Duelo por Marcos Portnoy. – LAS DOS MÁSCARAS DEL TEATRO LLORAN

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

Bruselas, junio de 2007. Portnoy formó parte de la corriente de intelectuales que conciben la creación vinculada a la realidad, y sobre todo a los proyectos que buscan transformarla. Por esos años de Guerra fría y de Ley de defensa de la democracia, sus escritos y su militancia comunista le cuestan amenazas de utilizar su nacimiento en Perú para privarlo de derechos en Chile.

Poco antes, cuando en mayo de 1945 grupos de jóvenes habían salido al Parque Italia de Valparaíso a festejar la victoria de los aliados en la guerra, gritando “Los soldados de Stalin entraron a Berlín”, había conocido a Graciela, una hermosa manifestante, con la que compartirá más de 60 años de vida y fundarían una familia donde nacerán Boris y Berta.

El futuro director de teatro cursó Humanidades en el liceo Eduardo de la Barra y se tituló de abogado en la Escuela de Derecho de la Universidad de Chile de Valparaíso. Sin embargo ejerce poco tiempo su profesión de jurista. Su pasión son el cine y el teatro. Los estudia con tal entusiasmo que alcanza el rango de uno de los mejores especialistas. Varios periódicos y la radio Sociedad Nacional de Minería reconocen su talento literario y la calidad de sus artículos.

Con Graciela, también abogada, y con otros, Marcos trabaja por dotar a Valparaíso de una verdadera dramaturgia, abierta a los grandes escritores, como Antón Chéjov, Sam uel Beckett o Bertold Brech, y a los nuevos talentos chilenos, entre los que cabe citar a Jorge Díaz, Alejandro Sieveking y el propio Portnoy. El movimiento artístico independiente, del que formaba parte, se reúne con otras compañías para formar en 1953 la Agrupación Teatral Valparaíso, ATEVA, cuyo primer director es Marcos Portnoy, entonces un joven de 26 años.

Allí se dan cursos de actuación, trabajo de la voz, escenografía, expresión corporal, esgrima e historia del teatro, por lo general en horarios vespertinos, y se prepara el montaje de obras. Con la pieza Réquiem para un girasol, de Jorge Díaz, ganan el premio Festival de Teatro Independiente en 1957, al tiempo que Silvio Viancos es galardonado mejor actor y Marcos Portnoy el mejor director.

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El futuro director de teatro cursa las humanidades del liceo Eduardo de la Barra y se titula de abogado en la Escuela de Derecho de la Universidad de Chile de Valparaíso. Sin embargo, ejerce poco tiempo su profesión de jurista. Su pasión son el cine y el teatro. Los estudia con tal entusiasmo que alcanza el rango de uno de los mejores especialistas. Varios periódicos y la radio Sociedad Nacional de Minería reconocen su talento literario y la calidad de sus artículos.

ATEVA se consolida con la puesta en escena de una secuencia de obras, que le dan un reconocimiento nacional: Esperando a Godot, de Beckett; Esquina Peligrosa, de J.Priestley; La Noche de los Coroneles, de Portnoy, La Cantante Calva, de Ionesco; El Cepillo de Dientes,m de Díaz y Como en Santiago, de Barros …entre muchas otras. Estas son presentadas en colegios, sindicatos; en salas como la Biblioteca Severín , el Instituto Chileno Francés, o el casino de Viña del Mar.

En tiempos de la Reforma universitaria, en 1968, ATEVA se transforma en el Departamento de Teatro de la Universidad de Chile de Valparaíso, uno de los cinco del Área de Arte y Tecnología, siempre dirigido por Portnoy, que además integra del senado académico.

En paralelo, Marcos interviene en las cuatro c ampañas electorales de Salvador Allende (1952-1958-1964 y1970) y trabaja como periodista de El Siglo, el cotidiano comunista. Allí comenta la actualidad y entrevista varias veces a Neruda. En 1961 viaja a Cuba, a cubrir la revolución , donde entrevista al flamante ministro de Economía Ernesto Guevara.

Además de escribir de arte y política, Marcos se interesa por el deporte, y suele describir en El Siglo los partidos de basketball y fútbol. Hasta sus últimas semanas siguió todos los torneos de fútbol y la suerte (no siempre buena) de los equipos chilenos.

En 1973 Marcos y Graciela se cuentan entre los perseguidos a causa de sus ideas; el allanamiento de su casa en Viña se asemeja a un saqueo en el que se llevan gran parte de los manuscritos de piezas de teatro terminadas o en preparación. Parte importante de su obra se pierde irrecuperablemente. La pareja es detenida un día en el cuartel Silva Palma y amenazada. Deben abandonar todo y buscar refugio en la embajada belga con sus dos hijos.

Iniciar una nueva vida en el exilio, en otro idioma, a los 46 años, es una prueba dura. Arrancada de su medio, la familia pasa las pellejerías de los desterrados, hasta que Graciela consigue trabajo en un equipo de abogados sociales y Marcos da clases en el Conservatorio de la ciudad de Lieja, donde estrena, en 1981, Faut-il des roses blanches pour ma jolie maman? Ambos participan en todas las actividades de solidaridad con Chile, incluyendo las conmemoraciones de los 25 y 30 años del golpe, aniversario a propósito del que escribió un interesante artículo sobre la política cultural del gobierno de la Unidad Popular.

Marcos se mantiene extraordinariamente bien informado en todo lo que atañe a la política y la literatura; es una de las escasas personas que ha leído a prácticamente todos los nuevos escritores (gran admirador de Bolaño) y casi no hay ensayo político que no haya estado en sus manos, confirmando, con modestia, y a veces con una astuta ironía, su estatura intelectual.

Desde 1990 retorna a menudo a Chile para formar parte de jurados de obras de teatro. Finalmente en 1999, la municipalidad de Valparaíso le rinde un homenaje declarándolo “Hijo ilustre” de la ciudad y el alcalde lo condecora en una ceremonia solemne en el Teatro Municipal.

Hace algunos días, cuando partió al hospital, Marcos llevó consigo algunos libros, que los comentó con quienes lo visitamos, pedía que le leyeran los periódicos, y se interesó por el proyecto de asamblea constituyente en Chile. Su último día pidió escuchar el tango Adiós Nonino que compuso Astor Piazzolla en honor a su padre, cerrando con él su vida y dejando una prolifera obra.

La ceremonia fúnebre se efectuó en el crematorio de Uccle, en Bruselas, en la mañana del miércoles 27 de junio.

La obra

Piezas de teatro escritas por Marcos Portnoy

La noche de los coroneles,

Recordando a Beatriz,

Agitación en Villa Feliz,

Pedro, J uan y Diego,

Los próceres.

Faut-il des roses blanches pour ma jolie maman? (Texto francés Chantal Bonnarens)

Publicaciones

Chroniques du jour combattant- Théâtre de la Résistance-Chili. París, 1977

Testimonio sobre Cuba, 1964, Ed. del litoral.

El problema del hombre y el humanismo, 1953 – Ed. J urídica de Chile

(Informaciones sobre Ateva tomadas del artículo de Rodrigo Acevedo publicado en Culturart.

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* Jorge Mágasich, historiador chileno residente en Bélgica.

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