Buenos Aires: la feria será para el teatro
El teatro no goza de buena salud financiera en América Latina; el viajero puede sorprenderse al revisar la cartelera en la ciudad de Buenos Aires: decenas de salas, plazas, parques, bares y otros sitios públicos y privados ofrecen el abanico más completo de experiencias teatrales.
Ni aun en medio de la reciente crisis social y económica amainó el vendaval escénico. Cientos de compañías, grupos, colectivos mini empresas teatrales investigan, trabajan, ensayan, estrenan -y sus integrantes fatalmente se arruinan-. La enorme mayoría son jóvenes: actúan «a la gorra».
Era hora, por tanto, que la entidad organizadora de la 31ªFeria del Libro de Buenos Aires recordara que el Teatro es también un género literario. Es especial porque en la capital del teatro suramericano se corre el riesgo de que continúen cerrándose salas que son como símbolos de la actividad.
La Sociedad Argentina de Autores (ARGENTORES), ausente de las últimas tres ferias del libro, a través de su comisión de Cultura, decidió hacer lo imposible por ampliar al máximo la presencia del teatro escrito este año. Para esos efectos se instalará un mesón de ventas en el recinto ferial y se invita a los dramataurgos con obra publicada a que acerquen a la institución ejemplares de los textos con el objeto de exhibirlos y venderlos.
Qiuenes no estaremos en Buenos Aires cuando la Feria, podemos tener un panorama del teatro argentino contemporáneo visitando la biblioteca virtual Wordtheque, que aloja -por ahora- parte del acervo de la Biblioteca Dionisio, resultado del esfuerzo de la revista homónima publicada en en esa ciudad por el dramaturgo Héctor Oliboni.
En ella es posible encontrar -y leer en forma gratuita- obras de autores noveles y de consagrados, como Elio Gallipoli, uno de los animadores de Teatro Abierto, importante factor de la resistencia cultural cuando la dictadura militar argentina.