Último debate preelectoral en EE.UU: ¿Qué pasará con “Joe, the plumber”?

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Sebastián Pellegrino*

John McCain y Barack Obama le hablaron a los sectores medios. Tanto que abusaron de la intimidad de un tal Joe Wurzelbacher, fontanero emprendedor convertido en prototipo estelar del debate. 

No estaba en los planes de Joe. Es posible que a las 9 de la noche, del miércoles 15 de octubre, el joven plomero de Ohio haya estado preparado para la cena (o molesto y ocupado con alguna pérdida de agua en su baño, quién sabe), y hubiese pensado que, con suerte, disfrutaría de un show político mediático que prometía, hasta esa hora, la quema de los últimos cartuchos por parte del candidato republicano, John McCain, desesperado por frenar su constante pérdida de votos (casi a “chorros”).
No estaba en sus planes que los candidatos a la presidencia de Estados Unidos lo tomen como objeto de disputa en torno a los planes económicos de cada uno de ellos. En fin, pobre Joe: la estrella (aunque ausente) del tercer debate sería él. No obstante, su ejemplo sirvió para convertirse en el fontanero más famoso del país de las barras y las estrellas.

Pero ¿por qué “Joe, the plumber”? Es el caso medio, de los sectores medios, que se encuentran en el medio de una crisis que amenaza con liquidar el famoso “American dream”. Por eso quedó en el medio del debate.

Su impensada carrera mediática comenzó hace algunos días cuando, en un mitin político del demócrata, se acercó a Obama y frente a cámaras le pidió que no impulse una reforma tributaria que sería “regresiva”. Joe Wurzelbacher sostuvo que planea comprar la empresa para la que trabaja, la cual tiene ganancias superiores a 250.000 dólares anuales. A partir de ese monto correría la suba de impuestos que propone el senador por Illinois.

Ese episodio fue retomado por John McCain el pasado miércoles, durante el último debate con su rival celebrado en la Universidad Hofstra, estado de Nueva York, cuando comenzó la ponencia de ambos programas económicos con los que piensan salvar de la crisis a los sectores medios.

“Joe, quiero decirte que no solamente te ayudaré a comprar esa empresa por la que trabajaste toda tu vida, sino que mantendré tus impuestos bajos, impulsaré un plan de salud para ti y tus empleados y no voy a tolerar un aumento de impuestos para pequeñas empresas. Usted, senador Obama, quiere afectar a personas como Joe”, lanzó el republicano directo contra el programa impositivo de Obama. ¿Qué habrá pensado Joe al respecto?

Pero al republicano no le sería fácil quedarse con el consentimiento del plomero. El candidato moreno corrigió: “Lo que yo he dicho es que si usted gana menos de un cuarto de millón de dólares anuales, entonces sus ingresos no van a ser grabados a una tasa más alta, y el 95 por ciento de las familias trabajadoras verán un recorte en sus impuestos”.

Obama agregó que “lo que yo le dije a Joe es que hace 5 años, cuando él no estaba en posición de comprar el negocio, necesitaba la ayuda, el recorte. Lo que quiero asegurarme es que la enfermera, el plomero, el bombero, el maestro, la gente que no tiene dinero tenga ayuda ahora” (¡Qué dilema para Joe! ¿Con quién se quedará?). (Ver: “Vientos informativos del orbe”. APM 12/10/2008).

A partir de allí se desató un torbellino de “Joes” (fue nombrado 26 veces). Obama le explicó al fontanero que su política económica tiende a la distribución de la riqueza y a la eliminación de beneficios fiscales a las grandes corporaciones (especialmente petroleras). McCain, por su parte, le aseguró al plomero que su deseo es permitir que sean las mismas empresas las que generen empleos “a menos que usted (Obama) les quite el dinero”.

Intervencionismo o libertad de empresa, concepciones opuestas con las que los presidenciables apuntan a captar la confianza y lealtad de los pocos votos cautivos que aun quedan, a tres semanas de los comicios del 4 de noviembre.

Antes de continuar con las peripecias del matriculado en cañerías, es necesario repasar los principales puntos de las plataformas políticas en materia económica.

El senador por Illinois plantea mantener y aun elevar los índices de empleo para dar impulso al consumo interno, principal motor de la economía estadounidense. Así mismo, propone la reducción de impuestos a los sectores más vulnerables y a las empresas que generen puestos de trabajo (por cada nuevo empleo se quitará cerca de 3.000 dólares de carga).

También contempla la posibilidad de realizar algunos recortes de presupuesto (el déficit fiscal supera este año los 475.000 millones de dólares, tres veces la deuda externa argentina o una vez y media el producto bruto interno –PBI- del mismo país), aunque no tanto como propone su rival. Para Obama sólo habría que revisar los programas sociales y dar de baja a los que no sirven.

McCain sorprendió a comienzos de la semana con su plan de salvataje para sectores medios, ya afectados por la crisis financiera. Su política económica destinaría 300.000 millones de dólares (del famoso rescate financiero de 700.000 millones de dólares, conocido como Acta de Estabilización Económica de Urgencia 2008) para la compra, por parte del Estado, de las hipotecas en mora, con el objeto de refinanciarlas luego a los deudores y evitar la ejecución. “Lamentablemente el secretario del tesoro estadounidense Paulson y otros no han hecho de esto su prioridad”, declaró el ex correligionario de George W. Bush.

La principal diferencia con el demócrata es en torno a los impuestos: el republicano no contempla nuevos gravámenes para las corporaciones.

Respecto a los Tratados de Libre Comercio (TLC), McCain sigue siendo el férreo defensor de un convenio con Colombia: “Estamos hablando de miles de millones de dólares que pagamos para llevar nuestros productos a ese país, mientras que los productos de Colombia vienen a nuestro país gratis. Y el senador Obama, que nunca ha viajado al sur de nuestra frontera, se opone al TLC con Colombia”.

Además de la chicana sobre los viajes panamericanos del senador por Illinois, McCain se despachó con esta expresión: “El senador Obama no quiere un acuerdo de libre comercio con nuestro mejor aliado en la región, pero quiere sentarse sin precondiciones con Hugo Chávez, el hombre que ha ayudado a las FARC, una organización terrorista”. (Ver: “¿Cuál será el futuro escenario en Colombia?”. APM 04/07/2008).

Claro que Obama, el presidenciable favorito de los estadounidenses, no dudó en atacar a su rival donde más le molesta. McCain es Bush, señaló el demócrata aunque con otras palabras: “Si yo he confundido su política económica con la de George Bush es porque en los asuntos sustanciales que le interesan a los estadounidenses, como política impositiva, política energética, o de gastos, usted ha sido un ferviente partidario del presidente Bush”.

En el segmento sobre dependencia energética fue quizás el tema donde más se acercaron los rivales. La solución sería nada menos que desarrollar energías alternativas en el país del norte y abandonar la sumisión al “oro negro” venezolano y saudita (Estados Unidos consume una tercera parte de la producción mundial de petróleo, produce sólo el 3 por ciento de su propia demanda, y el resto lo importa con financiación de China).

“Nosotros hemos enviado buques alrededor del mundo con energía nuclear, por lo tanto, con energía nuclear, energía solar, eólica, gas natural, desarrollo de nuevos combustibles, tecnología de carbón limpio, y otras fuentes de energía alternativas, creo que en pocos años podremos eliminar la dependencia de aquellos países. Esto es clave en nuestro país”, señaló McCain.

Similares palabras expresó Obama, aunque ninguno explicó cómo lograrán sustituir la matriz energética en tan poco tiempo y en un país que se mueve por la ayuda del petróleo. De hecho, por qué las intervenciones militares en Medio Oriente, la reciente tensión con epicentro en el Cáucaso, la rigidez del país del norte con Venezuela, y varios etcéteras más. (Ver: “El eterno ‘Gran Juego’ por la llave del mundo”. APM 24/08/2008).

Resta considerar los episodios más significativos de la evolución global de la crisis financiera, para enmarcar en su real contexto el tercer debate entre los candidatos (y luego sí, la palabra será del famoso plomero Joe).

El martes 14 de octubre, el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, anunció un plan de rescate que prevé una "limitada y temporal" nacionalización de los bancos sumidos en la crisis financiera internacional. "No quiere acapararse el libre mercado sino más bien preservarlo", justificó el impopular mandatario.

El mismo día se terminaron de conocer los montos reales que las principales potencias del mundo (agrupadas en el selecto Grupo de los Siete) se comprometieron a invertir, cada uno en su respectivo sistema financiero, para paliar la crisis bancaria global. El plan de salvataje financiero más grande de la historia acumula ya 4,5 billones de dólares, algo así como 13 veces el PBI de Argentina.

El día previo al último debate también sería preocupante para los estadounidenses, si es que tomaron en serio las declaraciones del flamante ganador del Premio Nobel de Economía, Paul Krugman, quien aseguró que “la decisión del gobierno estadounidense de inyectar 250.000 millones de dólares en el capital de los bancos implica redescubrir a Franklin Roosevelt”.

El economista agregó que "dejar que los mercados se las arreglen fue desastroso en los años 1930, y nos ha llevado de nuevo al borde del desastre". Con esta expresión, estaban los elementos necesarios para esperar un debate preelectoral más que trascendente. Pero no fue así: la atención de los candidatos estaba enfocada en Joe y en todo lo que su posición social representa (votos claves para aumentar o acortar la distancia entre el favorito demócrata y el republicano).

Ahora sí es turno del fontanero, que ya superó la popularidad del legendario Mario Bros. Joe Wurzelbacher dijo: "Esto (de la fama) es algo pasajero. No soy una superestrella… Ahora mismo estoy completamente atónito", aunque aseguró que está feliz por la notoriedad pública alcanzada, pues podría reportarle “un montón de trabajos”.

Y… ¿A quién votará? El voto es secreto. Habrá que esperar. Aunque pocos dudan, en base a las últimas encuestas de intención de votos, quién será el beneficiario de los millones de “Joes” estadounidenses. Barack Obama superaría hasta el momento el 50 por ciento de los votos, aventajando a John McCain por 8 o más puntos porcentuales.

Es una tendencia, una estimación, menos una certeza. Y hablando de estimaciones… al redactor lo inquieta la siguiente cuestión sobre el día posterior al debate ¿habrá sido, el amigo Joe, nombrado en el mundo más veces que los propios candidatos presidenciales?

*Publicaco en APM

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