TLCAN, un fracaso; apenas beneficia a 20 millones de personas

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Emir Olivares Alonso* 
La integración económica entre México, Estados Unidos y Canadá es un fracaso. Los beneficios del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) alcanzan sólo a 20 millones de mexicanos, el resto está marginado y sin perspectivas, afirmó Jorge Witker Velásquez, del Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) de la UNAM.
 
 
En la conferencia Integración económica, del ciclo organizado por el Seminario de Estudios Jurídicos-Económicos de la Facultad de Derecho (FD), aseguró que el modelo de comercio norte-sur es un ejemplo que no deben seguir otras naciones.
 
El académico refirió que  México fue el país  que experimentó más efectos negativos por la crisis financiera global registrada entre 2008 y 2009, por tener un tratado de libre comercio asimétrico, sin considerar el mercado interno. Se cometió el error histórico de privilegiar la geografía y negar la historia, consideró. 
 
Los objetivos fundamentales del acuerdo no se han cumplido. Por ejemplo, el artículo 102 establece la eliminación de obstáculos al comercio y a la circulación transfronteriza de bienes y servicios, entre los territorios de las partes.
 
Los únicos tratados regionales que han funcionado son los establecidos a partir del esquema de comercio sur-sur, como el Mercado Común del Sur (Mercosur), la Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR) y la Comunidad del Caribe (Caricom). 
 
Brasil es el mejor ejemplo de cómo debe manejarse el comercio internacional de un país que no es objeto de la globalización, sino sujeto de la misma, aseguró. 
 
Al respecto, Margarita Arévalo de León, profesora de la FD, advirtió que, actualmente, está en juego la integridad de la unidad monetaria, basada en la idea de que economías muy distintas podrían compartir una divisa sin tener el respaldo de una tesorería y una política macroeconómica común. 
 
La participación del mercado de la eurozona en la economía mundial y su moneda, como instrumento internacional de reserva, tienen tal peso que a ninguno de los países emergentes les interesa que fracase este proyecto. 
 
También, estableció que la Unión Europea no puede salir de la crisis sin establecer un gobierno comunitario que respalde al Banco Central, administre una política económica común, armonice el desarrollo regional y asegure transferencias financieras hacia los países más desfavorecidos de esa región. 
 
En tanto, Simón Abad, profesor de la FD, indicó que la situación macroeconómica de América Latina la convierte en un socio atractivo para México, incluso más que los países desarrollados.
 
“Actualmente, está mejor posicionada para superar la crisis y promover niveles de intercambio más ventajosos”.
 
*Periodista de la Jornada de México

 

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