Abel Prieto ministro de Cultura de Cuba: – »UN MEDIOCRE AJEDREZ INTERNACIONAL

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

Las conversaciones se realizaron en el marco de la Feria del Libro de 2005 y como se ve sus respuestas tienen aun total vigencia y algunas incluso recobran sentido hoy cuando al celebrarse una nueva versión de la Feria, patrimonio vivo refrendado no por decreto de la Unesco, sino por el acceso masivo de la población, se activa el papel de la lectura crítica en el constante proceso liberador cubano y latinoamericano.

El invitado especial del año anterior Brasil, que fue seguido por Venezuela este año y Argentina en 2007. Un criterio auténticamente latinoamericano refuerza el debate cultural y político con la alternancia necesaria de pensadores, historiadores, novelistas y poetas del mundo.

Un ministro de jens y pelo largo

Abel Prieto es una sonrisa con cabeza. Largo cabello, larga estatura que atempera con una constante inclinación de la espalda, de cierto modo indicadora de su disposición a la plática.

La conversación está matizada con chistes y carcajadas. Algunos momentos de exaltación no le hacen perder precisión de lenguaje ni fraternidad en la interlocución. Ante nuestra observación inicial sobre lo que consideramos un nuevo concepto de Ministerio de Cultura bajo su dirección, nos aclara que, desde su inicio en 1976 a cargo de Armando Hart, este organismo estatal significó la creación de políticas en contra de dogmas, exclusiones, homofobia, y en pro de una transparencia en la relación institución-creador.

Dice:

–Yo pienso que Hart sentó las bases de otra política, que se basaba en Palabras de los intelectuales de Fidel, texto que buscaba favorecer la unidad en contravía con el dogmatismo. De Palabras… se suele citar un poco fuera de contexto, aquello de: «Dentro de la revolución todo, contra la revolución nada». Pero realmente Palabras… fue una gran convocatoria de diversas generaciones, de todas las tendencias: católicas, comunistas, vanguardia experimental, o los pintores abstractos, aquellos encabezados por el pintor Raúl Martinez, los escritores Lezama Lima, Cintio Vintier, Virgilio Piñera.

«Yo creo que la creación del Ministerio de Cultura está asociada con la recuperación del sentido martiano, el sentido verdaderamente unitario de la política cultural de este país, y Armando Hart fue decisivo para esa política puesto que fundó un tipo de institución protagonizada por los creadores. Porque en los años setenta ocurrió una especie de fractura de esa política, el caso Padilla tuvo que ver con esa historia. Casa de las Américas y el ICAIC (el instituto de cine), realmente nunca participaron de la dogmatización, sino que mantuvieron esa línea. En el Consejo Nacional de Cultura –que era la institución que existía antes de que se creara el Ministerio– lamentablemente gente muy mediocre y sectaria ocupó cargos de dirección».

–¿Cuántos años llevas en el Ministerio y qué aspectos de la cultura son su responsabilidad?

–Asumí el 11 de febrero de 1997, después de nueve años en la UNEAC, (Unión de Escritores y Artistas) donde mi trabajo aunque excesivo era más creativo. Ahora el peso mayor es administrativo. Allí estoy día y noche haciendo de mi oficina una extensión de mi vida privada. Ahí están mis chancletas, mi cepillo de dientes…

«El Ministerio tiene una especie de red de instituciones. El Consejo Nacional de Patrimonio, (la red de museos, con excepción de los museos de la Oficina del Historiador de La Habana, Eusebio Leal, que son de La Habana vieja), el ICAIC, Instituto de Cine, el Instituto del Libro, el Consejo Nacional de las Artes Escénicas, (danza, teatro, etc), el Consejo Nacional de las Artes Plásticas, el Instituto Cubano de la Música, (las empresas de grabaciones musicales), las escuelas de arte en general (con excepción de las escuelas de arte que pertenecen a Educación). Es decir todo el panorama culltural y artístico con toda su variedad de problemas».

–En nuestro país el ministro de Cultura Leif Pagrotsky era antes ministro de Comercio. Todo el mundo se sorprendió con este nombramiento, pues él no tenía ninguna relación con la cultura, pero se argumentó que sí, porque era capaz de exportar, principalmente la música. Nosotros los escritores nos sentimos un poco marginados. ¿Entra también en tu trabajo la exportación de los productos culturales?

–Supuestamente las empresas nuestras deben ocuparse de exportar los productos culturales. Lamentablemente los niveles de exportación en servicios y productos son muy bajos. No tenemos buenos empresarios, el mundo del disco, después del 11 de septiembre de 2001, el mundo del espectáculo en vivo, decayó mucho. Ahora se está volviendo a levantar un poquito el disco cubano.

«También nosotros tenemos una limitación muy fuerte, y es que el gran mercado cubano de las artes plásticas está en Estados Unidos –en música por ejemplo, lo que hace Chucho Valdéz–. En Europa también, pero en mucho menor medida. Bueno, ahora hay grandes coleccionistas en Estados Unidos de artes plásticas cubanas y ahí hay un gran mercado que lo absorbe todo y grandes limitaciones para entrar. Pero realmente nosotros no hemos tenido éxito en el campo empresarial.

«Se han dado casos patéticos. El caso de Compay Segundo y el Buena Vista Social Club. La gente dice que los descubrió Ray Cooder y Win Wender. Lo patético es que la Egren, empresa estatal nuestra, mandó a Compay Segundo a las Islas Canarias, en una gira a Palma de Mallorca, a presentar un disco con un carácter puramente promocional, sin ningún tipo de contrato. Y allí fue «descubierto» por Ray Cooder o por alguien… Pero fue el Estado cubano quien había pagado el pasaje, la gira, el disco, pese a que no teníamos ningún tipo de relación contractual con él y sencillamente fue «descubierto» y firmó los contratos.

«Nosotros nos alegramos enormemente que haya ocurrido, porque eso posicionó la música cubana, pese a que la operación tuvo su toque colonial. A mí, el mismo documental Buena Vista Social Club de Wender me sabe un poquito al «bwana» blanco con los aborígenes, enseñándoles Nueva York y todo eso. Pero de todos modos hay que decir que fue importante y que colocó la música cubana en un circuito al que a nosotros desde aquí nos iba a ser muy dífícil llegar».

–En 1981 cuando se realizó el Congreso de Escritores que homenajeaba a Lezama Lima, presentaste una ponencia sobre Fragmentos a su imán. Varias personas, entre ellos Cintio Vintier, afirmaban que gracias a tí se había rescatado la figura de Lezama. Ahora aquello se ve como un primer paso, pues luego muchos otros siguieron afirmando que hubo después de ese hecho una apertura y que la clave elemental para esta apertura has sido tú. ¿Qué significa apertura en Cuba?

–Para ser justo quien realmente dirigió toda la rectificación de la política cultural después de aquella etapa fue Armando Hart, a quien yo le debo mucho. Yo fui vice-ministro suyo antes de ser presidente de la UNEAC. Y con él fui director de Literatura y director del Centro Juan Marinello. Realmente todo eso tiene mucho que ver, más que con lo que pueda haber hecho yo, (e incluso con lo que pudo haber hecho Hart), con el sentido profundo de la política cultural de este país.

«Creo que la política cultural del país no tuvo nada que ver con el realismo socialista, ni con aquella desconfianza esencial hacia los intelectuales que había en el llamado socialismo real. Lamentablemente hubo tendencias y grupos que hicieron retroceder esa política en esos años.

«Cuando se habla de apertura, se habla de política de no exclusión. Por ejemplo hay presencia de los emigrados en los catálogos. La gente que vive fuera forma parte del panorama literario cubano actual. Se está haciendo un libro de Manuel Cachán, un narrador cubano que vive en Miami, de Mauricio Fernández, de Lino Novás Calvo, José Kozer el poeta de origen judío, Edmundo Desnoes, que ha estado aquí y fue jurado del Premio Casa de las Américas, se reeditó «Memorias del subdesarrollo» con un epígrafe suyo. Maira Montero, René Vásquez Díaz. Se está estrenando una versión de Morir del cuento dirigida por Alberto Sarraín, teatrista de Miami.

«Esta política empezó antes que yo entrara en el Ministerio. Empezó en en el año 85, con la publicación un libro de Lilia Cabrera (estando ella viva y siendo una mujer activamente contrarevolucionaria). El monte es fundamental para entender la espiritualidad cubana, las religiones de origen africano, el profundo sentido de esas culturas. Es decir, apertura es la idea de separar la posición política de un autor, de su aporte a la cultura cubana. En todas nuestras antologías están Manuel Díaz Martínez, Jesús Díaz. El único que no está porque no quiso, es un hombre que estaba enfermo de odio, Cabrera Infante, y alguien muy mediocre como Zoé Valdés, que es realmente impresentable desde el punto de vista literario.

–¿Hay apertura también hacia cierta crítica. El tema de la disidencia. ¿Dónde está la línea divisoria entre crítica y disidencia?

–Hay un tema de nuestra realidad contradictoria, compleja, a veces desgarradora, porque nosotros no estamos construyendo la utopía que soñamos, estamos construyendo la utopía posible en las circunstancias durísimas que tenemos, y lamentablemente hay desigualdades, retrocesos, formas de corrupción que hace algunos años no existían. Tenemos un crecimiento del delito. Toda la narrativa nuestra está llena de eso. Hoy no hay libros prohibidos aquí, hoy no hay una lista negra, ni mucho menos.

«En el teatro cubano, o en el propio cine cubano, realmente ha habido una presencia tremenda de elementos críticos. Yo te diría que en la abrumadora mayoría de esos casos, esa obra crítica se hace desde la revolución. Se hace desde el amor, desde el compromiso, desde una relación, más allá de lo ideólogico y más allá de lo político. Tiene que ver con gente que nació en este país, con éste sistema, con este socialismo imperfecto y ya no concibe la vida de otra manera, si no desde este lugar. Es decir, no es el francotirador clásico, no es la conciencia crítica de la sociedad, o es eso de otro modo ¿Comprenden?

«¿Dónde encuentro la línea divisoria entre la herejía y la crítica auténticamente creadora? Más que herejía, yo encuentro más bien concesiones al mercado internacional. Gente que sabe que en Europa puede triunfar una literatura que tenga determinados elementos críticos, una visión de la realidad. Sí, nos ha pasado en el cine, en la literatura, una especie de «disidencia light» tolerada, una especie de juego. Es ese juego lo que a mí más me preoucupa. No porque sea dañino para la revolución o para el gobierno, no. No es que se sienta que algo está en peligro por eso; lo que está en peligro es la literatura, lo que está en peligro es la creación, es decir que se cree un modelo para que te publique una editorial española o para que un guión tuyo tenga una coproducción».

–¿Significa que hay posibilidades de colaboración a ese nivel? A nivel de gobiernos, pese a que la Unión Europea, normalizó sólo por seis meses las relaciones con Cuba.. Dentro de seis meses ¿qué va a pasar?

–Yo creo que los que gestaron esas medidas de la Unión Europea, Aznar y quizás algunos tecnocrátas y asesores, si son personas mínimamente honestas, tienen que sentirse muy avergonzados. Pienso que es utilizar la cultura como rehén para hacerle guiños de simpatía al gobierno de Bush. En todo eso lo que ha habido es la incapacidad de la UE para construir una política independiente de los Estados Unidos con respecto a Cuba.

«Temo que detrás de todo esto está el horror a esta camarilla fascista, le tienen miedo a esta camarilla que los ha humillado. Y en el tema de Cuba no han sabido, lo que yo creo que tiene que hacer la UE: construir una política independiente. Es muy importante que haya ahí, una dosis de dignidad y de racionalidad. Lo que hacíamos nosotros, por ejemplo: había semanas de cine francés y lo poníamos en todos los municipios, a través de las salas de video. Semanas de cine alemán.

«Hacíamos un esfuerzo particular porque a nosotros nos interesa mucho que todo el público cubano tenga una visión plural de la cultura. La propia Feria del Libro dedicada a Alemania y a pesar que los alemanes retiraron todo apoyo gubernamental a sólo tres meses de la feria, y unas supuestas ONGs retiraron el apoyo y tuvimos que hacerla solos. Además se creó un comité de solidaridad tremendo. Vinieron más de 30 sellos editoriales. Logramos que Günter Grass nos cediera los derechos de su última novela. Una novela de Krista Wolff. Hicimos tabloides, una gran difusión de la música alemana, un trabajo realmente muy serio, inauguramos un busto a Bertolt Brecht. Yo pienso que tienen que haberse sentido avergonzados porque es una política indefendible.

«Ahora mismo acabamos de inaugurar una exposición extraordinaria de Louise Bourgoise, la gran escultora franco-estadounidense. Y con un voluntad de este país de que el arte de vanguardia esté presente en este proyecto de cultura masiva».

–Es evidente que esto no se conoce suficientemente en Europa. Pero al mismo tiempo creo que la razón, sin pretender defender a los europeos, lo que está detrás, es la inquietud ante lo que está pasando con la disidencia. También es cierto que el anticastrismo está de moda, después de la caída del muro, así como la crítica anticomunista en general.

–¿Por qué la Unión Europea no suspendió los intercambios culturales con Estados Unidos por las torturas en la Abu Ghraib. ¿Por qué la UE no sancionó a Estados Unidos por la salvajada que está ocurriendo en Guantánamo? ¿Por qué no preguntan por la cantidad de gente desaparecida a la que no le han hecho ningún juicio? …Nosotros aplicamos nuestras leyes, y son leyes duras, pero son leyes de un país que se está defendiendo.

–Y por la dependencia económica…

–¡Claro! Eso es una doble moral, porque tienen miedo. ¿Por qué condenan a Cuba y no condenan a los Estados Unidos? Aquí no ha desaparecido nadie. Aquí jamás ha habido un torturado. Jamás se ha probado que Cuba maltrate a un prisionero, mientras que a esas gentes las tienen en jaulas, como perros… Esas fotos sádicas, terribles, incluso a islámicos que tienen una relación con el cuerpo, que culturalmente para ellos es muy agresivo desnudarse, poniéndoles perros, entrenados para torturarlos.

«Ahora Condoleezza Rice defiende la tortura y ¿por qué no hay una declaración de la UE rompiendo los intercambios culturales y por qué no bloquean a los Estados Unidos? Ahí hay mucha doble moral.

«Ustedes saben nuestra visión de estos individuos que se proclaman disidentes, nosotros pensamos que estos individuos en cualquier país europeo, en las condiciones nuestras, estarían procesados y probablemente en prisión. Porque son personas que han estado trabajando al servicio de una potencia extranjera, que te ha declarado la guerra y están pagados por esa potencia extranjera. Y en todas partes del mundo en las condiciones nuestras… y no es cualquiera, no es Haití o República Dominicana. Una superpotencia monstruosa, con un poder de aniquilación que podría barrernos del mapa. Y ésa son gente que cobra dinero.

«La potencia extranjera es esa superpotencia. ¿Cómo vamos a defendernos? Con nuestras leyes, con limpieza, con transparencia, sin maltratar a nadie, sin torturar. Aquí ningún perro ha mordido a un prisionero, ni ha estado en una jaula.

«Lo que yo veo es mucha manipulación en esta preocupación por los derechos humanos, porque si realmente tuvieran esa sensibilidad, estarían espantados, hubieran roto relaciones con los Estados Unidos por Guantánamo, hubieran hecho una condena al gobierno de Bush. ¿Quién ha llevado la dignidad humana a un estado de peor deterioro que ese gobierno monstruoso que pretende dominar el mundo? ¿Porqué no lo condenan y no interrumpen los intercambios culturales? ¡Es un chiste macabro, no se puede tomar en serio esa preocupación! Porque si tú eres un tipo angustiado por los derechos humanos tienes que ser parejo.

«Esa gente en Guantanamo son humanos, aunque Bush no lo crea, esos tipos que fueron torturados y ¡muertos! ¡personas que han muerto a causa de las torturas!, ¡torturas hasta hacer morir a una persona y con fotos públicas! Eso es monstruoso. De ahí que yo creo que todo eso forma parte de un ajedrez mediocre, mezquino, un ajedrez político en el que Cuba es sacrificada por la geopolítica internacional, dentro del miedo terrible, vergonzoso que le tienen a Bush, y entonces, nada menos que uno de los peores sacrificados, es el intercambio cultural.

«A mí me ofende mucho eso. A mí me tocan ese tema y no puedo dejar de apasionarme, porque es vergonzoso. Y cuando se cumpla el plazo que ellos mismos se han daado, yo no puedo pronosticar nada al respecto. El propio plazo a nosotros nos ofende, este es un país con mucha dignidad Lasse y Angela, aquí de verdad que no vamos a hacer ningún tipo de farsa para que nos perdonen la vida, como esperando el gran tribunal».

Martí y el marxismo latinoamericano

–Martí fue un precursor de la izquierda latinoamericana, de lo cubano extendido a lo latino, del compromiso y la participación de todo ciudadano latinoamericano responsable con su propio porvenir. Pero la historia de la izquierda en América Latina ha sido difusa y vacilante. Abel Prieto quiere hacer un poco de luz sobre esta historia, con la experiencia de la izquierda actual y la «posibilidad» de una nueva confluencia de países donde se pueda sentir con mayor claridad que Latinoamérica se decide finalmente a tomar el destino en sus manos.

Afirmar que José Martí era un romántico o un religioso desde el punto de vista de su fe en el hombre, no resultará una herejía para los ateos pragmáticos. El creía en el honor y con éste concepto argumentó la necesidad de una revolución y fundamentó su identidad como cubano, para los cubanos y de latinoamericano para los latinoamericanos. La noción de patria tenía que ver con esta noción de honor. Siempre que se quiere volver sobre lo sano a nivel del pensamiento político se cita a Martí y en su utopía se sostiene la creación de una Latinoamerica liberada de todo colonialismo, aún el más solapado, aún el aparentemente más anodino.

«Él dijo: ‘Yo quiero que la ley primera de nuestra república sea culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre (…) sácase a lucir, y a incendiar las almas, y a vibrar como el rayo, a la verdad y síganla, libres, los hombres honrados’. Y también Martí nos enseñó: Nada espera el pueblo cubano de la revolución que la revolución no pueda darle. Como dijo que: Cuba y Puerto Rico entrarán a la libertad con composición muy diferente y en época muy distinta y con responsabilidades mucho mayores que los demás pueblos hispanoamericanos. Es necesario tener el valor de la grandeza: y estar a sus deberes».

–¿Se puede decir que un «fantasma recorre a América Latina», no el fantasma del comunismo, sino un fantasma amorfo? Algo está pasando, lo vimos en Caracas. Coméntanos un poco cómo ves lo que está ocurriendo en Venezuela, en Brasil…

–Lo que estamos viendo en América Latina es algo que Cuba denunció, anunció, profetizó cuando cayó el Muro de Berlín, y se entonó el gran canto triunfal de que el mercado iba a ser el gran dios que resolvería todo. La oportunidad de estar en España en la Cumbre Iberoamericana del 92, en el V Centenario del supuesto «descubrimiento» –el encontronazo sangriento–, donde la delegación cubana fue como una especie de pieza de museo. Fidel como representando algo viejo, algo que había pasado a la historia, habíamos llegado al fin de la historia, lo anunció Fukuyama… ya había llegado el mundo de la democracia, de la libertad, del libre comercio, todo se iba a resolver.

«Allí Estaban Menen, Salinas de Gortary, Colhor de Mello, Felipe Gónzalez, que fue el anfitrión. Y realmente allí fue Fidel Castro la voz disonante en medio de un coro triunfal. Porque dijo: Este modelo del neoliberalismo va a estallar, porque es un modelo que hará mucho más profundo el abismo entre ricos y pobres, va a aumentar la pobreza, van a retroceder todas las conquistas de los derechos de los trabajadores, todas las conquistas de los sindicatos van a ser liquidadas.

«Muchos de aquel coro están hoy perseguidos por corruptos. Pero yo recuerdo que fue una situación muy amarga, porque incluso muchos amigos nos abrazaron, nos saludaron, pero nadie tenía fe en que la revolución cubana podría sobrevivir. Era como inevitable que después del derrumbe del socialismo íbamos a desintegrarnos, íbamos a ser derrotados.

«¿Qué pasó? Creo que lo que está pasando en América Latina es la crisis total de ese modelo que se ha impuesto a sangre y fuego. Oye, Argentina, que es un país productor de carne y de alimentos, un país rico con grandes recursos… ¡ha visto niños morir de hambre, hay casos terribles de desnutrición en Argentina! Hay un documental de Pino Solanas, Memoria del saqueo, que parece un manual de cómo ese modelo neoliberal puede destruir a un país. Lo privatizaron todo, los parques, la seguridad social, los cementerios… El Estado quedó como el represor. Lo que tiene que hacer el Estado es reprimir para que las transnacionales exploten a los países.

«Una de las grandes críticas que nos hacían, era ¿Qué hace el Estado metiéndose en cuestiones económicas? Que el Estado tuviera algún tipo de intervención, algún papel regulador, eso era un gran disparate en 1992. El propio Felipe Gónzalez lo decía allí, y todo el mundo lo coreaba. Era el mercado el que iba a poner orden. ¿Y qué han hecho? Hacer crecer las masas de excluídos, hablamos de Venezuela, hablamos de Argentina, pero ¿Qué está pasando en Bolivia? ¿En Ecuador, en Uruguay? Cuando uno analiza lo que el modelo ha hecho, se da cuenta que ha hecho agua por todas partes y que la gente está sencillamente cobrando una conciencia cada vez más clara que es una locura lo que está pasando.

–En Europa también se habla de eso, evidentemente, pero en órganos alternativos y en páginas de opinión. Lo que más concierne realmente a los gobiernos es Asia, China que se está despertando…todo lo que tú dices ahora, no les importa mucho. Y eso es muy trágico, sentimos que en Europa hay como una especie de incertidumbre en la izquierda que no sabe cómo se va a desarrollar.

–El trauma del derrumbe del socialismo y el fin de la bipolaridad le hizo mucho daño a la izquierda. Hay una izquierda electoral absolutamente integrada al sistema. No es igual a la derecha, tiene una sensibilidad mayor pero realmente está muy integrada. Es una izquierda que no aspira a transformar el orden de cosas, sino que aspira a tener cargos en un gobierno, a tener parlamentarios, etc. Y hay una izquierda que no es electoral que tiene otro tipo de aspiraciones, que se está nutriendo de este tipo de movimientos sociales, el Foro Social Mundial ha sido muy importante.

«Hoy Venezuela es una referencia importante también, pero esa izquierda también está muy dividida, tiene una tradicional y patética capacidad para dividirse. La derecha actúa a veces de manera implacable…»

–Hay menos incertidumbre en la derecha…

–Hay menos incertidumbe, actúan. Bueno, Blair acompañó a Bush en la guerra de Iraq y mintió como él. Él está participando del genocidio y en las nuevas guerras coloniales con gran entusiasmo. Es muy complicado. Todo lo que supone justicia social, participación ciudadana, seguridad social, derecho al empleo, a la vida, la salud, todos esos temas que son los que debían justificar una opción de izquierda, están muy debilitados. El mundo entero está muy debilitado.

«Yo creo que en América Latina, la gente auténticamente de izquierda va a encontrar procesos muy interesantes. Y la gente de derecha honesta, porque la honestidad es un valor que tiene un espacio relevante, es decir, no aceptar el genocidio en Iraq aunque tú seas de derecha, ya es algo. La ética, los valores. No aceptar el genocidio de los palestinos ya eso tiene un valor.

«Las palabras, derecha e izquierda uno las ve como algo un poco viejo. Ahora tienes que preguntarte: estás por la vida o por la muerte, estás por el genocidio, estás porque haya un mínimo de legalidad internacional, estás porque haya soberanía, esa palabra que parece de la Edad Media, parece algo tan viejo, tan pasado de moda.

«Bush dice, donde no haya un régimen democrático, según el criterio de Dios (porque él evidentemente tiene una relación promiscua con Dios), donde no haya un país democrático, según su versión etílica de la democracia, eso ya es un peligro para Estados Unidos y entonces hay que atacarlo. ¡Es increible! y el mundo entero tragándose eso, a ese Calígula… Es absolutamente vergonzoso.

«Realmente no sé cómo no hay una reacción, donde quiera que haya gente honesta que rechace esa visión imperial de las cosas… Hay un valor importante, una especie de cultura de la resistencia, es lo que hace este movimiento en Defensa por la Humanidad, tratar de movilizar esa resistencia. A veces es muy díficil, porque te encuentras con gente de izquierda que prefiere ver decapitado al ex-camarada que al imperialismo, es decir, los tipos han llegado a un nivel de resentimiento que es muy complicado construir un frente, construir un movimiento».

–En Caracas me sorprendí mucho, cuando oímos a Chávez decir haber leído al autor que se llama Trostky Para mí fue una sorpresa, y luego descubro que la hija de Armando Hart está escribiendo sobre Trostky. ¿Crees tú que hay una especie de vuelta o de reorientación? También hacia Gramsci que se discute mucho en los últimos tiempos. ¿Qué valor tiene, acaso redescubrir los socialistas herejes?

–Yo estudié a Gramsci en la universidad y para mí es esencial. Yo lo siento como un marxista del sur, acuérdate que él era sardo, viene de un mundo campesino y el tipo de elaboración marxista de Gramsci y su lectura de Lenin, es desde el sur. Yo siento que es un hombre que tiene mucho que ver con la revolución cubana. La idea de la hegemonía cultural, la idea de que tú puedes tener el poder político, el militar, pero si no tienes el poder cultural es endeble tu poder y puede ser reversible.

«Para mí, sin Gramsci no se puede explicar el derrumbe del socialismo en la Unión Soviética y en la Europa Oriental. Es un pensador imprescindible junto con Lenin. El derrumbe de aquel socialismo nos ha permitido una lectura más abierta, más desprejuiciada del patrimonio de toda la izquierda».

–Chávez se entusiasmó…

–Una cosa bonita de Chávez, y tú te diste cuenta, es que tiene una relación con el patrimonio de la izquierda muy abierta. Él no parte de manuales, ni de estructuras de pensamiento ya construídas. Creo que es hermoso que sea así, creo que es muy estimulante que se acerque sin ningún tipo de prevenciones a eso de esa manera, y que lo confiese como él lo hace, sin el lastre que tiene la izquierda tradicional. Me parece que en un momento como el actual habría que tener una capacidad para asumir todo ese legado de la izquierda marxista y de la izquierda no marxista.

«Para nosotros sigue siendo fundamental José Martí. Mariátegui que es un gran marxista latinoamericano. El pensamiento latinoamericano, no sólo Martí, José Ingenieros, Marinello, el propio Mella, hombre de acción pero también hombre de pensamiento, que fue el primer cubano en vincular a Marx y a Martí. La contaminación del dogma hizo mucho daño».

–¿Y ésto influye también en la política del Estado?

–Fidel y el Che… Acuérdate de los textos del Che y del propio Carlos Rafael Rodríguez, que aunque tenía una formación del partido comunista tradicional, el propio Carlos Rafael tiene textos iluminados. El pensamiento de la revolución cubana fue bastante original siempre. Una de las contribuciones de esta revolución al pensamiento de la izquierda es una visión bastante poco dogmática con respecto a los clásicos.

Por ejemplo yo nunca he oído ni a Fidel ni al Che mencionar a Gramsci, pero siento que ellos son gramscianos sin haberlo estudiado. Porque la tesis de Fidel sobre el papel de lo subjetivo en una revolución es puramente gramsciana. Es martiana también. Es decir la idea de que tú puedes vencer condiciones que objetivamente son muy adversas, a partir de una cultura política. La misma tesis de Martí, «trincheras de ideas pueden más que trincheras de piedra», es una idea gramsciana y es una idea que está en Fidel a flor de piel. Yo creo que el pensamiento cubano no tiene que ver con el determinismo marxista mecanicista de que vamos a llegar al comunismo como una especie de determinismo manifiesto y que todo eso se va a producir como resultado de las condiciones históricas, no.

–A propósito del sujeto, algunos dirían que el sujeto es él mismo. Es decir, si admitimos que Fidel Castro no es un dictador, como se dice generalmente, pero se puede quizás decir que es un autócrata, que hay autócracia en Cuba, porque demasiadas cosas dependen de una persona.

–Yo creo que el sujeto político, es decir, el agente de cambio en la historia, que en el marxismo, es el proletariado, está tremendamente enriquecido en las tesis de Fidel. Y está en La historia me absolverá. Cuando Fidel define el agente de cambio, las fuerzas del cambio en este texto, mete una cantidad de asuntos sociales, que van mucho más allá del proletariado. Claro también influye que Cuba no es un país industrializado, aunque había un proletariado sobre todo azucarero, había un proletariado incluso organizado y con ideas comunistas. Sí, Fidel conocía el marxismo, pero enriquece el sujeto político y el agente de cambio. Y él mete ahí por supuesto al campesinado, no con el concepto de la alianza obrero-campesina, no: el campesinado fue fundamental en la formación de este país y en la guerrilla fue fundamental y el desempleado fue fundamental.

«El marxismo clásico habla del lumpen-proletariado, todo eso está metido en una masa revolucionaria y estudiantado…Fidel dice «hablamos de pueblo si de lucha se trata». Él hace una definición y mete a los artistas, a gente de clase media, y la pequeña burguesía. Él hace una especie de concepto multiclasista que tiene mucho más que ver con los conceptos actuales de los movimientos sociales. Pienso que Fidel no tiene nada que ver con un autócrata.

«Por mi experiencia personal. Yo dirigí durante nueve años una organización no gubernamental, la Unión de Escritores y Artistas de Cuba y tuve una autonomía de trabajo máxima. Y en el Ministerio de Cultura tengo una autonomía máxima y en la Feria del Libro y la política editorial, en la literaria, es decir esa idea de que Fidel está aquí moviendo unos títeres es falsa. Nunca ha preguntado qué libros publicamos, nunca nos ha dicho publiquen a Marx y Engels, nunca ha cuestionado un libro, una obra de teatro.

«Es decir, él ha construído un equipo multigeneracional donde yo no soy de los más jóvenes. El canciller Felipe Pérez Roque tiene 39 años. El equipo económico, el equipo que dirige los municipios son gente joven. Esa tesis Lasse, la famosa tesis de que si Fidel muere, la revolución ya no tiene continuidad…

–Sí, esa era mi última pregunta. La pregunta periodística obligada…

–Sí, me la han hecho muchas veces. El famoso «día después», como se dice.

Hace muchos años Fidel, Raúl, la generación histórica, están construyendo un relevo. No va a ser un individuo porque yo personalmente tengo muchas dudas de que pueda salir alguien con ese tipo de liderazgo que tiene Fidel. Es una construcción multigeneracional.

«El otro día estuve con Abelardo Estorino (un teatrista que cumple 80 años y a quien le dedicamos la Feria del Libro) en Unión del Rey, un municipio de Matanzas. La secretaria del partido en Unión del Rey, acaba de cumplir 30 años, ingeniera. El presidente del gobierno municipal, acaba de cumplir 40 años, licenciado en educación. Gente inteligente, con una formación cultural, con una formación con la base, con la población, tremenda. Gente brillante, muy joven. No son unos burócratas, viven ahí como el resto de la gente, con un cubo buscando agua cuando falta, luchando para que los abastecimientos de la población lleguen a tiempo, porque no falte un ataúd… (porque a veces, por ejemplo aquí en los noventa, faltó madera para hacer ataudes. Fueron durísimos, amarguísimos esos años…)

«Esa gente no tiene nada que ver con aquellos burócratas de la antigua Unión Soviética que tenían dachas, son gente de pueblo y al mismo tiempo muy culta.

«Lo que yo te decía en Caracas, Lasse, aquella imagen que uno tiene de los dirigentes del municipio del año 60, a pleno grito contra el imperialismo encaramado en una caja de bacalao, una especie de fanático vociferante, no tiene nada que ver con eso. Son gente inteligente, culta, con liderazgo real.

«¿Van a venir los yanquis a organizarles unas elecciones a esos tipos? ¿Crees que a toda esa gente que hoy tiene garantías de salud, de educación, de cultura, cosas increíbles que no tiene nadie, le van a venir con el cuento de que ahora llegó la democracia, que los americanos le traen la democracia y que le traen un tipo de Miami pa que voten por él? ¡Eso realmente es impensable! Porque ese relevo no está en ningún grupito de gente, ni es un individuo específico, son unos cuantos miles de gente de distinta generación que saben que lo que estamos haciendo aquí y defendiendo en este país, tiene un valor muy grande y que se han metido muchas generaciones en esta historia.

«Además gente que ha nacido en la revolución como la secretaria de Unión del Rey, una mujer que nació en los 70, en plena revolución, ¿Le van a hablar de capitalismo? ¿Le van a decir que es mejor lo que van a traer los americanos aquí, lo que va a traer la gentuza esa de Miami? No se lo pueden hacer creer. Y hay contradicción, hay una masa de gente que quiere emigrar, no por razones políticas, te aseguro. No son razones políticas, todas son razones absolutamente económicas. Hemos formado una masa de profesionales, gente que puede ser muy competitiva en el extranjero y que aquí no tienen las mejores condiciones materiales. Esa es la realidad. Porque Cuba no vive aislada del mundo neoliberal que nos rodea».

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Publicada en el semanario Liberación de Malmö, Suecia..

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