Venezuela vela el voto, ¿EEU las armas?

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

fotoSin dirigentes -y éstos son escasos- ni organizaciones de base que conserven un resquicio de serenidad, claridad y flexibilidad políticas, la polarización del país no tendrá más salida que el uso de la fuerza; obtenga el gobierno la ratificación del mandato ciudadano conferido al presidente Hugo Chávez, u obtenga la oposición los votos necesarios para revocarlo.

La maquinaria opositora en Venezuela lleva a cabo desde hace largos, angustiosos meses una campaña tan virulenta como desgastante con el objetivo de expulsar al presidente constitucional; en las últimas décadas sólo puede compararse a la que terminó por derribar, en 1973, a Salvador Allende en Chile.

Y como Allende, Chávez parece responder a las agresiones no democráticas -que incluyen la huelga general, un golpe de Estado y la colusión de la mayor parte de los medios de comunicación social en un esfuerzo desinformativo- con la vigencia de la instituciones.

Ninguna organización ciudadana internacional seria ha denunciado una política de violaciones a los derechos humanos, encarcelamientos sin motivo o cierre de los medios de comunicación adversos y persecución organizada a los opositores.

Al contrario, periodistas extranjeros desmantelaron inexactitudes y falsedades acerca de supuestos asesinatos callejeros cometidos por el gobierno y sus aliados en ocasión de las centenares de marchas y concentraciones que se suceden casi a diario. Esos materiales nunca fueron exhibidos por los medios de prensa de la oposición -que tampoco suele reconocer sus errores en el manejo de los materiales noticiosos-.

Intromisión foránea

fotoPocos venezolanos que se reconocen en la Coordinadora Democrática -eje del movimiento opositor- saben de o quieren creer en la ingerencia de Estados y organizaciones extranjeras en su lucha contra Chávez. Tampoco en Chile la masa de los que se oponían la Unidad Popular quisieron confesarse marionetas de poderes foráneos.

En el caso chileno las pruebas comenzaron a aparecer, irrefutables, mucho después de la entrega del gobierno por pinochet, en especial con la desclasificación de algunos documentos secretos de la CIA y el reconocimiento a medias del Departamento de Estado de EEUU.

No será necesario esperar tanto en Venezuela; de hecho -para no ir más lejos- el ocho de agosto de 2004, hace tres días, las agencias estadounidenses de noticias informaron que un portavoz del Departamento de Estado aseguró que EEUU financia a los grupos de la oposición venezolana para «apoyar la democracia».

Con un cinismo no exento de candor Adam Ereli puntualizó: «En todo el mundo apoyamos a ONG y otros grupos independientemente de su pertenencia política. No se trata de injerencia. Esto es apoyar la democracia. Lo hacemos en todo el mundo, incluso en Venezuela».

Apoyar la democracia… Ni Allende hace más de 30 años condujo ni Chávez ahora conduce un gobierno totalitario; no hubo en Chile, ni se ve venir en Venezuela un incendio del Reichstag. No hay Palacio de Invierno que asaltar en Caracas, Maracaibo, Ciudad Bolívar o en las provincias andinas. No se han nacionalizado masivamente en el país entidades financieras, la poca industria privada, la distribución de alimentos.

La diferencia entre ambos procesos opositores radica en que los sectores oligárquicos chilenos -luego beneficiados con la caída de Allende- no exteriorizaron con tanto ímpetu y goce su ser discriminatorio respecto de los desposeídos; se observa en la oposición venezolana, en cambio, lo que algunos llaman «odio parido» por esos pobres que -además- son negros, mulatos, mestizos, oriundos de aldeas, ciudades y provincias alejadas.

La amenaza total

fotoEl imperio global -cuyo rostro se refleja desde la Casa Blanca, en Wáshington, EEUU, pero que no debe ser confundido con los habitantes de ese país- no termina de jugar sus cartas con la «ayuda económica». Otras entidades asumen también un rol para deschavetar a Chávez. Por ejemplo: la que reúne a los partidos demócrata-cristianos no ha mucho reunidos en la convulsionada Caracas.

Los DC no se juntaron allí para apoyar al gobierno constitucional. Sus vínculos, intereses y amistades estaban al otro lado. Con un agravante o falta de delicadeza notable: uno de los más importantes dirigentes DC era -lo es aún- el cónyuge de la señora ministra de Relaciones Exteriores de Chile.

Tal vez este hecho contribuya a explicar lo que los franceses llaman «la pequeña historia» detrás de la infortunada declaración del gobierno chileno cuando el fallido golpe de Estado caraqueño. La Democraciacristiana, con lazos históricos en algunos países con la fenecida Falange española, suele nadar en aguas ambiguas: lo hizo en Chile hasta el fatal 11 de setiembre de 1973. Hoy integra la coalición de gobierno.

Curiosamente a Santiago eligió William Spencer -subdirector del departamento de Asuntos del Hemisferio Sur de la CIA- para reunirse con «responsables» de la seguridad de algunos países latinoamericanos. Y hasta la fría capital de Chile llegaron aquellos.

La información fue entregada por el diario El Mundo, de España (www.elmundo.es), cuyo corresponsal en Latinoamérica, Ramy Wurgaft, publicó el 9 de agosto: «CIA prepara planes contra Chávez si continúa en el poder tras el referéndum del día 15». A continuación: «la Agencia teme que intente exportar ahora su revolución bolivariana a Colombia, Bolivia y Perú».

«De acuerdo con un alto funcionario de la legación norteamericana en Santiago -señala el corresponsal de El Mundo– a la reunión que ha convocado Spencer asistirían representantes de Colombia, Ecuador, Brasil y Perú». El objetivo es elaborar un plan «financiado por el Departamento de Tesoro y con el apoyo del Pentágono en las áreas que le compete. La consigna es contrarrestar los designios de Chávez para transformar a Latinoamérica en una gigantesca e incontestable réplica de la Cuba de Fidel Castro».

El «plan» maestro de Hugo Chávez

fotoLa argumentación del jefe de espías estadounidense es que si Chávez continúa en el poder tras el referéndum del domingo 15 de agosto, desestabilizará los gobiernos de Colombia y Bolivia. «Conseguida esa meta el efecto dominó se extendería hacia el Perú, aprovechando la delicada situación en que se encuentra Alejandro Toledo, (y) Ecuador».

Wáshington, según Wurgaft, no descarta que la influencia perniciosa de Chávez llegue a la Argentina y Brasil, donde existe «un fuerte sentimiento antinorteamericano». ¿Ignorará el gobierno chileno los alcances de esta reunión? ¿No tendrá La Moneda -el presidente se fotografía con el propietario de El Mercurio– acceso a las noticias? ¿O acaso esta vergüenza es el precio a pagar para que la nueva elite se presente a concurso por algún cargo menor en la red de protectorados imperiales en la región?

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