Chile – Paraguay: noticias del gas boliviano

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

El 20 de mayo, el ministerio de Hidrocarburos resolvió en La Paz que las petroleras podían continuar la exportación de los volúmenes de gas licuado pactados con sus clientes, mientras se elabora y dicta el reglamento que regirá esta actividad. La autorización favoreció a las firmas que venden ese producto a Chile, Paraguay y Perú.

Se estima que la determinación de las autoridades bolivianas debe leerse como una carta de intención politica en el complicado ajedrez energético que se juega en la región, y no como un paso concreto en el diseño de una estrategia de gobierno. De cualquier modo, la resolución no altera el difícil panorama que enfrentan Paraguay y Chile.

La medida boliviana alcanza sólo a sus exportaciones de gas licuado, basicamente de consumo doméstico, y no al gas natural, que mueve a la industria.

Chile y Paraguay dependen del combustible argentino.

Dependencia del Paraguay

La gerencia de Shell Gas admitió el martes a la prensa de Asunción que el país dependía prácticamente en un 100 por ciento de Argentina para el suministro de gas licuado de petróleo, señalando que no hay alternativas para encontrar otro proveedor. El mayor déficit radica en el gas propano, utilizado por las industrias aunque también para la mezcla con el gas domiciliario.

El gerente de Shell Gas, Ricardo Romero, admitió que no se han econtrado otras fuentes inmediatas de abastecimiento: «Brasil tampoco estaría en este momento en condiciones de exportar, a juzgar por las investigaciones que hemos realizado en ese mercado».

En cuanto al nuevo tributo del 20 por ciento que grava las exportaciones de los derivados del petróleo argentinos, Romero dijo que si bien encarece el costo del gas no cree aunque que llegue a faltar el combustible, pero sí que los precios pueden subir todavía más.

Shell y Gas Corona -que se reparten el 70 por ciento del mercado paraguayo- aumentaron el precio del gas en 300 guaranies el kilo (alrededor de 0.5 centavos de dólar), justifcando la medida por la suba del precio internacional y la aplicación del impuesto decretado por el gobierno de Kirchner a su exportación.

Argentina atraviesa por una crisis energética que obligó a reducir drásticamente el consumo interno y la exportación de gas a Chile y Uruguay, e importar energía eléctrica, gas y fuel oíl de Brasil, Bolivia y Venezuela.

La dependencia chilena

Chile restó importancia al anuncio de que Bolivia volvía a autorizar la venta de gas licuado de petróleo (GLP), pues -se señaló- estos envíos no son significativos para su economía ni abastecimiento domiciliario.

La Comisión Nacional de Energía (CNE) precisó que la medida boliviana significa que continuará la venta de una pequeña cantidad de GLPcuyo destino es la ciudad de Arica. La empresa Chaco, la mayor exportadora, controlada por la española Repsol-YPF, vendió unas 455 toneladas de gas licuado a dicha ciudad entre enero y abril a través de camiones-tanque.

Un parlamentario boliviano había indicado que estas ventas a Chile se realizaban a US$ 200 la tonelada, cuando en Bolivia el precio llegaba a US$ 350, lo que motivó la restricción de su venta.

En una dura declaración -que reproducen los medios- el alcalde de Santiago y precandidato a la presidencia, Joaquín Lavín, echó leña a la hoguera de las susceptibilidades que se orquestan en la opinión pública por el desabastecimiento gasífero y la futura inevitable alza de precio al consumidor domiciliario e industrial.

«Creo que Chile tiene que ser mucho más firme con Argentina y con Bolivia. Si el presidente de Bolivia dice que ni una gota de gas llegue a Chile, nosotros (debemos decir) ni una gota de agua llegará a Bolivia». Fue uno de sus pronunciamientos.

Dijo además: «Hay muchos productos argentinos que entran a Chile a precios que, a mi juicio, son dumping. Chile debe tener una actitud más firme, porque se están violando los compromisos internacionales». Lavín no es el único personero que alienta «mano dura» para con sus vecinos:

»Las empresas debiesen llevar a un juicio internacional a Argentina», había dicho algunos días atrás Eduardo Rodríguez Guarachi, ex embajador que entre 1994 y1998, fue uno de los artífices de la complementación entre ambos países.

Argentina disminuirá en 1.1 millones de metros cúbicos el suministro transandino, sobre el que ya aplica un recorte de 3.3 millones La restricción Argentina de sus ventas de gas natural a Chile supera el 40 por ciento.

Pocas alternativas

Con un desarrollo industrial relativo mucho mayor que el paraguayo, la economía chilena es la gran perdedora en esta fase del juego político-energético. Sólo el sistema eléctrico necesitará gastar unos US$ 70 millones más de los presupestado en combustible para pasar el invierno.

Y si el gobierno concreta el proyecto anunciado para enfrentar la emergencia producida por la falta de gas argentino -instalar una planta procesadora para el gas licuado que se importará de otros países- la inversión no bajará de los US$ 400 millones -y habrá que esperar varios años antes de que entre en operación-.

Hasta el primero de junio el menor suministro de gas por los gasoductos que unen a los dos países alcanzó al 43 por ciento, pero en el norte, donde existen tres centrales eléctricas que usaban como insumo único el gas natural argentino, el recorte llegó al 50 por ciento. En la zona metropolitana son más de 400 establecimientos industriales perjudicados por la falta de gas natural argentino.

Pocas dudas caben de que en las póximas semanas comiencen las alzas de precios en los productos del consumo hogareño.

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