La clase dominada bajo el sistema capitalista más pareciera ser los hijos ilegítimos de los dueños de casa. Hijos bastardos sin derecho a nada; sin derecho a educación, sin derecho a salud, ¡sin derechos a la “fortuna” de los dueños de casa o a heredar la casa! Pero… ¿cómo es la realidad con los hijos legítimos de los dueños de casa nacidos dentro del matrimonio?
Responsabilidad de la prensa, sobre todo de los medios colombianos, es remar para contribuir a encontrar las corrientes que llevan a la paz, la paz en Colombia; de lo contrario seguirá tan distante como hasta ahora.
Los medios periodísticos de mayor lectoría pueden —o deberían intentarlo— jugar un rol importante en encontrar esos caminos y no seguir siendo meros voceros de las clases dominantes.
Se viven tiempos complejos, confusos, tumultuosos, pesimistas, ingratos para las mayorías mientras más hondo cavan su foso protector las minorías; los asuntos sociales y sus contradicciones no son objeto de diálogo, se resuelven de modo drástico: espionaje, gases, bala, cárcel, discriminación; las derechas son populistas, las izquierdas oficiales una pose; la fe es camino para el abuso de menores y los anarquistas parecen volver a cavar sus tumbas… Entremedio algunos quizá muy jóvenes, piensan: desentierran categorías, buscan al viejo Diógenes y su linterna. Han encontrado una bandera, pelean por ella; acaso Stolpkinn sea uno de sus portaestandartes.
Desde hace años, jóvenes futbolistas, principalmente africanos, son engañados por agentes sin escrúpulos que les prometen una carrera en el paraíso del fútbol europeo y quedan abandonados a su suerte cuando los clubes para los que fueron reclutados rechazan su incorporación. Resultan habituales imágenes de quinceañeros durmiendo bajo los techos de los estadios europeos o […]
