De la sífilis en Guatemala y otras enfermedades que producen los abusivos

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Américo Ochoa.*

Generalmente cuando uno opina sobre temas de injusticia, denuncia agresiones o los desmanes que a menudo cometen las estructuras de poder; muchas personas creen que es simple rabieta por estar en contra, sin razón, de la ordenación que se critica. La justicia, se dices, es ciega; pero a veces, quienes tienen que aplicarla asumen solo la ceguera.

Suele suceder que el agresor argumenta su atraco aduciendo que se hace en nombre de alguna causa. Por ejemplo, las cruzadas o las matanzas religiosas se justifican porque que se mata en nombre Dios, como si por tal razón la acción fuese menos criminal. Cuando en una operación militar las víctimas son civiles se le llama “daño colateral”, “error táctico”, o no sé que más. Eso no minimiza el terror.

En el exterminio a nuestros antepasados se incluye vejámenes de todo tipo, no solo la aniquilación física so pretexto de no ser cristianos, sino salvajes. Las eliminaciones totales son hartamente conocidas, y no por tener ideologías. Lo mismo es cruento si lo cometió Hitller o Estalin; pero no son cosa del pasado, las espantosas fotografías difundidas de algunas cárceles y videos sobre los desmanes cometidos contra la población civil durante la invasión norteamericana en complicidad con otros ejércitos a Irak son prueba de la barbarie vigorosa en nuestro tiempo. ¿Han visto los vídeos en www.youtube.com?

Igual acontece con crímenes de guerra y juicios sumarios. Lo interesante es que los agresores nunca dicen nada hasta que el escándalo se hace público. Pedir perdón es un gesto amable, pero no suficiente. Muchas veces ocurre que ese gesto es una simple purga de conciencia; o peor aún, un acto mediático para seguir delinquiendo. De nada sirve la “mea culpa” si no va acompañada de severas acciones reconstructoras.

Por no pedir perdón a tiempo y ejercer las acciones reparadoras, muchas veces no hay nada que hacer. Perdonar es un acto más noble aún, pero tampoco es suficiente para sanar las heridas. De una manera muy ruda el poeta Mario Benedetti dice a Botija Perdona pero no olvides …

Sucede, en la mayoría de los casos, que las víctimas no alcanzan alzar la voz por su propia cuenta. No pueden enfrentarse a férreas estructuras de poder, como el caso de niños abusados. Por ejemplo el Vaticano ha tenido conocimiento de muchísimos caso y tapa el sol con un dedo, cuando el escándalo se hace público pide perdón. Igual pasa con los ejércitos o los estados de opresión.

Según www.noticiacristiana.com, una investigación que duró 9 años, ha descubierto que la Iglesia Católica irlandesa conocía el abuso sexual extendido al que fueron sometidos 35.000 niños entre los años 50 y los 80 por sacerdotes. El cardenal Sean Brady dijo estar “profundamente apenado y avergonzado por el hecho de que estos niños sufrieran de manera tan horrorosa”.[1]

Fidel Castro admitió, recientemente haber reprimido a la población homosexual ¿Y…? Lo mismos ha sucedido con estructuras como la SS, la KGB o la CIA. Pero sus prácticas necrófilas son suficientemente conocidas cuando algún escándalo se hace público; mientras tanto, los crímenes son considerados “clasificados”, “secretos de Estado” o “codificados”. Lo importante es que estos vejámenes son cometidos por simples ciudadanos, que hacen ejercicio de su investidura de privilegios (y como dice Violeta Parra: Miren como se olvidan/ que son mortales …).

Existe otro tipo de crímenes, sobre los que ciernen cortinas de humo. El engaño, por ejemplo. Todos sabemos que las armas de destrucción masiva en Iraq nunca existieron. Para la aprobación del TLC de Estados Unidos con Costa Rica se le dijo a la población costarricense que aumentaría el empleo; el último Informe del Estado de la Nación indica lo contrario y estima que aumentó la pobreza. Pero sí hay helicópteros militares estadounidenses que surcan “el límpido azul”.

Actualmente existe una campaña publicitaria en los buses para la aprobación del proyecto minero en Crucitas, donde se le insinúa a la población que si el proyecto no se aprueba no tendrán teléfonos celulares por falta de minerales, o que el cianuro no es malo porque incluso la yuca contiene cianuro. (Mentiras que ganan juicios/ tan sumarios que envilecen/ el cristal de los acuarios/ de los peces de ciudad/ que mordieron el anzuelo … dice J. Sabina).

Otros crímenes de lesa humanidad, donde media la ambición económica no son menos atroces; y, generalmente, los abusivos que cometen tales barbaries quedan impunes, como el caso de los derramamientos de petróleo. ¿Recuerdan Chernóbil? O, por ejemplo, ¿quién repara el daño permanente —psicológico, emocional y físico— que les queda a los mineros atrapados por meses en Chile?

Los empresarios sabían que la explotación de metales era un peligro grave para los obreros, sin embargo reabrieron el proyecto. No hay duda que su rescate fue exitoso -¡Bien por todos!; sin embargo, sabemos que constantemente mueren mineros atrapados en las cavernas, lo cual no significa que tengamos que aplaudir la minería a cielo abierto. Miren como se olvidan/ que son mortales …

¿Enfermedad o barbarie?

También, recientemente se dio a conocer, por parte de la historiadora médica Susan M. Reverby, profesora de Estudios de la Mujer y de Género de la Universidad de Wellesley, Massachusetts, que miles de guatemaltecos fueron infectados deliberadamente con sífilis entre 1946 y 1948.

Dicen los noticieros que un equipo médico del gobierno estadunidense realizó un "experimento humano" en el cual se infectó con bacterias de sífilis y gonorrea a prisioneros, soldados y hasta enfermos mentales con el objetivo de analizar los efectos de la penicilina para tratar estas enfermedades. El vocero presidencial, Robert Gibbs, calificó esto como "trágico y reprensible".

Un artículo de David Brooks, en este portal: Lesa humanidad: EEUU infectó con gonorrea y sífilis a guatemaltecos dice que el presidente Barack Obama se comunicó personalmente con su homólogo de Guatemala, Álvaro Colom, tarde para expresar su "lamento profundo" en torno a la investigación realizada por el Servicio de Salud Pública de Estados Unidos, según comunicado la Casa Blanca.

Obama "extendió una disculpa a todos los afectados" y reafirmó el compromiso de Estados Unidos de asegurar que toda investigación médica actual cumpla con normas legales y éticas internacionales y subrayó "el profundo respeto para el pueblo de Guatemala y la importancia de nuestra relación bilateral".[2]

No dudo que el Sr. Obama se conmoviera por lo sucedido puesto que como persona no tiene responsabilidad alguna, ni siquiera había nacido cuando tales barbaries (nace el 4 de agosto de 1961). La estructura que representa sí es la responsable. En esta perversión se entretejen varios factores interesantes. Uno es que los acontecimientos ocurren un año después de terminada la Segunda Guerra Mundial; otro, que es bien sabido que los nazis hacían experimentos médicos con judíos en los campos de concentración. Los estadounidenses combatieron contra los nazis.

Curiosamente los experimentos son una acción de la Secretaría de Salud Pública de Estados Unidos a través de la mano del médico John Cutler, quien según Wikipedia: también participó en otra experimentación con seres humanos, en el llamado "Experimento Tuskegee entre población afroamericana estadounidense.

Precisamente, la información respecto al experimento en Guatemala, se descubrió en los archivos del caso Tuskegee. Se calcula que más de mil quinientas personas fueron infectadas. La profesora de historia médica Susan Reverby, del Wellesley College, descubrió archivos del difunto doctor John Cutler, cuyos resultados de la investigación aparentemente nunca fueron publicados.

Al parecer, la investigación fue financiada con una beca de los Institutos Nacionales de Salud a la Oficina Sanitaria Panamericana, hoy conocida como la Organización Panamericana de la Salud. Digo curiosamente porque esta vez los abusivos que cometen la infección pertenecen a la Secretaría de Salud Pública del país norteño.

Es decir, se mata de igual manera en nombre de dios que de la ciencia; del partido, de la patria o de la ideología. Ahora solo queda pedir perdón porque, en este caso, los que verdaderamente tienen que perdonar habrán muerto todos sin saber nunca qué les sucedió, y para ellos la justicia no solo ha sido ciega, sino sorda, muda e inválida.

¿Qué diferencia hay entre los experimentos cometidos en Auschwitz, por Eduard Wirths y los de John Cutler en Guatemala? Miren como se olvidan/ que son mortales

[1] 30.00 niños abusados (21-01-2010).

[2] Artículo de Brooks (05-10-2010).

*Poeta y narrador.
 

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