Chile, acaso el juicio del siglo / Los 15 errores cometidos en la investigación del Alimento Nutricomp ADN

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Nueva Justicia.*

A partir de marzo de 2006, durante todo el año 2007, y hasta el 18 de enero de 2008, la empresa alemana B. Braun en la ciudad de Melsungen, sugirió al menos dos nuevos ingredientes para reemplazar, las antiguas grasas y la fibra dietética, en los alimentos Nutricomp ADN que tanto Watt’s como B. Braun Medical en Chile elaboraban como parte de dietas especiales. Los dos nuevos ingredientes, un MCT de 6, 8 y 10 carbonos, y un Prebiótico no identificados, provocaron en los consumidores de alimentos ADN el llamado Síndrome de Realimentación, manifestado, entre otros síntomas, por una hipokalemia severa, o falta de potasio casi total en la sangre. Sin embargo, fueron detenidos y formalizados como principales responsables, de haber cometido un error, químicamente imposible, en la petición de cloruro de potasio anhidro al 1%, los señores Ezzio Olivieri, Egon Hoffmann, y como cómplices de este delito, los ex ejecutivos de B. Braun Medical, señores Roberto Oetiker, Reinaldo Torres, y Juan Cristóbal Costa.

I.- A modo de preámbulo…

Ezzio Olivieri y Egon Hoffmann estuvieron por casi ocho meses detenidos y en total, llevan diez meses formalizados como responsables de la muerte, de hasta ahora, 23 víctimas y de las lesiones graves –con secuelas físicas e insuficiencias– en otros 52 consumidores de ADN, al haber ellos, según fiscalía de San Bernardo, solicitado el 18 de abril de 2007, a la empresa Blumos (representante en Chile de la brasilera Fortitech), una Premezcla de Minerales STD-565, en la que, por kilogramo del Premix, 406 gramos correspondían a Cloruro de Potasio anhidro al 1%, en circunstancias que (según la fiscal Marisa Navarrete Novoa), en las anteriores formulaciones de este alimento elaborado por B. Braun Medical, se solicitaba Cloruro de Potasio al 100%.

Sin considerar las opiniones de expertos en materia de elaboración de alimentos y en medición de la concentración de minerales – como profesionales del INTA u otros de Ciencia Básica, y sin contratar el Ministerio Público los servicios profesionales de un Perito, Fiscalía de San Bernardo estimó que las mediciones deficientes en Sodio y en Potasio contenidas en muestras de lotes de alimento ADN, y revelados en exámenes de laboratorios tanto nacionales como internacionales, correspondían al “error de digitación” ya referido y no a una mala técnica en la medición de estos elementos al no existir una uniformidad para la misma.

En efecto, para muchos laboratoristas y bioquímicos, para poder obtener una buena medición para la presencia de sodio y potasio mediante la técnica de absorción atómica, es requisito importante considerar una uniformidad en la técnica de dilución de las muestras antes de medir. No obstante, para la Fiscal Marisa Navarrete, un documento en donde el bioquímico Ezzio Olivieri Díaz solicitó el cloruro de potasio anhidro al 1% en vez de al 100%, las mediciones de Sodio y Potasio obtenidas en ISP, en PDI, y en Analab, el hecho que el señor Olivieri confesara su delito en la petición de un “bajo contenido de potasio”, así como la confesión de los restantes ex ejecutivos de la empresa B. Braun Medical, fueron motivos más que suficientes para ella, al momento de formalizarlos, y para los cuatro jueces que han conocido de los hechos, para decretar la prisión preventiva y rechazar la revisión de las medidas cautelares, por lo que la defensa de los señores Hofmann y Olivierri debió recurrir al Recurso de Amparo para logar que la Corte Suprema la cambiara por reclusión domiciliaria.

Watt’s Alimentos S.A. no generó sospechas en la investigación del Ministerio Público, pese a que la Fiscal Marisa Navarrete recibiera, de parte de la abogada Ruzy Nora Mitrovic, importantes documentos, contratos firmados entre Watt’s y B. Braun Medical, copia de causas civiles de los Tribunales Civiles de Santiago, incluyendo un lote de ADN, fechados en junio de 2006, con ingredientes no autorizados en los vademécum de Especialidades Médicas, y otro lote con etiquetado de Watt’s el cual presentaba fenómenos de “Floculación” y “Recoalescencia”, que apuntaban a que era esta empresa la que podría estar implicada en las muertes de varios niños y otros efectos secundarios experimentados por otros consumidores.

Hubiese bastado un análisis pericial de tan sólo unos minutos por parte de la Fiscal Marisa Navarrete –solicitado en reiteradas oportunidades como diligencia por la abogado Mitrovic y siempre rechazadas “por improcedente”– para haberse dado cuenta que el “error de digitación” carece de todo sentido químico, aún cuando el señor Olivieri se confesara como el responsable de dicho error.

En efecto, los documentos presentados como prueba por Fiscalía de San Bernardo revelan que, al igual que antes de abril de 2007, siempre se mantuvieron los 406 gramos de KCl por cada kilogramo de minerales, estribando su diferencia, según la Fiscal Navarrete, en que “antes se pidió el Cloruro de Potasio al 100% mientras que ahora se solicitaba al 1%”. Al respecto, y un somero análisis de química revela que la sal KCl en su forma anhidra, es decir, sin agua, posee un contenido de potasio igual a 52.4%, dado por su composición estequeométrica, y no por lo que un usuario o un bioquímico le asigne.

Dicho esto, se demuestra que es imposible que alguien pueda pedir los mismos gramos de siempre, pero ahora variando la concentración en la composición estequeométrica del potasio en su forma anhidra, para pedirlo al 100% o al 80%, o al 20% o al 1%. Si un bioquímico de B. Braun Medical hubiese pedido a Brasil, por cada kilogramo de minerales, “406 gramos de KCl anhidro al 1%” el proveedor simplemente le habría enviado los mismos 406 gramos de KCl anhidro de siempre, con una concentración estándar de 52.4% para el Potasio, porque ni Blumos ni Fortitech, hubiesen entendido la forma de enviar el Cloruro de Potasio al 1%. Esta petición, por tanto, carece de todo sentido físico o químico.

II.- El análisis de Fiscalía

En la Fiscalía de San Bernardo se explicó que había suficientes motivos para incurrir en el llamado “error de digitación del potasio”, y culpar como únicos responsables a los ejecutivos de la empresa B. Braun Medical en Chile, ya que todas las pistas apuntaban en su contra.

Se señala que el actuar de Fiscalía estuvo avalado por las resoluciones de los Jueces de Garantía de San Bernardo y los Ministros de la Iltma. Corte de Apelaciones de San Miguel, que, en siete oportunidades, denegaron acceder a la libertad provisional de los señores Olivieri y Hoffman, por considerarlos un peligro público para la sociedad, y por no haber ellos aportado nuevos antecedentes respecto de lo sucedido.

También sostienen que los abogados defensores, del estudio Puga Ortiz, nunca pidieron diligencias específicas en sentido de evaluar si era o no químicamente posible cometer el “error de digitación del potasio”, como tampoco exhibieron los Contratos de Manufactura suscritos por los ejecutivos de Watt’s y de B. Braun Medical, tanto en los años 2003, como el 2007, en los que Watt’s se obligaba a elaborar para B. Braun Medical todos los productos Nutricomp ADN tanto en polvo como liquido. Fiscalía de San Bernardo sostiene que la defensa de los ejecutivos no adjuntó los documentos correspondientes a la demanda iniciada por Watt’s en contra de B. Braun Medical, en julio de 2005, ni la Modificación de Contrato de Manufactura suscrito por ambas empresas en julio de 2007, en el que Watt’s se comprometía a elaborar para B. Braun Medical, hasta 55 toneladas de ADN en polvo en forma mensual, y hasta 50 mil litros de ADN Líquido UHT en forma bimensual.

Los abogados de la defensa no pusieron a disposición de los Tribunales de San Bernardo los documentos que conocieron los Jueces del 1º y 30º Juzgados Civiles de Santiago, en los que acompañan las copias de los contratos existentes entre ambas empresas, así como el listado de países a los que Watt’s podría exportar sus productos Nutricomp ADN.

Aparte de la confesión de Ezzio Olivieri de haber cometido el error en la solicitud de potasio a la empresa brasilera Fortitech, del cual hasta la fecha no se ha retractado, señalan que las denuncias presentadas por el Seremi de Salud Metropolitano y los análisis químicos referentes a las discrepancias entre el contenido de Potasio y de Sodio, en miligramos, respecto del que la empresa B. Braun Medical rotulaba, así como las declaraciones sobre que una falta de potasio en la sangre podría provocar los cuadros de hipokalemia Severa detectados en los pacientes, hizo que la imputación tuviese más sustento.

III.- Los quince errores en la investigación

1.- Una línea de investigación: la Fiscal Marisa Navarrete Novoa, se centró en investigar a la empresa B. Braun Medical, y a sus ejecutivos, por la supuesta falta de potasio en el alimento ADN, la que habría provocado los cuadros de hipokalemia en los consumidores, pese a recibir los datos e informes proporcionados por la abogado querellante Ruzy Nora Mitrovic, quien sostiene que es un requisito indispensable analizar químicamente tanto, los micro como macro nutrientes, con especial cuidado en las nuevas grasas (un nuevo MCT) y un carbohidrato no descrito ni cualitativa ni cuantitativamente (un Prebiótico), y el que estos ingredientes, que no fueron declarados en los Vademecum de Especialidades Médicas y Farmacéuticas, provocaron el Síndrome de Realimentación entre los consumidores de Nutricomp ADN, manifestado entre otros varios síntomas, la hipokalemia Severa.

2.- Pistas obviadas: los informes periciales presentados por la abogado Mitrovic, en el sentido que todos los ingredientes modificados o reemplazados en los alimentos descritos en los Vadecum anuales, debían haber contado con una RDA de aprobación emitida por el National Research Council, con una prueba sobre del comportamiento de estos nuevos aditivos en Grupos de Control previamente comprobados, fueron rechazados por Fiscalía de San Bernardo.

Es claro que los alimentos Nutricomp ADN no son un simple complemento alimenticio como los el Milo o Cocoa Raff, sino más bien un alimento de uso médico, con fines terapéuticos, debiendo ser declarados todos sus compuestos en los recetarios médicos denominados Vadecum. En efecto, de acuerdo a las antiguas fórmulas, los productos ADN Standard, ADN Fibra, y ADN HN Hiperproteico son hisotónicos respecto del plasma, mientras que ADN Diabético y ADN Pediátrico son hipertónicos respecto de los líquidos intra y extra celulares. La adición de nuevos ingredientes provocó la separación de fases y otras alteraciones organolépticas, las que intentaron corregirse en Chile, mediante “ensayo y error” sin consultar a los especialistas, lo que en definitiva, provocó que los alimentos finales elaborados por Watt´s S.A. y posteriormente por B. Braun Medical S.A., fuesen hiperosmolares, con valores que probablemente sobrepasaron los 500 a 700 miliosmoles por kilogramo de agua.

Esto implicó que la presión osmótica ejercida por el alimento ADN reconstituído, provocaba una consiguiente deshidratación, estimulando las secreciones y disminuyendo la tasa de absorción de los nutrientes (similar a lo que sucede a un náufrago que decide beber agua del mar para calmar su sed, donde perderá en promedio dos litros de agua, por cada litro de agua salada ingestada). Esto podría explicar no sólo los cuadros de hipokalemia experimentada en pacientes como Maximiliado Trey, sino los cuadros adicionales como Hiperémesis, Hipernatremia, etc. que se vieron incrementados por sus dolencias congénitas, tales como una Atresia Esofágica con Fístula Traqueoesofágica (FTE).

A lo largo de su vida, el niño Maximiliano había perdido un riñón, y había sido sometido a una operación cardíaca (como lo demuestra la autopsia realizada doce días después por el tanatólogo, Dr. Iván Pavez Viera). Al poseer un riñón de menos, este paciente tenía una capacidad de concentración de orina muy inferior a los 500 ó 400 mOsm/litro, de modo que al consumir en promedio unos 840 mOsm/día de ADN Pediátrico de la nueva formula y corregida en Chile, el volumen mínimo de orina sería de aproximadamente 2 litros y 100 ml al día. En otras palabras, por cada litro y 200 ml de ADN Pediátrico que Maximiliano consumía al día, éste eliminaba 2.1 litros. No obstante, la fiscal Navarrete no consideró estas pistas y desestimó la línea de investigación propuesta por la abogada Ruzy Nora Mitrovic.

3.- El MCT y el Prebiótico:
ante el Tribunal de Garantía de San Bernardo, y ante el Magistrado Claudio Larré, la profesional Mitrovic mostró un lote elaborado en junio de 2006, cuando aún los señores Hoffmann y Olivieri no habían sido contratados por la empresa B. Braun, donde se indicaba que la fórmula antigua de Nutricomp ADN se había modificado, bajo dos sellos en color rojo con rotulados “ahora aporta MCT” y “ahora aporta Prebiótico”. Con ello se demostraba el cambio de ingredientes en el alimento a partir de marzo de 2006, probando cómo falsa la versión entregada por el ex gerente general Roberto Oetiker, respecto a que era la mísma fórmula que Watt’s habia elaborado desde 1981.

Una cantidad de Prebiótico no identificado podría provocar graves problemas en el pH intestinal, el cual unido a una cantidad tampoco especificada de MCT, provocaría en los consumidores el Síndrome de Realimentación. Este síndrome sucede cuando a pacientes con un grado parcial de desnutrición se les adminstra una sustancia energética como la glucosa, o un Triglicérido de Cadena Media con una energía más de dos veces y media de la que aporta la glucosa, provocando junto a un aumento en los niveles de insulina, una pérdida brusca de fósforo, seguida con un secuestro de potasio plasmático. El potasio termina en el interior de las células y no en la sangre, provocando en los pacientes una hipokalemia Severa de hasta 0.8 miliequivalentes por litro de sangre, similar al que los consumidores de ADN manifestaron.

4.- Peritaje exculpatorio: el perito científico, Rodolfo J. Novakovic, contratado por la abogado Ruzy Nora Mitrovic, demostró en un informe de más de 10 páginas, no sólo la imposibilidad química de cometer el “error de digitación del potasio”, sino que según el pedido que don Ezzio Olivieri Díaz solicitó a Blumos, los valores para el potasio y el sodio estarían en total concordancia con lo dispuesto en el Artículo 115, letra b), del DS 977 de año 2006, conocido como Reglamento Sanitario de los Alimentos. En efecto, este peritaje demuestra que, de acuerdo al pedido del señor Olivieri, por cada 100 gramos de ADN en polvo, de cualquiera de las líneas (Fibra, Hiperproteico, Diabético, Pediátrico, etc.) se tendría 734 mg de K, 189 mg de Na, 235 mg de P, etc.

En otras palabras, el pedido de don Ezzio Olivieri no podría haber provocado que los elementos que componen el premix de minerales pudiesen estar sobre o bajo lo solicitado por la norma impuesta en el Reglamento Sanitario, descartándose este documento, presentado por Fiscalía de San Bernardo, como documento probatorio para formalizar de fondo a los imputados.

5.- La confesión:
Ezzio Olivieri confesó ante el Fiscal y ante el Juez de Garantía haber cometido el error en el pedido de Cloruro de Potasio anhidro al 1%, sin poder explicar hasta el momento cómo es posible cometer físicamente dicho error. Cuando la abogado Mitrovic, quien ahora tiene su línea de investigación en forma separada de la que lleva la fiscal, solicite que el señor Olivieri declare ante el Juez de Garantía, cómo pudo cometer el error de pedir esta sal con potasio al 1%, cuando químicamente la sal tiene dicho elemento en forma natural al 52.4%, ni el señor Olivieri, ni el señor Hoffmann, ni el resto de los ejecutivos detenidos podrán explicar la manera en cómo hacer que el potasio esté al 100% o al 1%, se producirá un quiebre en esta confesión.

Por un lado, se demostrará que el señor Olivieri habría recibido presiones para autoinculparse en un hecho que no tiene respaldo científico; por otro lado, la Fiscalía de San Bernardo se quedará sin documentos de prueba cuando deba revisarse el fondo de la causa durante el Juicio Oral; y por último, tanto los ejecutivos de Watt’s como de B. Braun Medical, deberán reconocer que el potasio no fue lo que provocó la sintomatología clínica en los consumidores de ADN, sino la adición de al menos dos ingredientes no controlados ni declarados, los cuales fueron sugeridos por Alemania, por parte de B. Braun Melsungen.

Las responsabilidades serán entonces mayores, pues, al no poder responder el señor Olivieri sobre la manera en cómo cometer un error que es una imposibilidad científica, deberá declarar y dar el nombre de la persona o de la institución que le obligó a firmar su confesión, la cual se ha utilizado como la “piedra angular” para la formalización de los cinco ejecutivos en prisión preventiva y con reclusión domiciliaria.

6.- Retractación: en declaraciones del 10 de noviembre del mismo año, y aunque mantienen que se cometió error en el pedido de potasio a Fortitech de Brasil, Olivieri y Hoffmann señalan que los problemas con el alimento Nutricomp ADN no se debieron sólo al potasio, sino también al cambio de grasas y a problemas con las vitaminas y otros ingredientes que desde un año antes se habían alterado (cuando ellos aún no habían sido contratados).

Ellos declaran sobre un contrato existente entre Watt’s y B. Braun, donde a veces algunos alimentos fabricados por Watt’s eran rotulados como elaborados por B. Braun para poder exportar productos a países donde Watt’s no era bien recibido, mientras que otras veces era la acción recíproca. Comentan ambos que ingredientes, que ellos desconocían el por qué, provocaban la separación de fases al momento de reconstituir ADN con agua, que las mezclas se descomponían antes de terminar su vida útil, y a que a ellos se les había obligado a falsificar datos con el objetivo de poder vender producciones deficientes a hospitales y a farmacias.

Los señores Olivieri y Hoffmann señalan que todos estos hechos venían produciéndose desde el año 2006, cuando se modificaron las grasas desde Alemania, y que dichas modificaciones eran conocidas desde antes por los ejecutivos de la empresa B. Braun Medical y por Watt’s.

7.- La acusación de Hoffmann y Olivieri: en las anteriores declaraciones del pasado 10 de noviembre, Olivieri declaró que aunque se decía que el producto ADN duraba dos años, lo cierto era que el producto se descomponía antes de este tiempo, pero que los ejecutivos se negaron a cambiar la rotulación de la vida útil.

Esta declaración demuestra que no fue la falta de potasio la que provocaba la descomposición del alimento sino otros ingredientes. Hoffmann va más allá y dice que se la había dicho inicialmente que trabajaría en un centro de excelencia, en la nueva planta de B. Braun Medical, pero la realidad fue otra: no había los requisitos de seguridad que esta debía tener, como tampoco existían ni baños ni vestidores para las mujeres que ahí laboraban; que él había sugerido contratar a alguien realmente competente para hacerse cargo del alimento ADN, en reemplazo de Fernando Barañao, pero que la gerencia no le hizo caso y se le dijo que se contrataría a un ingeniero mecánico para que se hiciese cargo del ADN Líquido; que él sugirió paralizar toda la producción de la planta hasta no saber por qué la mezcla final se descomponía, no cumpliendo con la vida útil señalada, por qué había separación de fases, etc., pero que tanto Juan Costa como el gerente general Roberto Oetiker le señalaron que esto no era posible debido a los compromisos que la empresa debía cumplir, y porque en octubre de 2007 B. Braun Medical debía empezar a producir alimento para exportar a otros países como Cuba y Rusia; que la empresa le exigía elaborar un dossier sobre los productos para generar los Certificados de Exportación (emitidos por SOFOFA) pero sin utilizar los estudios correspondientes, utilizando datos no reales, lo cual no hizo porque le pareció grave.

Hoffmann finalmente declara que al extranjero se enviaron productos ADN defectuosos, con problemas de separación de fases y con menor vida útil que la que estaba rotulada, y aunque él se opuso a su exportación, las partidas falladas y otras corregidas fueron exportadas por decisión de Juan Costa y de su secretaria.

8.- No interrogar a Rodolfo Veliz Moller y Pablo Tagle Quiroz, de Watt’s: aunque la abogada Ruzy Nora Mitrovic entregó copia de la Modificación del Contrato de Manufactura de los alimentos Nutricomp ADN, suscrito por Watt’s y por B. Braun Medical, con fecha 5 de julio de 2007, modificando el documento suscrito el primero de junio de 2003, y responsabilizando a la empresa Watt’s de la elaboración de los productos defectuosos ADN, lo cierto es que aunque más de cuatro meses han transcurrido, no se ha interrogado al gerente general de Watt’s, Rodolfo Veliz Moller, ni al miembro del directorio de Watt’s, don Pablo Tagle Quiroz.

Si los ingredientes nuevos fueron sugeridos por la firma matriz de B. Braun, en la ciudad de Melsungen, entonces éstos fueron utilizados tanto en los productos elaborados por Watt’s como en aquellos que fueron elaborados por B. Braun Medical, de acuerdo a lo especificado en la cláusula primera de dicho contrato. Esto implica que, si se produjeron muertes en varios niños y las alteraciones fisiológicas y efectos secundarios en otros consumidores, es claro que Watt’s es la empresa primeramente responsable ya que 55 toneladas de ADN el polvo eran mensualmente elaboradas por dicha empresa, aunque se rotularan como fabricadas por B. Braun en su planta de San Bernardo.

9.- Demanda anterior: actuando como Secretaria, doña Sylvia Papas, don Mario Correa Bascuñán, como Arbitro Arbitrador, la empresa Watt’s S.A., rut 92.220.000-9, con fecha 15 de julio de 2005, entabla una Demanda Civil (Declaración de Mera Certeza) en contra de la empresa B. Braun Medical, representada por el señor Roberto Oetiker, por diferencias, sentido e interpretación del contrato que con fecha primero de junio de 2003 se había celebrado ante notario. Luego de un año y cuatro meses de esta causa, con fecha 7 de noviembre de 2006, el Juez Arbitrador, dictó sentencia definitiva a favor de Watt’s para la elaboración de alimentos ADN, estableciendo, entre otras cosas lo siguiente: (1) B. Braun Medical debía encargar a Watt’s la elaboración de todos los productos señalados en el contrato, según sus necesidades de distribución y venta; (2) las cantidades de cada uno de los productos señalados en el Contrato deben ser determinadas por B. Braun Medical, según los requerimientos que indiquen las necesidades del mercado; (3) B. Braun Medical S.A. no podrá producir por sí, o encargar a terceros, diferentes de Watt’s S.A., la elaboración de los productos ADN mencionados en el Contrato.

10.- Lotes elaborados por Watt’s: ejemplos como el de la señora Adriana Ortiz (cuyo hijo “Alvarito” resultó con parálisis permanente y pérdida total del habla), quien adquirió en farmacias un lote elaborado por la empresa Watt’s, cuyo contenido presentaba separación de fases, floculación y recoalescencia al momento de ser reconstituido con agua, coincide con las declaraciones de la doctora Sylvia Ibáñez Tardel, del Hospital Sótero del Río, en el sentido que el cambio de formulación estaría provocando alteraciones organolépticas en los alimentos ADN, no fueron atendidos por la fiscal Marisa Navarrete, quién además ha desechado la diligencia solicitada por la abogada Mitrovic (quien representa a la señora Adriana Ortiz), en el sentido de analizar químicamente los micro y macro nutrientes que componen la mezcla de dicho lote elaborado por Watt’s.

11.- Peritajes telefónicos: cuando la señora Adriana Ortiz adquirió el lote defectuoso y de elaboración de Watt’s, las llamadas telefónicas fueron emitidas desde la empresa B. Braun Medical tendientes a retirar el tarro de ADN Fibra que había adquirido doña Adriana. La empresa envió personal para retirar muestras y efectuar análisis, indicándole que la mezcla estaba en excelentes condiciones y que podía seguir dándosela a “Alvarito”. Por increíble que parezca la empresa Watt’s, quien podría haberse hasta ahora querellado contra B. Braun Medical por supuestamente falsificar el rotulado del envase de ADN Fibra, ofreciendo al mismo tiempo analizar los componentes del alimento, hasta la fecha ha desistido en pronunciarse al respecto.

12.- Controversia Económica: que B. Braun Melsungen haya dispuesto invertir más de US$ 7 millones de dólares en la construcción de su planta en San Bernardo, para elaborar productos ADN tanto para Chile como para el extranjero, y el hecho que Watt’s haya demandado a su filial en Chile, por no cumplir el contrato en que sólo Watt’s sería el único responsable de elaborar alimentos Nutricomp ADN, podría haber sido considerado por Fiscalía como suficiente móvil para que B. Braun Melsungen decidiera “ex profeso” alterar un par de compuestos, grasas y carbohidratos”, y sugerirlas a Watt’s, sabiendo que los nuevos ingredientes no dejarían rastros en el organismo humano, pero que provocarían la sintomatología clínica observada, concluyendo con el tiempo los profesionales médicos que es Watt’s la responsable de las muertes y efectos secundarios.

Con este plan, la empresa en Alemania se “sacaría de encima” a una empresa como Watt’s, propinándole un fuerte golpe en el mercado nacional e internacional. Con los documentos aportados por la línea de investigación de la abogado Mitrovic, la Fiscal de San Bernardo podría haber encontrado una pista mucho mejor fundamentada que el simple error de digitación del potasio.

13.- Explicación del crimen del niño Maximiliano Trey y otros fallecidos: La Fiscalía de San Bernardo determinó que debido a que Ezzio Olivieri rebajó el contenido de potasio en el premix de minerales, los niños como Maximiliano Trey sufrieron las hipokalemias Severas, y fallecieron, posteriormente, por una falta de potasio en la sangre. Sin embargo, hasta el momento no existe un solo informe elaborado por médico o bioquímico alguno que declare que debido a la falta de potasio en alimentos ADN los consumidores hayan experimentado los cuadros de hipokalemia severa.

En efecto, los informes de los médicos Luis Ciocca, Cármen Cerda, y otros profesionales del Ministerio de Salud, se han limitado a indicar que los niños experimentaron una progresiva hipokalemia, y a definir este síntoma, indicando que la falta de potasio en la sangre de una persona (no en el alimento) puede provocar arritmias, fecalomas, parálisis muscular, hasta paros cardiorrespiratorios, y la muerte del paciente. Todos los médicos establecen que una comisión de especialistas son los que deben evaluar y determinar cuáles fueron las causas que provocaron las hipokalemias severas y el resto de la sintomatología clínica, que terminaron con la muerte en varios consumidores de ADN, como es el caso del pequeño Maximiliano Trey.

14.- Pista Errada: la falta de potasio en un alimento no está indicado por la ley chilena como un hecho constitutivo de delito, ni como causa de muerte para los consumidores, incluyendo los artículos para dietas especiales. En efecto, la ley establece que de existir una discrepancia entre lo ordenado por el Reglamento Sanitario de los Alimentos, y el real contenido de un mineral específico, la sanción corresponde a un pago de 1000 UTM, y de reiterarse el hecho, se puede incluso proceder al cierre de la instalación. Más, nada se establece que las personas que alteran un mineral en un producto, implique necesariamente una prisión preventiva o que se les acuse de crímenes en contra de los consumidores de un producto.

En cambio, si se estableciera que realmente Nutricomp ADN corresponde a un Alimento de Uso Médico, tal como lo establece el articulo 98 del Codigo Santiario, y por el hecho de no haber la empresa declarado sus ingredientes en el Vademécum de Especialidades Médicas, y sumado a que los consumidores de dichos productos los utilizaban con fines terapéuticos, en especial conociendo la empresa que ciertos ingredientes dados a personas con progresiva desnutrición podrían provocar el Síndrome de Realimentación con las respectivas hipokalemias, Fiscalía podría no sólo procesar a los ejecutivos de las empresas Watt’s y Braun Medical, sino también a las autoridades sanitarias, responsables de lo sucedido, como también iniciar acciones legales a nivel internacional, en contra de la empresa en Alemania, en Melsungen, exigiendo las compensaciones y reparaciones pertinentes.

15.- B. Braun Melsungen y Laboratorios Merck: ante un caso tan inusual como este (en que de acuerdo a la investigación seguida por la profesional Mitrovic y su equipo, los MCT no son susceptibles de ser detectados una vez que se transforman en energía, porque no se depositan en los tejidos como sí sucede con los MCT de 12 carbonos, y por los Triglicéridos de Cadena Larga, y debido la hiperosmolaridad de las nuevas fórmulas de ADN), lo más razonable hubiese sido que Fiscalía de San Bernardo debió haber contratado los servicios profesionales de un especialista en la materia, para determinar si, en primer lugar, es o no posible obtener cloruro de potasio anhidro con potasio al 1%; segundo, si las mediciones para determinar potasio y sodio podían estandarizarse antes de ser solicitadas como diligencia; y tercero, si los médicos conocían que los nuevos MCT pudiesen participar, tal como la glucosa, en el Síndrome de Realimentación (SDR), y si existían trabajos y publicaciones con Grupos de Control, en poder de los profesionales de la salud antes que estos nuevos alimentos ADN fueran puestos en el mercado.

De haber seguido esta simple, pero, contundente lógica, el Ministerio Público no sólo habría considerado la imposibilidad química, en el falso error del potasio al 1% dentro de la sal, sino que habría podido establecer que muchas otras enfermedades, derivadas de investigaciones químicas y de áreas de bioterrorismo, (como en las que participó Merck para elaborar “patentes a base de mycoplasmas”) pueden afectar la salud de las personas sin que los médicos, (utilizando las pruebas usuales de exámenes de sangre), puedan detectar sus verdaderas causas.

Es así como en las investigaciones del Dr. Donald W. Scott, de Ontario, se halló pruebas de numerosas personas que padecían el Síndrome de Fatiga Crónica, pero que los médicos y especialistas en toxicología estimaban como enfermedades psicológicas o derivadas del estrés. Sólo cuando el Dr. Scott y sus colegas de la fundación que hoy dirige, propusieron las pruebas de Volúmen de Sangre (con un trazador radiactivo) y de la Prueba de la Polimerasa de Reacción en Cadena (PCR), pudo comprobar que muchos ciudadanos canadienses habían sido “infectados”, por medio de alimentos con cepas preparadas como armas bacteriológicas, en laboratorios.

Antes de sus análisis algunos canadienses seguían experimentado cansancio crónico e inmovilidad en sus miembros, que los médicos atribuían a problemas de tipo mental, pasando estos mycoplasmas cristalizados todas las pruebas y controles médicos sin ser detectados. Este hecho demuestra que tal como Laboratorios Merck participó en estos experimentos, también B. Braun Melsungen pudo haber estudiado cómo ciertos nuevos MCT, muchos más energéticos que la propia glucosa, provocan el SDR y los cuadros de hipokalemia, entre otros síntomas, indicando que algunos bioquímicos de Melsungen sugirieron a Watt’s el cambio de las antiguas grasas (como el aceite de soya) por MCT energéticos, con el objetivo de luego culpar de lo sucedido a la empresa Watt’s S.A., la que después de todo, estorbaba a Alemania, como distribuidor directo de sus alimentos de dietas especiales enterales y parenterales.

* En La nueva Justicia, "blog" administrado por la abogada Ruzy Mitrovic.
Sobre el "caso del Nutricomp" puede leerse en este portal Chile, acaso el juicio del siglo".

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