Argentina: Riesgo de corrida cambiaria y fuerte caída de activos financieros

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No hay forma de que la situación económico-financiera no eclosione: el mérito del gobierno de Cambiemos y Mauricio Macri ha sido no caerse todavía: terminó el año sin demasiados sobresaltos y anunciando un nuevo tarifazo en los servicios, mientras el presidente se daba el lujo de vacacionar incluso antes de las fiestas.

Terminó el año amparado por el gobierno de EU, la burocracia sindical local, la ausente oposición política que por distintas razones -desde no hacer problemas creyendo que gana las elecciones con “la fusta bajo el brazo”  a  no aparecer como “sacando los pies del plato”- y, fundamentalmente, por la falta de organización y de propuestas desde el sector popular para dar respuesta a una administración elitista y reaccionaria.

La caída del PIB, el aumento de la desocupación, el cierre de establecimientos, el nivel de deuda en dólares (contraído por grandes empresas, confiados en que el macrismo iba a tener dos períodos de bicicleta financiera), que tornan impagable la misma cuando desciende día a día el mercado interno por la desocupación y los bajos salarios, nos empujan a un país desindustrializado, fuertemente concentrada la economía en pocas manos, asociadas y/o subordinadas al capital extranjero.

A la minoría más rica del país le dan la opción de vender sus activos en el país y tener inversiones de todo tipo en el mundo, pero en la Argentina, las mismas son posibles, siempre y cuando no enfrenten al capital estadounidense.

En ese marco, el apoyo de la administración de Donald Trump través del Fondo Monetario Internacional (FMI), que desde el 22 de junio de 2018 asistió con 27.804 millones de dólares a la gestión de “Cambiemos”, de los cuales 13.346 millones ingresaron al Banco Central entre octubre y diciembre. Y el FMI agregaría otros 10.843 millones de dólares en marzo 2019.

A ello hay que añadirle el swap de China por 8.750 millones de dólares , con lo que, sumado a la deuda tomada en los años 2016 y 2017, se logró reponer parte de las reservas internacionales de los 58.466 millones de dólares que se fugaron[1]de enero 2016 a noviembre de 2018. Las reservas internacionales del BCRA ascienden al 7 de enero 2019 al equivalente a 65.736 millones de dólares.

Sumado a las reservas, hay que considerar el ingreso esperado de divisas proveniente de la exportación de soja de febrero a mayo 2019. En ese contexto, las perspectivas de que el dólar se maneje dentro de la “banda de flotación” determinada por el Banco Central y reasegurada por la tasa de interés del mismo ente emisor, sería posible en ese plazo.

Pero el gobierno no pueden detener el proceso generalizado de suba de precios[2], lo que impacta en el valor real del dólar, que incluso frena la liquidación de las exportaciones, generando un círculo perverso de “presión” cambiaria y con ello de otra corrida como la del año 2018. Será el final de un gobierno que sobrevivió a la primera corrida, pero no va a poder sobrevivir en iguales condiciones a una nueva carrera de depreciación de la moneda.

En el año 2018 -medido en dólares- el valor de las empresas nacionales (y de sus acciones) cayó aproximadamente en un 50%, a lo que se suman las acusaciones de sobornos del “caso de los cuaderno” de Oscar Centeno, que deterioró aún más a las empresas denunciadas, básicamente vinculadas a la obra pública

Pero la pérdida de valor en moneda dura alcanzó a todas las actividades y a todos los valores, públicos y privados, tanto las empresas energéticas (que paradójicamente fijaron con Mauricio Macri los precios que quisieron); como con los bancos, esencialmente los que cotizan en Wall Street[3].

Si bien ganan fortuna prestándole al Banco Central y con los Leliq como encajes remunerados, tienen el “San Benito” de la morosidad de la cartera y las posibilidades ciertas de quiebras generalizada y de que el Estado termine colocando un “bono” por sus deudas, como con el resto de la producción, la construcción y los servicios.

En ese marco es imposible que no “choquen los planetas”, pero primero la confrontación se va a dar por la demanda y fuga de divisas como única variable segura de ahorro, ante la caída del valor de títulos  y acciones por la posibilidad de cesación de pagos[4].

Ello surge de la simple cuenta que se debe pagar en este año 2019 en pesos y en dólares, por capital e intereses de la deuda externa, el equivalente a 47.600 millones de dólares y el crédito del FMI -el único que aparece prestando genuinamente- para todo el 2019 es de 22.658 millones de dólares. Además, para hacer uso de las reservas internacionales del Banco Central, se debe contar con autorización expresa del mismo FMI.

Y falta considerar el año 2020, cuando los vencimientos en pesos y en divisas, de capital e intereses, suman hasta ahora 35.300 millones de dólares [5], pero el crédito del FMI – siempre y cuando se cumplan sus condiciones- para todo el año próximo, suma 3.892 millones de dólares en cuatro cuotas trimestrales iguales y consecutivas de 973 millones.

No cierran los números

Al no cerrar los números se azuza la fuga de divisas, la no renovación de títulos de deuda vieja por nueva (roll over, que el gobierno confía que sea del 70% o más) y los incumplimientos de las obligaciones de todo tipo, comenzando por la rotura de las cadenas de pago y su efecto “dominó” sobre la economía argentina.

Esto profundiza un proceso recesivo que a su vez implica menor recaudación tributaria y de todo tipo por parte de las administraciones nacional, provincial y municipal.

Todo esto llevará a que se pretenda realizar en algún momento de este año un canje de deuda, tipo el que realizó Domingo Felipe Cavallo como ministro de economía de Fernando De la Rua el 4 de junio de 2001 y sabemos cómo terminó ese año (con un estallido social y la demanda de “que se vayan yodos”. Hacia allá vamos.

Notas

  1. FAE – Formación de Activos Externos de residentes argentinos en el exterior según el Balance Cambiario del BCRA de noviembre de 2018
  2. Que este gobierno contribuye con el aumento de las tarifas, para comienzo del año 2019 en el orden del 40% el transporte de pasajeros hasta marzo próximo, 55% para energía eléctrica (concentrada en febrero y marzo), 35% para gas natural hacia marzo y 44% para los servicios de agua corriente.
  3. Bolsa de Nueva York
  4. El Default hace que derrapen todos los precios de los títulos y valores
  5. Según el Programa Financiero 2019-2020 presentado por el Ministerio de Hacienda de la Nación el lunes 7 de enero 2019

(*) Licenciado en Economía, profesor de Política Económica y de Instituciones Monetarias e Integración Financiera Regional en la Facultad de Ciencias Económicas (UBA Fue Director Nacional de Programación Macroeconómica en el Ministerio de Economía y Finanzas de la Nación. Analista senior asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE).

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