Argentina. – EL LLAMADO DE LAS LENGUAS ORIGINARIAS

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

Con el objetivo de promover la diversidad del patrimonio lingüístico de Argentina, el centro de enseñanza de idiomas dependiente de la estatal Universidad de Buenos Aires puso en marcha un exitoso programa de lenguas originarias de este territorio. El innovador plan está en concordancia con el espíritu del Día Internacional de la Lengua Materna, que se celebró el 22 de febrero, fecha adoptada en noviembre de 1999 por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) con el propósito de promover la diversidad lingüística en tanto que valor de unidad y cohesión social.

«La idea fue sumar la enseñanza y difusión a proyectos económicos, culturales, turísticos o educativos de organizaciones gubernamentales o de las comunidades para desarrollar las regiones donde viven», señaló Roberto Villarruel, director del Centro Universitario de Idiomas (CUI).

El CUI se creó hace 15 años, en 1992, dentro de la casi bicentenaria Universidad de Buenos Aires Al comienzo se impartían cursos de inglés, francés y portugués; más tarde se amplió al italiano, alemán, chino, árabe, japonés, hebreo y el español para extranjeros. En 2006 se agregó el Departamento de Lenguas Originarias, donde se enseña quechua, guaraní y mapuche.

En Argentina, además del castellano, que es el idioma oficial nacional, existen más de 20 lenguas vivas en distintas partes del país. No obstante, el Congreso de la República es quien tiene entre sus funciones reconocer la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas argentinos.

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«El objetivo es acompañar los procesos de integración regional que se desarrollan en América Latina, contribuir a difundir y recuperar activamente nuestro patrimonio lingüístico y cultural, y constituirnos en una experiencia de revitalización de las lenguas a través de hacer más accesible su enseñanza», manifestó Mónica Thompson, a cargo del programa de enseñanza.

Según explicó Thompson, en 2006, primer año con cursos de lenguas aborígenes, se inscribieron 120 estudiantes, 60 para quechua, 35 para guaraní y el resto para mapuche. Cada curso se divide en ciclos –inicial, de consolidación y de especialización–y, a su vez, cada etapa tiene dos niveles. «Este año esperamos aumentar la concurrencia porque vamos a ofrecer un tercer nivel de cada idioma», anticipó la coordinadora.

Datos de la Encuesta Complementaria de Pueblos Indígenas –realizada por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos entre 2004 y 2005– indican que sobre una población de 39 millones de argentinos, casi 490.000 pertenecen o son descendientes en primera generación de alguno de los 31 pueblos originarios.

Antes de la conquista española el quechua –o qheswa o runa simi– fue la lengua del Tawantinsuyu (imperio inca), que abarcaba el extremo sur de Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, la Amazonia brasileña, el norte de Chile y una amplia zona del norte argentino.

El profesor Carmelo Sardinas Ullpun, que coordina la enseñanza del quechua, estima que 18 millones de personas en América del Sur lo hablan, pero advierte que esta lengua se está perdiendo frente al español, y que en numerosas familias indígenas ya casi ninguno de sus miembros la habla. En Bolivia, el quechua es lengua oficial junto con el aymara y el castellano, y en Argentina hay diversos dialectos según las provincias. El más extendido es el quechua de Santiago del Estero, al noroeste de Buenos Aires.

Por su parte, el guaraní se habla en Paraguay y en la nororiental provincia argentina de Corrientes, donde son idiomas oficiales junto con el castellano. Esta lengua fue prohibida en Argentina por un decreto de 1870, que se derogó sólo en 1992.

En tanto que el mapuzugun, la lengua de la nación mapuche, se extendió a la región de la Patagonia, sur de Argentina y Chile. Actualmente se estima en más de 700.000 el número de personas descendientes de este pueblo, la mayoría de ellas chilenas.

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«Las lenguas con las que comenzamos fueron escogidas por ser las más habladas en Argentina, es decir por su vigencia y no por su carácter de excepcionalidad», sostuvo Thompson, quien remarcó también que, «pese a que la cultura hegemónica y oficial las negaba hasta hace poco, permanecieron, aunque en forma desigual, en las provincias».

Los alumnos tienen entre 20 y 60 años, y se ocupan en diversos oficios y profesiones. También hay académicos entre ellos. «Una minoría vino para no perder la lengua de sus ancestros, pero la mayoría llega atraída por conocer el contenido filosófico, los valores de la cultura originaria», explicó. El programa tiene cuatro docentes, todos los cuales son miembros de las comunidades indígenas donde se habla la lengua que enseñan en el CUI. Los profesores están considerando incluir otros idiomas originarios, como puede ser el toba, el wichí el aymara.

La primera es hablada por la nación toba o komlek, la segunda por el pueblo wichí, formado por la fusión de los aborígenes matacos, y la tercera por el grupo aymara de Argentina.

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* Periodista.
Artículo difundido por la agencia periodística IPS, http://www.ipsnoticias.net.

Addenda

Vale la pena consignar el valor de los cursos. El precio del curso regular de 16 semanas varía según categoría, así: para alumnos es de 69 pesos (unos 20 dólares), para graduados o docentes de la UBA es de 79 pesos (25 dólares), y para el resto de las personas es de 395 pesos (125 dólares), que se pueden pagar en cinco cuotas.

El encuentro con una raíz de América, como se ve, no abruma por su costo. Bien por la Argentina. Las inscripciones para el próximo curso estarán abiertas del 12 al 17 de marzo de 2007.

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