Chile: »Idus de marzo». – VIENTOS, POLVO, LODOS, ¿DE DÓNDE VIENEN?

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

El tongo entre la Concertacion y UDI-RN dejó de enervar –esto es, debilitar– a los espectadores que rodean el cuadrilátero donde se escenifica el (aparente) combate. Pasó el tiempo necesario y el público se ha dado cuenta: foto

Ambos púgiles no sólo usan la misma marca de calzado y trusa, advierte también que tienen el mismo peluquero, se rocían con el mismo desorodante, manejan los mismos automóviles y son apacibles vecinos del mismo barrio.

Los aficionados han comprendido que las fintas, el bailecito, los movimientos de cintura y los (falsos) «ganchos» y otros puñetazos corresponden a un modelo de ceros y unos que los (no) contendientes y sus asesores y paniaguados diseñaron hace mucho en sus computadores. Un diseño que se basó, cierto, en una realidad, pero que generó otra, ajena a la que pretendió reflejar, y que ellos –los que agotaron las localidades– están ahí nada más para aplaudir la destreza del engaño.

Y se aburrieron.

Probablemente los habitantes de la república no estén todos de acuerdo acerca de lo que quieren, pero todo indica que saben lo que no quieren. Se han dado cuenta a lo largo de los años que no viven en «un mundo de Bilz y Pap», y que si bien han probado un sorbo de esas gaseosas, les pasan además la cuenta por los merlot, carménère, y whisky de las mesas de al lado.

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La «cosa» de la ciudadanía y la política

Se han dado cuenta –comienzan a advertirlo– que el gobierno no es árbitro, sino el apostador que manda empatar; sienten que el pacto sostén del Estado los excluyó. Constatan que los obreros muertos o lisiados no lo son por accidente, sino abundantemente por la política empresaria; la misma que los atiborra de publicidad para que compren, compren, compren cualquier cosa y ojalá a crédito, la misma que les quitó el derecho a educarse, la que los hace sufrir en los hospitales abarrotados, la que depreda la naturaleza y les obliga a comer basura «envuelta en papel celofán» (en realidad en paquetes plásticos).

Han comprendido, los habitantes de la república, que deben pagar y volver a pagar la entrada para presenciar «el magno combate» cada vez que se inicia un nuevo asalto. El tongo ya no los divierte. Y por más que todavía la mayor parte, aunque sufra, quiere subir algún peldaño en la espiral del consumo, otros –cada vez menos minoría– piensan que deben recuperar su ser ciudadanos.

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Algunos han consultado un libro demoledor, inspirado sin duda por el terrorismo internacional; en ese libro se lee: que ciudadano es el «habitante de las ciudades antiguas o de Estados modernos como sujeto de derechos políticos y que interviene, ejercitándolos, en el gobierno del país». El insurgente diccionario de la Real Academia Española de la Lengua les brinda otra herramienta peligrosa en términos de status quo: que político/a es quien «interviene en las cosas del gobierno y negocios del Estado». ¡El ciudadano es –debe serlo– un político!

En tanto los púgiles que protagonizan el tongo se maquillan para simular hematomas y heridas, se pintan un falso sudor en el cuerpo y los yanakonas de la prensa y la tele comentan las peripecias del combate como si fuera éste de verdad –y toman fotografías y filman y graban para llevarlo «en vivo y en directo» a los hogares para llenar los vacíos que dejan los días en que no hay fútbol–, un espantado obispo se percata de que las hermosas muchachas que indican cada nuevo «round» llevan condones como adorno de sus minúsculos y transparentes trajecitos… La inocencia es un estado que no existe, aparece como aspiración después de perdida.

La prensa capta la desesperación obispal; la anota con premura; servirá para amenizar los comentarios del mentiroso combate.

fotoCarne para los perros, circo a cambio de pan. Servirá para dar aire –o remos– a la impostura, mal circo, falsedad, torpe manipulación, a la mentira que saldrá en el noticiario de las nueve pe-eme: otro acto de los inadaptados de siempre, de los delincuentes, de los violentos, de los «malos chilenos» que arrojan piedras, queman neumáticos, rompen vitrinas y escaños en medio de una protesta.

El ciudadano reclamó –viene reclamando por años– atención. Los gobiernos y el aparataje que controla el país no prestan atención. Los violentos, los delincuentes, los terroristas, la escoria, son otros. Son los que ponen en escena el combate fraudulento, los que construyen puentes que se derrumban, los que dejan caer a los obreros de los andamios –o les arrojan en las zanjas donde mueren–, los que permiten a adolescentes largas jornadas en los comercios por la magra propina de los que compran, los que inventaron el atroz «¿dona los dos pesos?», los que construyeron casas de nueve metros cuadrados.

La escoria son esos «mandatarios del pueblo» atornillados a su depósito bancario mensual, «socios asociados en sociedad» aplicados a la estupenda tarea de mamar de la caja fiscal.

Así que vienen los míticos «Idus de marzo». Llegarán el día 29 y se los denominará protesta popular.

fotoLa apuesta de despertar en otoño

Marzo es el mes de la final maduración de las uvas, de las cosechas, de los atardeceres de mil colores, del vientecillo fresco, de la fabricación casera de mermeladas, de los últimos porotos granados, del inicio de las neblinas, de los amores que se van y de los amores que llegan o regresan. Las tardes de marzo anuncian que pronto la Tierra dormirá una temporada. Es el tiempo de revisar las medias de lana, de zurcir el codo del viejo chaleco, de poner la leña a resguardo, en el sur, antes de las lluvias de abril y mayo, de airear las frazadas gruesas, de limpiar la chimenea de la cocina.

Bien puede además ser el comienzo de otro aseo. De poner punto final al tongo.

La protesta popular. Por qué

Dice la convocatoria: Pese a las enormes ganancias de la economía en los últimos años, el Estado y los gobiernos han fracasado en resolver los problemas de vivienda, salud, educación, bajos sueldos y cobros abusivos de los servicios básicos; a esto se suman la corrupción generalizada de los políticos del poder y el actual negocio de la Concertación, el Transantiago. O sea: estamos diciendo que para la mayoría de los chilenos, el sistema fracasó.

Por esto, en los últimos años, las protestas se han multiplicado y los trabajadores subcontratados, de la salud, de la educación, portuarios, los pescadores artesanales, los cesantes, el pueblo mapuche, los estudiantes secundarios, los deudores habitacionales, los ecologistas, entre otros sectores, han dicho ¡basta ya!

Inspirados en estas luchas y pensando que durante 2007, nuestros reclamos no se deben seguir dando por separado, diferentes organizaciones políticas y sociales hemos creado la Coordinación por la protesta popular. Somos organizaciones que asumimos que las demandas populares no se van a resolver dentro del sistema y, por tanto, damos a nuestras luchas un sentido político-revolucionario y no sólo de petición al Estado.

Este 29 de marzo y como homenaje a los jóvenes que han dado su vida luchando por la justicia social, invitamos a los usuarios del Transantiago, a los pobladores, estudiantes y trabajadores de todo el país a unir nuestras demandas y a manifestar nuestro descontento en las calles.

29. El día de protesta

– 7:00 hrs. Inicio de la protesta
– 12:00 hrs. Movilizaciones estudiantiles
– 20:00 hrs. Caceroleo
– 21:00 hrs. Protesta en los territorios

Integran la Coordinación por la protesta popular los siguientes instituciones ciudadanas, que la convocan:

Agrupación cultural Kilapán,
Colectivo Andamios,
Colectivo La nuez,
Comité por la unidad revolucionaria (C.U.R .),
Coordinadora de cesantes de Talcahuano,
Coordinadora de pobladores de Hualpencilo,
Frente patriótico Manuel Rodríguez ( F.P.M.R.),
Inquietando desde el margen,
Movimiento de denuncia y demandas populares,
Movimiento por la asamblea del pueblo (M.A.P.),
Radio Villa Francia,
Red de prensa popular, OCAP – Trafik-Arte.

fotoY adhieren a la convocatoria

Alejandra Benavides (presidenta Sindicato Nº1 Escuelas Especiales),

Asamblea general de pobladores Cerro Navia,

Carola Contreras (presidenta Sindicato Nº3 Cormucena),

Colectivo Avanzar,

Comité no a la expropiación de Transantiago,

Comité de trabajadores/as sin techo de Chile,

Héctor Silva (Sindicato Rheem chilena),

Oscar Olivares (presidente Sindicato DISA),

Liga Patriotica Revolucionaria.

Y otros grupos, personas y asociaciones ciudadanas.

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