Chile-Argentina: LA DERECHA FIRME EN EL TIMÓN DEL GAS

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

La historia del gas argentino corre sobre rieles de malentendidos. La Argentina vende el gas a Chile a un precio inferior al que lo compra para su popio consumo. Lo paga a US$ 5.00 la medida de BTU y lo vende a Chile entre US$ 4.60 /4.80.

Las empresas chilenas de energía, a su vez, revenden este mismo gas con precios que no bajan de US$ 10.00 para las industrias locales y a los hogares –parece absurdo, pero las cifras exactas son una suerte de secreto bien guardado– a no menos US$ 24.00 el BTU. Una ganancia fabulosa.

Se podría especular que abusan del precio «de favor» argentino. Pero pensándolo bien: ¿precio de favor para quiénes? No ciertamente para el pueblo chileno, que paga el altísmo costo ya señalado, suponemos que en un número de casos mayoritarios a costa de grande sacrificios, en especial considerando que se trata de un artículo (combustible) de primera necesidad.

No es todo. A causa de la poca sensibilidad –o mucha gula– de las empresas distribuidoras locales, el gas no ayuda –ni mucho menos– a reducir los costos industriales, sobre todo si se compara que el precio internacional correcto bordea apenas sobre los US$ 8.00 el BTU.

En resumen: el costo del gas argentino engorda las arcas de las empresas privadas energéticas de Chile. Lo que, para decirlo sin vueltas, me parece de una inmoralidad sin límites. En estos sórdidos espacios Bachelet, parece rehén de capitales poco escrupulosos, y no es fácil analizar desde dónde surgen las protestas y los reclamos oficiales del gobierno chileno.

Acaso el problema del gas permite mantener a La Moneda un dialogo indispensable con las fuerzas políticas opositoras, pero a la vez –y de manera indirecta– engorda los bolsillos muy codiciosos de aquelos «capitanes de empresas», experimentados «abusadores» de guante blanco. Es decir: para mantener el equilibrio razonable de fuerzas, indispensable en política, no puede dirigir con acierto sus reclamos y llevar adelante una política a favor de su gente –que la votó confiando en ella y en sus promesas electorales–. Sus reclamos, en última instancia, favorecen a los “lobos feroces” que ganan fortunas a expensas de ciudadanos imposibilitados de defenderse.

Como en el fútbol, un problema de huevos

fotoSería justo que se pondere este aspecto de la política llevada a delante por Bachelet, pero es un camino de grandes dificultades. Es más fácil considerar que existen factores que le hacen imposible cambiar esta concreta realidad. Siempre al parecer, realidad signada por la explotación, y no otra cosa, que es para la gente las tarifas hiperbólicas de esas empresas. Los pícaros de la energía chilena juegan con la política para recaudar dinero de negocios muy gananciosos. Importan a un precio mucho más bajo que el precio internacional para revender a un precio mucho más alto que el internacional.

Pienso yo, todo esto debe haber considerado el presidente Kirchner cuando fijó el precio último del gas para el país “hermano”, cuyos hijos están sumergidos en una trampa legal –los precios– aprovechados por las empresas que no quieren asomarse a una realidad de tiempos nuevos que no sean aquellos de embolsar más y más.

Según mi opinión, sin embargo, puede haber más tras la decisión de Kirchner. Puede querer significar: “Bachelet abrí los ojos que los leones te pueden estar comiendo. No cometás el pecado de la hipocresía de tu predecesor, que por abajo aceptaba los dulces del capitalismo feroz aduciendo con sonrisas clericales la imposibilidad de gobernar de manera diferente, presentándose con cara de ángel paterno como el salvador de un proceso perverso.

«Tomá coraje y exponete. Recordate de Jesús Cristo, si sos religiosa, y pisá con fuerza los pies a los malvados muy codiciosos que solo comprenden la razones de su ciego egoísmo y no se importan de las mamás sin leche para sus hijos, de padres desocupados y sin esperanzas, de familia destruidas por cuatro monedas que faltaban.

«Decidite, Bachelet, es tu oportunidad, hacé funcionar lo que en el fútbol se llama huevos».

Todo eso, pienso, que quiso decir Kirchner a Bachelet con la tarifa del gas. Tal vez es sólo imaginación, un desvarío, pero la realidad es concreta y las cosas hablan por sí mismas para quienes ponen bien los ojos en las circunstancias. El mundo es mucho más complicado de lo que aparenta ser. La realidad siempre supera a la ficción.

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* Periodista. Director del periódico digital Los buenos vecinos de Buenos Aires.
www.losbuenosvecinos.com.ar.

 

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