Anarco punk, punk y anarquía
El movimiento anarco-punk es una corriente musical que nace en la década de 1971/80 en Inglaterra y que se aferra principalmente a tintes político-sociales adoctrinados en el anarquismo. Con gritos de denuncia, malestar y protesta se encasilla como una más de las vías de insurrección que hoy optan diversos pensadores y luchadores sociales, y mayormente los jóvenes.
Entre los representantes más fieles podemos descatar a The Clash, Crass y Dead Kennedy’s, que mostraron las particularidades del movimiento y se diferenciaron de aquellos otros participes del estilo que bajo raras indumentarias, conductas violentas y paradójicas simbologías o pensamientos, hacíanse llamar punk.
En la trayectoria agitada que lleva este movimiento, adornando con guitarrazos y un revolucionario sonido, cánticos históricos de revolución social y emblemas contemporáneos de protesta y subversión, aquella firme vía de desarrollo anarquista fue dividiéndose para formar caminos de inseguridad y decaimiento del objetivo a alcanzar, y que es la revolución ácrata.
En la actualidad, después de aquel alzamiento musical, varias corrientes han ido asemejándose musicalmente e introduciendo las diferencias antes señaladas al rebelde musical, e incluso muchas veces se desvía del anarquismo en sí, y del porvenir social a conseguir.
Trivialidades, violencia, sumisión comercial, etc., hoy construyen un punk que sigue catalogado como anarco, pero que en muchos casos degrada su historia de subversión y agitación por un mohoso sistema de identidades falsas, globalización y caos violentista. Las ramas skinhead, o cabezas rapadas, que junto con los punk del siglo XXI, antes del intelecto y la acción directa contra la institucionalidad estatal prefieren las golpizas callejeras, la diversión a costa del indefenso o del menos poderoso, o tal vez hacer de la anarquía el estigma social, símbolo del desorden; y al mismo tiempo alejar de las vías ideológicas, por las que se puede optar a la acracia, por travesuras totalmente opuestas a lo que son e intentaba realizar.
PROPAGAR Y DIFUNDIR
Es cierto: es feo y de mal gusto generalizar, pero en una sociedad en la que las generalizaciones dominan las vías de la conducta y de la apreciación, y –lo más importante– en una sociedad que se busca agitar y levantar no se puede jugar con esto. ¿Le estamos dando más facilidades al enemigo capitalista para abolir la anarquía?
¿Qué pensaron cuando vieron aquella propaganda de una empresa transnacional de comunicaciones que muestra a un punk, con una A en su polera golpeando a su perro, matoneando a sus padres y familia, y luego cayendo de rodillas abismado por la nueva oferta del internet?
Una burla, una golpe asqueroso a los que día a día luchan por la revolución social anarquista. Un escupitajo a todos y todas ustedes que leen este escrito, una irónica burla en sus rostros mientras leen a Kropotkin, Proudhon, Durruti, Malatesta…
No es caminar al ritmo de la sociedad, ni tampoco introducirse en el sistema establecido a punta de dólares; es avanzar inteligentemente hacia la nueva sociedad, es levantar nuevamente la bandera de lucha o, más bien dicho, levantar la lucha y la opción de la verdadera libertad.
Con esto no quiero generalizar un odio al punk, sino una recapacitación de lo que buscamos, aclarar dudas de lo que es la anarquía entre muchos ignorantes que la creen una tonta jugarreta infantil, o la característica del crecimiento púber.
Quiero que empecemos a tomar a la anarquía como lo que es: el enemigo del poder, el amigo del hombre y la libertad, el sí al bienestar y la búsqueda de la persona que todos imaginan, aquella afable, solidaria y progresista, o simplemente cuestiónense: cómo todo a cambiado, con los años todo se va adaptando, ¿el nuevo punk moldea la anarquía a la sociedad violenta, indiferente, dependiente en que estamos sumidos?.
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