Chile: – AGRESIÓN Y SANIDAD

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

Chile exporta frutas, vino, salmones de malaquita, cobre. También enfermos –que mejoran o no en otros países, por ejemplo en Venezuela. Y ahora miedo. Nuevamente miedo. Qué pena, podría ser un hermoso país.

Sin sacar ni agregar una sola coma.

Comunicado a todos los vecinos, amigos y gente cercana
al Canal Barrial 3,Televisión Critica. Barrio Yungay

El día 15 de Noviembre del 2006, a eso de las 22, un grupo de cuatro hombres fuertemente armados ingresaron al Centro Cultural de las calles Cueto con Andes, lugar donde además funciona el Canal Barrial 3. Luego de amedrentar a las cinco personas que ahí se encontraban, los encerraron en una pieza llevándose a uno de ellos para allanar el resto de la casa.

Con la excusa de estar buscando droga, «una mexicana», ingresaron a la casa, y después de registrar cada habitación y persona, se llevaron un transmisor, dos DVD, un VHS, una mesa de control y una cámara de video, elementos indispensables y necesarios para el funcionamiento del Canal Barrial 3.

Cabe señalar que parte de estos implementos, especialmente el transmisor, no resulta útil para cualquier persona, lo que nos hace sospechar de intereses específicos involucrados, más allá de un acto delictual. Esto a su vez nos hace suponer que detrás de este hecho, aparentemente delictivo, estarían involucrados poderes políticos y represivos, que una vez más pretenden apagar y destruir el trabajo de organizaciones barriales.

Dando una mirada al margen de esto, consideramos que de tratarse de una mexicana, esta acción sería producto del mezquino individualismo fomentado por el sistema capitalista, que sumerge a ciertos sectores de la población en una cultura que es capaz de dañar un espacio que nace desde y para el barrio.

El Centro Cultural Cueto con Andes y el Canal Barrial 3 no son, ni nunca han sido centros de narcotráfico, quienes están cerca de estas iniciativas o quienes han participado de las actividades que ahí se realizan lo saben.

Canal Barrial 3 se ha construido en base a la autogestión y al trabajo voluntario y no remunerado de un gran número de personas, expresamente nos hemos mantenido al margen de partidos políticos e iglesias, ninguna institución nos financia ni hemos postulado a fondo alguno del gobierno o del Estado.

Nos declaramos anticapitalistas, nuestro trabajo se fundamenta en el barrio, apelamos al trabajo colectivo y no aspiramos a ningún tipo de lucro, es por esto que este hecho viene a empañar nuestro que hacer, pero de ninguna forma nos paraliza, seguiremos construyendo.

Queremos denunciar lo que ha sucedido ante la comunidad, ya que es la forma más concreta de manifestar nuestro descontento y es la mas cercana a nuestros proyectos. No nos refugiaremos en organismos de seguridad y represión que no tienen legitimidad ante nosotros y que una vez más demuestran su ineficacia, por esto no realizaremos ningún tipo de denuncia legal, pero manifestamos que frente a hechos de esta naturaleza se hace evidente la necesidad de una comunicación constante entre vecinos, generar instancias de organización, coordinación y apoyo más estrecho entre las organizaciones que existen.

Llamamos a una alerta y a no avalar el accionar inconsciente de personas que se rigen por la ley del más fuerte y que no discriminan respecto del blanco al que apuntan, sin importar que sean vecinos, familiares o a quienes, como nosotros, trabajan por crear espacios de expresión y denuncia de las injusticias sociales.

El barrio lo construimos todos, pero no podemos silenciar situaciones de esta naturaleza, el descontento hay que canalizarlo hacia los responsables de este modelo de desigualdad y corrupción.

No nos detendremos, apoya las acciones y actividades que emprenderemos para reequipar el Canal Barrial 3. Acércate, infórmate y solidariza.

Cualquier información o expresión de solidaridad pueden hacerla llegar a canalbarrial3@gmail.com.

Santiago, barrio Yungay, Noviembre del 2006.

Periodistas.
Encuesta internacional de salud

En el Colegio de Periodistas, viernes 24 de noviembre, desde las 8 horas: Encuesta internacional de Salud medirá hábitos de vida, estado sanitario y condiciones laborales de los periodistas. El Colegio de Periodistas y el equipo de salud de la Federación Latinoamericana de Periodistas (FELAP), en colaboración con el Círculo de Periodistas, realizarán una encuesta de salud para conocer hábitos de vida, medir el estado sanitario y conocer las condiciones laborales de los periodistas, durante todo el día viernes 24. a partir de las 8 de la mañana, en Amunátegui 31, tercer piso. La misma encuesta se repetirá en La Serena el sábado 25.

El equipo de salud de la Felap que viajará a Chile se compone de nueve personas que pesquisan las causas más frecuentes del estrés laboral de los periodistas de Latinoamérica y el Caribe, así como las repercusiones en la salud mental y eventuales enfermedades profesionales. El equipo ya efectuó esta encuesta en otros países de la región.

El equipo encuestador está integrado por el coordinador Raúl Barr, las médicas clínicas Silvia Lauria, Diana Freylejer y Silvia Freylejer; el licenciado Miguel Nuzzi coordinador del Departamento de Salud Mental de la Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires (UTPBA); la licenciada Sandra Soubh, directora del Departamento de Salud Laboral UTPBA; la enfermera Carmen Ríos; y los administrativos Adriana Terreno y Domingo Luna.

«Procuramos construir un mapa sobre el estado sanitario de los periodistas de Latinoamérica y el Caribe que oriente a las organizaciones en la modificación de hábitos de vida y condiciones laborales que generan enfermedades profesionales», indicó el Dr. Barr. «Chile como miembro de Felap y por su importante desarrollo profesional es uno de los países que aportara sin dudas elementos de análisis muy sustanciosos en la elaboración del mapa sanitario», dijo Barr.

El equipo, que utiliza electrocardiógrafos portátiles e instrumentos para medir colesterol y glucosa, etc., también hará revisiones clínicas y mediciones complementarias de la encuesta, en dos jornadas de 8 horas, a partir de las ocho de la mañana del jueves y viernes 24 de noviembre, en cuatro salas habilitadas en el tercer piso de Amunátegui 31. Para que las mediciones de colesterol y glicemia sean efectivas, el equipo solicita que los encuestados acudan con seis horas de ayuno.

La encuesta se propone investigar a una muestra representativa de un centenar de periodistas de las distintas ramas de la actividad profesional, diarios, radios, TV, agencias de noticias, periodismo electrónico, revistas y periodismo corporativo de los sectores público y privado.

Informe: Se agradece al periodista Ernesto Carmona.

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Addenda

Demasiado obvia la brutalidad del «allanamiento» descrito como para asegurar la acción de los aparatos de seguridad del Estado. Pero lo cierto es que los grupos culturales autogestionados de un modo u otro vienen siendo hostilizados por las diferentes policías del país.

Se filma o graba a sus integrantes, se los visita para inquirir idioteces, se los sigue, vigila y controla hasta en sus llamadas telefónicas y en la vía pública –como denunciaron algunos grupos organizados de deudores hipotecarios–. Ser joven, no parecer pudiente, tener la tez oscura –como el «estado llano»–, cargar mochila o bolso, conversar con alguien por un lapso prolongado, beber una cerveza en fin, es un riesgo.

Por lo general la policía actúa en forma correcta –tienen órdenes después de algunos errores en «la persona»–, pero se instala una cultura de la secrecía y clandestinidad. Una cultura del miedo.

La voluntad del Estado –desde setiembre de 1973 y hasta la fecha (noviembre de 2006)– de no aceptar su responsabilidad de elaborar democráticamente una política de estímulo a las actividades culturales y artísticas, reemplazada por subsidios e «iluminismo», se expresa de manera diáfana en las política de subsidios a las actividades culturales y en el la situación, que pudiere llegar a terminal, del Teatro Municipal de Santiago; los teatros municipales del resto del país prácticamente no existen o no juegan rol alguno en la dinámica de las regiones.

La situación del periodismo en televisión no es menos –es más– dramática: se ha convertido en un show time que puntual en las horas determinadas en cada canal de TV para sus noticiarios –mañana, mediodía y noche– representa una parodia obscena de los Keystone Cops de Sennet. Los espacios de opinión no son menos groseros, y despiertan eso que las abuelas llamaban vergüenza ajena ante las tonterías que en ellos se vierten.

La prensa escrita utiliza los correctores automáticos de los «procesadores de texto» de las computadoras para uso de la redacción; lo malo es que esos diccionarios electrónicos no saben si quien escribe se refiere al «hasta luego» de una despedida o al «asta de la bandera» de un patriota. No es culpa de los periodistas. Estudiaron todo lo que les pidieron. Pero lo hicieron en un país a cuyos dirigentes «esas cosas» los tiene sin cuidado.

El Estado y los «mantenedores» del sistema de educación parecen creer que el fin de los problemas que genera la pobreza consiste en ver mucho fútbol; tal vez en la retórica de los «relatores» argentinos se esconda la solución. Pero no. Ni ahí. La educación es gratuita todavía en ese país –como pueden dar fe los muchos jóvenes chilenos que cruzan Los Andes y con menos de lo que les cuesta en su país la mensualidad de una universidad por lo menos dudosa viven y estudian en la Argentina– y leer un libro no es causa de vergüenza.

Es bueno que la organización que nuclea a los periodistas de América Latina investigue el estrés y otros asuntos. Lo triste es que el gobierno de Chile –no el actual, la cosa viene de antes, pero también el actual– no se interese en tal asunto. Quizá si fuera una organización estadounidense que pretende saber si comemos los periodistas –que sí lo hacen lamentablemente los niños y jóvenes, pero es responsabilidad de sus inútiles progenitores– «big macs» (o algo así) de seguro serían fotografiados con maese LW en un patio.

Lo cierto es que Chile exporta enfermos. Lo ha hecho a Venezuela –con los pobres, claro–. Jamás una entidad «gobiernista» que no gubernamental ha hecho público que esas ciudadanas y ciudadanos que viajan en aviones venezolanos cuenten siquiera con un seguro de accidentes. Nunca se escuchó un simple «gracias».

No hay caso. Desde el TLC pierden los chilenos hasta los buenos modales.

LN

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