Un hecho positivo, pero hay que estar alerta

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Néstor Francia.*

La estrecha victoria de Ollanta Humala es un hecho positivo para toda América Latina, aunque no se puede poner las manos en el fuego por un personaje que se mostró tan oportunista en la campaña electoral, cediendo a todo tipo de presiones de la derecha, lo que le valió inclusive el apoyo de gente tan funesta como Mario Vargas Llosa y su hijo, así como de Alejandro Toledo.

Con todo, se puede decir que el pueblo peruano ha dado un interesante viraje hacia la izquierda y ha hecho palpable su deseo de cambio, para ponerse a tono con las grandes mayorías de América Latina en esta época convulsa. Ahora deberá luchar para que sus esperanzas no se vean truncadas por la traición y la conciliación de clases.

Ya la rancia burguesía peruana ha dado ayer mismo claras muestras de las presiones que deberá afrontar el nuevo presidente de Perú si pretendiera cambiar mínimamente el statu quo que ha hecho mucho más ricos a los ricos y mucho más pobres a los pobres, caldo de injusticia donde se cultivaron las dos candidaturas de la anti-política (el cáncer y el sida, según Vargas Llosa cuando no se había decantado por Humala) que disputaron la segunda vuelta, después que el de Alan García se convirtiera en el gobierno más impopular de la región.

El mismo escritor peruano derechista ha dicho que estará vigilante con lo que Ollanta haga. El ex candidato presidencial y ex ministro de Economía, el ultraderechista y rico empresario Pedro Pablo Kuczynski, quien hizo una fuerte campaña por Fujimori en la segunda vuelta, dijo que “el sector empresarial va a buscar conversar con Humala y lo van a empujar a aclarar ciertas posiciones frente a pensiones, minería o comercio exterior”.

Por su parte, el presidente de la Confederación Nacional de Instituciones Privadas del Perú, Humberto Speziani, dijo que Humala “tiene que mantener las líneas macroeconómicas y dar tranquilidad, de lo contrario todo el Perú sufrirá”. Igualmente, el economista y asesor de la candidata presidencial de Keiko Fujimori durante sus últimas semanas de campaña, aseveró: 

“No estoy en la cabeza de Ollanta pero prefiero a un Lula que a un Chávez. Si él representa a una izquierda moderna que quiera corregir las enormes injusticias del país, será una excelente noticia para el país. Lo ideal sería una Ollanta que se dé cuenta de que en el mundo vivimos una economía de mercado y competitiva. Los peruanos somos menos de la mitad del 1% de la población mundial, hay que distribuir oportunidades, pero no nos podemos apartar de la economía de mercado”. [En el diario El Comercio].

Y todavía hay quien dice que quienes hablamos de lucha de clases somos anacrónicos.

Manejo del miedo en Venezuela

Resulta absolutamente contradictoria la forma en que la oposición venezolana está manejando el tema del “miedo” con referencia a la contienda electoral de 2012. Se trata de uno de los argumentos que seguramente manejarán si deben encarar una derrota en las elecciones de 2012, con una ventaja suficiente de Chávez que les impida denunciar, con posibilidades de éxito, un supuesto fraude. Que el gobierno ganó con ventajismo e intimidando a los electores, de manera que la victoria revolucionaria se vea deslegitimada y se abran nuevos caminos al golpe continuado.

El militar conspirador Fernando Ochoa Antich ha escrito: “Hugo Chávez buscará tener ventajas en varios aspectos: la fijación de la fecha a realizar las elecciones presidenciales, la no presentación del Registro Electoral, la aplicación de un cambio tecnológico que pueda atemorizar al elector, y el abuso indebido del poder”.

Entretanto Eduardo Fernández, en el lanzamiento virtual de su candidatura, se desgañitó: “¡Vamos a ganar esta batalla contra el miedo!”. Por su parte, Alberto Quirós Corradi publicó ayer en El Nacional un artículo titulado “El miedo”, donde afirma que “Una de las estrategias más efectivas de Chávez es la de crear miedo en los ciudadanos para que o voten por él o se abstengan aquellos que quisieran hacerlo en su contra. El oficialismo tiene maneras de crear ese miedo”.

Resulta paradójico que la oposición esté acusando al Gobierno de intimidar a los electores, cuando son precisamente ellos quienes han tratado de sembrar constantemente dudas sobre la idoneidad del sistema electoral venezolano. Han visto trampas, en distintos momentos, en prácticamente todas las herramientas de ese sistema. Han sembrado dudas en torno al Registro Electoral Permanente, a las máquinas de Smarmatic, a las captahuellas, a la tinta indeleble, al Plan República, al mismísimo CNE y ahora a las nuevas herramientas tecnológicas. Inclusive, han puesto en duda la honestidad de la Fuerza Armada y su disposición a reconocer los resultados electorales.

El gobierno más bien ha insistido hasta la saciedad en la reconocida transparencia de nuestro sistema electoral, en la imposibilidad de un fraude y en su intención de reconocer siempre los resultados electorales. Pero, como siempre, la oposición pretende poner el mundo al revés.
   
Los indignados catalanes

El movimiento de los “indignados” españoles sigue tratando de mantenerse en pie y de delinear tácticas que le den continuidad. Desde hace algunos días, en las acampadas del Movimiento 15-M, especialmente en la Puerta del Sol y en la Plaza Catalunya, se plantea el debate de cómo encarar el futuro inmediato. Esta misma semana se discute sobre la idoneidad de desmontar los campamentos en su momento álgido y reestructurar el movimiento, o por el contrario aguantar un poco más para tratar de mantener aún vivo lo que sin duda es el símbolo de esta gran movilización.

No obstante, hay unanimidad en un planteamiento fundamental: el movimiento se ha de extender a los barrios, creando así espacios descentralizados de discusión y propuestas, que han de ir desde lo global a lo local. El pasado miércoles se reunieron por primera vez activistas en asamblea en la Plaça del Mercat del Clot, plaza que ya ha sido rebautizada con el nombre de “Plaça de l’Assemblea del Clot-Camp de l’Arpa”.

Allí se crearon diferentes comisiones de trabajo y se convocó otra asamblea. Se parte de la importancia de descentralizar la acampada de Plaza Catalunya y llevar la tensión a los barrios. Se debate como articular estrategias, desde la solución de los problemas concretos de los vecinos hasta la misma destrucción del capitalismo.

Entre las diferentes actividades a realizar, se ve muy apropiada la propuesta de #acampadabcn de impedir el 15 de junio la entrada de los diputados al Parlamento de Catalunya, fecha en que previsiblemente se aprobarán los recortes en los presupuestos presentados por el gobierno.

Otra iniciativa, planteada por los indignados de la ciudad de Barcelona en asamblea, fue recibida con aplausos por los representantes de hasta 56 ciudades reunidos en la capital española para coordinar el movimiento en todo el país. La idea consiste en organizar una gran marcha de un mes de duración, celebrando asambleas en los pueblos por los que se pase, haciéndoles partícipes de sus propuestas y recabando sus opiniones.

La marcha comenzaría simultáneamente en las ciudades de Barcelona, San Sebastián, La Coruña, Cádiz y Valencia el día 19 de junio, con el objetivo de “tomar Madrid, paralizar la ciudad y refundar la democracia”, explicó un representante del movimiento. En fin, el movimiento de los “indignados” españoles sigue vivo, y está buscando caminos para organizarse y dotarse de continuidad.

En cuanto a Libia
, es claro que las potencias occidentales ni siquiera han respetado la resolución de la ONU que tanto les favorecía, y lo que hacen se parece cada vez más a una intervención militar relativamente camuflada.

En ese sentido,  el canciller de Rusia, Serguei Lavrov, declaró que la OTAN busca implementar operaciones militares terrestres en Libia. El funcionario expresó esta postura luego que helicópteros de combate de Francia y Gran Bretaña comenzaran a participar de los ataques contra territorio libio.

Durante una conferencia de prensa en Odessa, Ucrania, el canciller ruso sostuvo que “la misión, consciente o inconscientemente, se está transformando en una operación terrestre”. Lavrov manifestó que si esto llega a suceder “sería totalmente lamentable”.

Igualmente es lamentable que tanto Rusia como China se hicieran cómplices de la ignominia, al no utilizar su derecho a veto que hubiese dificultado, aunque probablemente no impedido, la intervención foránea en la nación norafricana.



* Periodista.

 

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