Chile y su noche de brujas: el incendio espontáneo del modelo neoliberal

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Tal vez el 18 de octubre se inscriba como un momento de levantamiento popular. O tal vez lo sigan otros momentos de mayor intensidad. Pero sin duda, a partir de este día algo cambió en Chile. El modelo neoliberal, hoy administrado por Sebastián Piñera pero amado desde Ricardo Lagos a Michelle Bachelet, está herido de muerte.

La declaración por parte del presidente del estado de emergencia, que faculta al ejército a restablecer el orden en Santiago, no resuelve el problema sino que lo agrava.

No es una coincidencia que a poco más de una semana de finalizadas las protestas en Ecuador, que obligaron a Lenín Moreno a echar pie atrás en el alza de los precios de combustibles, Santiago de Chile viva incidentes y manifestaciones similares.Resultado de imagen para chile se incendia

El alza en las tarifas del ferrocarril metropolitano de Santiago provocó a partir del lunes una escalada de protestas que el viernes por la noche alcanzó una extensión e intensidad no observada durante el periodo post dictadura. En ambos casos hay una costura común: el modelo de mercado y las alzas como la gota que rebalsa una copa rellena de paciencia.

Primer acto: Las protestas comenzaron a inicios de esta semana por estudiantes secundarios organizados a través de las redes sociales para asaltar las compuertas del Metro. Acciones puntuales que con el paso de las horas y los días se extendieron por todas las estaciones de la red del ferrocarril. El éxito rotundo de las acciones, que gozó de una retroalimentación positiva y a gran velocidad, amplió de manera espontánea las acciones que se reproducen en intensidad y frecuencia.

Un segundo acto se abre con la intervención cada vez más ruda de los carabineros y la habitual violencia de las fuerzas especiales. Y es a partir de aquí que todo se desbanda. Si en un comienzo fueron estudiantes en un proceso de desobediencia civil, hacia el viernes los disturbios escalaron a barricadas en las calles, destrozos de escaleras mecánicas, incendios de buses, vehículos policiales, contenedores urbanos y estaciones del Metro.

Durante la noche ardía el edificio de Enel, una expresión sobre la verdadera naturaleza de la protesta. No son solo las tarifas del metro. Es un sistema basado en aquello que David Harvey llama acumulación por desposesión. Cada chileno siente que las grandes corporaciones le estafan un poquito cada día. Un hurto que se ha prolongado por décadas desde las tarifas de los servicios, los créditos usureros, el transporte, las pensiones privadas miserables, o el lucro en la educación y la salud.

En pocas horas la indignación se ha precipitado. Un país que el fin de semana parecía ordenado y sumiso, este viernes ha estallado de ira, de rabia acumulada por generaciones y traspasada a los adolescentes, como decantación de las frustraciones de sus padres, hermanos y abuelos.

Políticos de la alianza Chile Vamos han increpado a los jóvenes de protestar sin una causa propia en cuanto gozan de tarifas escolares rebajadas. La respuesta no se ha hecho esperar. Es una expresión de un dolor social acumulado por toda la larga historia del neoliberalismo chileno.

Al inicio de la primera década del siglo, durante el gobierno de Ricardo Lagos, otra generación de secundarios le reclamó por el sistema escolar vigente impuesto por la dictadura. Un primer aviso remecía por primera vez el modelo chileno, representado entonces como el gran paradigma de crecimiento económico y aparato de ascenso social.

Años más tarde otra generación de adolescentes movió nuevamente la brújula de las élites. A alguien, a más de uno estaban dejando fuera de escena. Aquella fue la revolución de los Pìngüinos que años más tarde, durante el primer gobierno de Sebastián Piñera a inicios de la presente década, retomó con nuevas demandas el movimiento universitario. En Chile, como en otros grandes movimientos, han sido los estudiantes quienes han empujado la historia.

Los incidentes del viernes 18 de octubre han sido los más intensos, espontáneos y extendidos de toda la transición post dictadura. La convocatoria a un cacerolazo realizada por redes sociales a las 18:00 horas tuvo una respuesta masiva en todas las estaciones del Metro a las 20:30. Decenas de millares de personas, la gran mayoría sin organización ni militancia conocida, pasaron horas golpeando latas y cacerolas en piquetes que detenían el tránsito.

Ante este levantamiento, que ha sorprendido al país porque no tiene detrás ni organización ni colectivo conocido, el gobierno solo atina con la amenaza. Desde inicios de la semana ha aumentado la presencia policial en las estaciones del Metro y los métodos de control. Este viernes en twitter aparecían videos de estudiantes heridas por balines o perdigones.Resultado de imagen para chile metro represion

Piñera ha salido de la escena desde el miércoles. Este viernes, cuando la situación era ya difícil de controlar por la policía, el ministro del Interior, Andrés Chadwick, un pinochetista que se esfuerza por no parecerlo, instala en un patio en La Moneda un punto de prensa para anunciar que el gobierno invocó la ley de seguridad del Estado, que aumenta las penas a quienes alteren el orden público.

En poco más de cinco minutos y sin responder preguntas, Chadwick despachó lo que ya se intuía: la única estrategia del gobierno es la represión y no considera una revisión de las alzas de las tarifas. Pero se trata de una inútil estrategia comunicacional. A esas horas la red de Metro estaba cerrada, millones de santiaguinos intentaban buscar un medio para llegar a casa y la policía estaba totalmente superada. La intensidad de las protestas, de los millares de piquetes, de los incendios se extendían por toda la ciudad y sus barrios.

Un recuento realizado a primeras horas del sábado por las fuerzas militares estableció que anoche hubo unos 300 detenidos, centenares de lesionados, decenas de vehículos incendiados, una veintena de estaciones de Metro destrozadas, saqueos.

Heridos graves con balas de las armas de servicio de la policía, balines, apaleados, detenidos, presos, aún no acaban de contarse. Fuerzas Especiales de Carabineros arrojaron una mezcla líquida de toxinas lacrimógenas e irritantes de origen desconocido, cuando aún resuenan las cacerolas y los gritos en contra del mal gobierno en innumerables comunas de la Región Metropolitana.

Piñera es el pato de la boda de un proceso largo que involucra a toda la clase política. Porque las políticas post dictadura no hacen diferencia entre aquellos socialdemócratas de la tercera vía, neoliberales  y pinochetistas. En este momento la indignación ciudadana tampoco hace diferencia entre los carabineros, el gobierno y toda la clase política, responsable de todas las causas y efectos actuales.

*periodista y escritor chileno, director del portal Politika. Colaborador del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)

Cuadro de situación

Andrés Figueroa Cornejo – Politika

Resultado de imagen para pinera se incendiaHeridos graves con balas de las armas de servicio de la policía, balines, apaleados, detenidos, presos, aún no acaban de contarse. Fuerzas Especiales de Carabineros arrojaron una mezcla líquida de toxinas lacrimógenas e irritantes de origen desconocido, cuando aún resuenan las cacerolas y los gritos en contra del mal gobierno en innumerables comunas de la Región Metropolitana.

Esta vez no sólo se trata de escolares, de secundarios o de la resistencia del pueblo nación mapuche. La protesta frente al alza del pasaje del Metro SA de Santiago comienza apenas, la semana que termina este viernes 18 de octubre, y con velocidad lumínica alcanzó una masividad no vista desde las protestas contra la dictadura.

No se debe confundir la masividad aquí mencionada con los niveles de violencia organizada de los años en que el tirano todavía gobernaba. El salto de calidad de la lucha social alcanzado por la cantidad de sujetos sociales en ella integrados, tiene mucho de desobediencia pacífica popular y ciudadana.

La segunda alza consecutiva del año de uno de los pasajes más caros del mundo de transporte colectivo subterráneo o Metro. Ello impulsó a los jóvenes estudiantes escolares a realizar «evasiones masivas» en ese medio de transporte,  saltar los torniquetes de entrada a los andenes del Metro. La práctica se generalizó velozmente y entonces las estaciones se convirtieron en cuarteles y comisarías policiales.

El Presidente del Sindicato de Trabajadores del Metro, Eric Campos, señaló: «El problema es el alza del pasaje. Compartimos Resultado de imagen para chile metro represionabsolutamente la legitimidad de la demanda en contra del alza de los pasajes del Transantiago. Nos parece que es el momento que el gobierno saque a los carabineros de las estaciones y ponga en una mesa a los trabajadores y a los estudiantes a conversar.»

«Las sucesivas alzas del pasaje en estos últimos dos años responden a los caprichos de la ministra Hutt (Transporte), en la medida en que compra buses eléctricos y no licita con las nuevas bases del Transantiago, el pasaje se encarece y esos caprichos los están pagando los padres y las madres de esos estudiantes, que hoy con mucha razón se manifiestan porque ven que sus salarios no alcanzan».

El Transantiago corresponde a un servicio de buses de transporte colectivo de propiedad privada creado bajo el gobierno del ‘socialista’ Ricardo Lagos Escobar a comienzos del siglo XXI, y que ha sufrido una serie de transformaciones e incluso ha estelarizado escándalos financieros. Cuando un usuario paga un pasaje del Metro, al mismo tiempo está cubriendo los gastos que comporta la pésima gestión del Transantiago.

Lo cierto es que el alza del pasaje del Metro ha funcionado como un verdadero catalizador y gatillante del descontento social ante el conjunto de derechos sociales y humanos inexistentes en Chile. A diferencia de la «imagen país» que el mercadeo ultra liberal pretende instalar entre los inversionistas del extractivismo y los negocios financieros, la sociedad chilena cuenta con promedios salariales que no le permiten llegar a fin de mes, fenómeno que vuelve la deuda doméstica en una tragedia de infinitas cuotas.

Resultado de imagen para chile metro represionPor lo demás, con el objetivo de mantener y aumentar la tasa de ganancias de los grandes oligopolios y monopolios que operan en Chile, se ha incrementado explosivamente el empleo informal, así como los accidentes y enfermedades asociadas a las malas condiciones laborales y de sueldos

La Confederación de Estudiantes de las Universidades de Chile junto a los estudiantes secundarios han realizado un llamado a protesta nacional para el próximo lunes .

Sin dudas, el cuestionamiento de la gobernanza política de un país que hasta ayer nada más parecía una taza de leche, impactará negativamente en el precio del cobre, otras materias primas, bonos del Estado y paquetes financieros ligados a los fondos jubilatorios del privado sistema de AFP, que se cotizan en bolsas internacionales.

A la vez que las calificadoras de riesgo, terror de la tecnocracia liberal en el poder, podrían degradar la ‘confiabilidad’ del país para eventuales inversionistas.

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