Urge replantear la política habitacional venezolana

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Gustavo Márquez Marín*
Según cifras oficiales el déficit de vivienda está en el orden del  1.8 millones.Adicionalmente,  el  60% de las existentes deben  ser adecuadas para cumplir con las condiciones mínimas. Si se Incluyen las ubicadas en sitios de alto riesgo o con servicios  deficientes, el déficit podría sobrepasar los 2 millones 880 mil.

Para superar esta inmensa brecha en 10 años,  deberían construirse 288 mil viviendas por año, sin incluir las que necesitarán las familias nuevas que se constituirán durante ese mismo período, que de  no atenderse simultáneamente lo incrementaría, alejando aún más la posibilidad de cumplir con un derecho humano fundamental consagrado en nuestra Constitución.

Un desafío de esa magnitud sólo podría ser abordado como un asunto de Estado y como un proyecto nacional Estructurante de largo aliento. Asumiéndolo como un gran motor movilizador y direccionador de las capacidades   productivas autogestionarias de la sociedad, especialmente de los que requieren de la vivienda o mejorar su hábitat, para que asuman su rol de actores fundamentales en el proceso de solución del problema, fortaleciendo la organización y participación del Poder Popular con el acompañamiento del Estado. 

Se requiere también, convocar al talento nacional acumulado en materia de tecnología de la construcción y también, a los emprendedores privados, especialmente de aquellos que estén dispuestos a enfrentar el problema desde la perspectiva   social, más que mercantil. La reactivación  de la industria de la construcción a través de la producción masiva de viviendas, podría operar como una gran locomotora para impulsar el crecimiento económico, el empleo, la constitución  de cadenas y redes socioproductivas endógenas en el ramo  y,  como una palanca para convertir el ahorro en inversión social. 

El incumplimiento de las metas en materia del desarrollo habitacional obliga al Estado a una urgente y profunda revisión del modelo de gestión y planificación actual, así como de las políticas públicas seguidas hasta ahora en el manejo del  sector, al no haberse obtenido los resultados esperados, a pesar de los grandes recursos invertidos.

*Ex ministro y ex embajador en Colombia

 

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