruyeron la planta farmacéutica El Shifa, la mayor fuente de
medicinas para Sudán.

Sudán sabe muy bien cómo los Estados Unidos usaron la resolución de la ONU en 1990 para justificar los ataques que destruyeron la infraestructura de Iraq. Los 13 años de sanciones de la ONU contra Iraq, las cuales Wáshington exigió, resultaron en la muerte de más de 1.5 millones de iraquíes.

Estados Unidos ha ocupado el sur de Corea por más de 50 años bajo una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU. Más de cuatro millones de coreanos murieron en la Guerra de Corea de 1950-1953, la cual se dio bajo la bandera de la ONU. Las fuerzas de la ONU en Yugoslavia, Congo y Haití han sido una cubierta para las intervenciones y ocupaciones estadounidenses y europeas. Nunca han sido una fuerza de paz o
reconciliación.

A pesar de la forma en la cual está escrita la resolución de la ONU, oficiales de alto rango del Departamento de Estado de EEUU han insistido que el texto de la resolución permite a las tropas de la ONU entrar en Darfur, incluso sin el consentimiento de Sudán. Pero diplomáticos conceden que es poco probable que otros países contribuyan tropas a una misión opuesta por al gobierno de Sudán. Sudán ha prometido atacar cualquier fuerza que entre en el país sin invitación.

Todos los países de la ONU saben que el Pentágono tiene la capacidad de destacar fuerzas en cualquier parte del planeta. Saben que utilizando fuerza armada abrumadora y tácticas de «sorpresa y terror», el Pentágono puede ocupar a un país. Pero todo el mundo también sabe que en Iraq, Afganistán y ahora en el Líbano, la resistencia popular comprometida no puede ser derrotada tan fácilmente.

Sudán es el país más grande de África –igual en tamaño a toda Europa Occidental–. La región oeste de Darfur es más grande que Iraq. Si 150.000 tropas de los EEUU no pueden dominar a Iraq, 20.000 tropas de la ONU en Darfur pueden enfrentar una oposición sostenida en una región conocida por sus consistentes sentimientos anticoloniales.

El vicepresidente de Sudan, Ali Osman Taha, prometió que su país mantendrá su oposición a una fuerza armada de la ONU en Darfur y aplaudió a Jezbolá por ser modelo de resistencia. «Tenemos opciones y planes para confrontar a la intervención internacional», dijo.

La campaña Rescate de Darfur

La campaña internacional para presionar a Sudán tiene entre sus auspiciadores las mismas fuerzas políticas que fueron los partisanos más entusiastas de la invasión de los EEUU a Iraq.

Un mitin bien financiado para «Rescatar a Darfur» se organizól en el Parque Central de Nueva York para demandar que fuerzas de la ONU sean enviadas a Sudán. El mitin
destacó a personajes famosos, conjuntos musicales populares y políticos de renombre, tanto republicanos como demócratas. Es, además, un intento deliberado para dividir al movimiento en contra de la guerra de los EEUU en Iraq, satanizar aún más los pueblos árabe y musulmán, y vender una nueva guerra como si fuera un esfuerzo
humanitario.

Algunos de los grupos que expresan gran preocupación por los refugiados en Darfur se mantuvieron callados o fueron partidarios activos del bombardeo israelita del Líbano que creó más de un millón de refugiados. Estuvieron entre los partidarios más comprometidos de la invasión y ocupación de Iraq. El Presidente George W. Bush se reunió con los organizadores de la Campaña Rescate de Darfur en la Casa Blanca y elogió sus esfuerzos.

A pesar de que la Campaña Rescate de Darfur nombra muchos religiosos y militantes de derechos humanos, es una iniciativa de las organizaciones cristianas evangélicas más derechistas y las principales organizaciones sionistas. El Jerusalem Post del 27 de abril, en un artículo titulado «Judíos estadounidenses dirigen planes para una reunión sobre Darfur», describió el papel de organizaciones sionistas prominentes en una reunión semejante a para «Rescatar Darfur» en Washington.

La Asociación Nacional de Evangélicos, la Alianza Mundial Evangélica y otros grupos religiosos que apoyan fuertemente a Bush son otra fuerza importante en la coalición de Darfur.

La imputación de genocidio en Darfur fue primeramente promulgada por el general Colin Powell en 2004, cuando era secretario de Estado. Sudán apareció en la lista de países que los Estados Unidos consideraba listos para un «cambio de gobierno» durante ambas administraciones de Clinton y Bush.

A pesar de los esfuerzos por los medios de difusión corporativos de simplificar el conflicto como una lucha de invasores árabes de «Janjawid» contra el pueblo africano, es importante saber que todas las partes contendientes son africanas, todas son indígenas u oriundas de la región, y todas las partes contendientes son musulmanes del sector sunita. El árabe es el idioma común junto a cientos de dialectos locales. El Sudán tiene una de las poblaciones más étnicamente diversas del mundo. Más de 400 grupos étnicos tienen su propio idioma o dialecto.

El hambre está acabando con el área debido a una sequía que ha perdurado una década en el África del Norte. La lucha por los escasos suministros de agua ha puesto en contraposición a campesinos y pastores nómadas.

Hay una cuestión que todas las fuerzas que dicen preocuparse por el pueblo de Sudán nunca mencionan: el papel del imperialismo en mantener al Sudán pobre y subdesarrollado. Sudán tiene recursos extensos y riqueza mineral. La política de Wáshington con respecto a Sudán ha girado en torno a avivar hostilidades nacionales y regionales en el sur y el oeste para que las corporaciones estadounidenses puedan controlar el desarrollo de los ricos yacimientos de petróleo, oro, uranio y cobre que podrían hacer próspero al país.

El gobierno estadounidense puede haber asegurado una resolución de la ONU como resultado de su esfuerzo más reciente para intimidar al Sudán. Pero el problema verdadero es que el imperio estadounidense se ha extendido demasiado y no puede lograr éxito en ninguna de las guerras que ha fomentado para dominar al mundo.

Bush, al usar la intolerante frase «Islamo-fascismo» y su declaración de una Guerra Mundial III sin término contra los países que están luchando por defender su soberanía nacional, ha encontrado resistencia desde Iraq hasta Afganistán y el Líbano. Sus nuevas amenazas contra Siria, Irán, Somalia y Sudán harán pensar dos veces a más países antes de firmar para participar en beneficio de las corporaciones estadounidenses.

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* Periodista y escritora.
Artículo distribuido por la organización Workers World (www.workers.org).

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