Trivialidad: la pía Europa y otra »Última cena» por la moda

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

Madrid. Una Última Cena protagonizada –con algún erotismo– por mujeres despertó al enano inquisitorial europeo, pese a que la fábrica de ropa femenina Marithé et Francois Girbaud asegura haber recibido una sola queja: un correo electrónico que califica la campaña de «atentado grave a la libertad religiosa de los cristianos de todo el mundo» y exige que sea retirada.

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París. Más “fundamentalista” el Tribunal de Gran Instancia de París lisa y llanamente suspendió «por blasfemo» el afiche de la campaña publicitaria de la casa de modas cuyo arte imita –o parodia– el famoso cuadro de Leonardo La última cena.

La demanda fue incoada por la Conferencia Episcopal francesa mediante la asociación Creencia y Libertades, que acusó a Marithé –y a la agencia de publicidad Air Paris–de «utilizar una escena sagrada con fines mercantiles». Como resultado se impide la colocación de carteles en lugares «de paso obligado para el público».

El tribunal consideró que los afiches constituyen un acto agresivo y gratuito contra las creencias intimas de los católicos. El presidente de Creencia y libertades alegó que la campaña publicitaria los injuria porque presenta a mujeres en posiciones «lascivas» y «sugestivas» que se apropian “de una escena fundadora de su fe».

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Milán. Aquí a nadie se le escapa que, además de La Última Cena, la campaña trata de aprovechar la exitosa venta del libro El Código Da Vinci) novela por lo demás tan pretenciosa como mediocre, además recientemente proscrita como lectura recomendada a los creyentes por falsear –dice un cardenal– hechos históricos y constituir una blasfemia.

En el anuncio de Marithé et Francois Girbaud, el único hombre aparece a la derecha de la figura central, en el mismo lugar donde Dan Brown, el autor del Código… cree ver una mujer en el cuadro original de Da Vinci.

Alimenta el escandalete un hombre con el torso descubierto en el regazo de una mujer en una posición “provocativa” –que se da por sentada, no se a define–. Las autoridades de Milán prohibieron los afiches argumentado
que «este tipo de imagen no puede ser utilizada como parodia para fines publicitarios sin ofender, al menos, a gran parte de la población».
Particularmente parece haberla prturbado que una de las mujeres bese el pecho desnudo de un hombre.

A pesar de las prohibiciones, o gracias a ella, analistas de mercado aseguran que la campaña obtiene más repercusión que la que hubiera conseguido sin los arrestos religiosos de los guardadores de la fe.

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* Fuentes: Prensa y agencias de noticias europeas.

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