EEUU: Todos los colores… ¿y todo el odio?

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David Brooks*
Estados Unidos cada vez está pintado de más colores y cada vez es menos blanco. Estas tendencias transforman el futuro de este país y provocando temor y furia entre los que perciben que su patria ya no es la que ellos conocían.

Los jóvenes son mucho menos blancos que las generaciones anteriores, lo cual provoca una brecha cultural de enormes implicaciones políticas y sociales, según especialistas que evalúan los primeros datos demográficos del censo nacional de 2010 (habrá mucho más detalle en marzo, cuando se emitan los datos completos sobre la población estadunidense).

El número de blancos menores de 20 años de edad declinó 6 por ciento entre 2000 y 2008, mientras que hispanos, afroestadunidenses y asiáticos representaron 79 por ciento del crecimiento de la población nacional entre 2000 y 2009, reporta el New York Times. Con ello se está generando un cambio dramático en el país, donde los blancos ahora son minoría entre los jóvenes en 10 estados. William Frey, demógrafo de la Institución Brookings comentó al Times que "es una enorme transformación demográfica. Está surgiendo una brecha cultural generacional".

Así, con una generación joven mucho más diversa racial y étnicamente, y con una población blanca de mayor edad, se provocan preguntas sobre si esto creará mayores conflictos políticos, e incluso podría explicar algunas de las situaciones mas tensas en el país. Por ejemplo, resulta que Arizona, epicentro de leyes antimigrantes y racistas, tiene la mayor brecha entre una población joven racialmente diversa y sus generaciones de mayor edad, abrumadoramente blancas: los blancos sólo son 42 por ciento de sus jóvenes, mientras representan 83 de sus residentes mayores de 65 años. Además, la población hispana en Arizona casi se triplicó entre 1990 y el 2009, y ahora representa un tercio de la población estatal.

Dentro de esta diversificación hay aún más diversidad. La generación universitaria actual incluye el grupo más grande de personas de razas mixtas en la historia de Estados Unidos. Uno de cada siete matrimonios es entre parejas de diferentes razas o etnias, reporta el Centro de Investigación Pew. Los estadunidenses multirraciales ahora son uno de los grupos demográficos de mayor crecimiento.

De la población total de 307 millones en 2009, 65.1 por ciento, son blancos; 15.8 por ciento, hispanos/latinos, 12.9 por ciento, afroestadunidenses y 4.6 por ciento son de origen asiático.

Parte del crecimiento de estos sectores no blancos o de razas mixtas es nutrido por los inmigrantes. Según cifras del Instituto de Políticas de Migración, basadas en la Oficina del Censo, la población inmigrante (nacida fuera de Estados Unidos) en 2009 fue de 38.5 millones, o 12.5 por ciento de la población total. De éstos, los inmigrantes mexicanos conformaban casi 30 por ciento, el grupo más grande. Entre los otros principales: filipinos, con 4.5 por ciento, seguidos por indios y chinos con 4.3 por ciento y 3.7 por ciento, respectivamente. Vietnam (3 por ciento), El Salvador (3 por ciento), Corea (2.6) por ciento, Cuba (2.6), Canada (2.1 por ciento) y República Dominicana (2.1) siguen en la fila. Estos 10 países juntos representan 58 por ciento de todos los originarios que viven aquí.

Entre éstos, aproximadamente 11.2 millones son indocumentados, 58 por ciento de ellos mexicanos. El último informe del Centro Hispánico Pew informa que este número permaneció estable a pesar de la crisis económica en este país, aunque no continuó aumentando, como fue su tendencia durante los años anteriores de la crisis justo porque menos mexicanos y centroamericanos, sobre todo, llegaron aquí, y no por alguno éxodo de regreso.

Todo explica en parte la percepción de una "amenaza" al país por sectores ultraconservadores, en su gran mayoría blancos, que sienten que su país se transforma en otro, donde no todos se les parecen y hablan varios idiomas que ellos no entienden, sobre todo español. Una ciudad como Nueva York es percibida como "extranjera" por ellos, pues 40 por ciento de población inmigrante habla más de 200 idiomas, una verdadera torre de Babel. Lo que les preocupa es que esto empieza a ocurrir en un lugar como Arizona y que cambia el panorama del país por todas partes, con consecuencias políticas, culturales y sociales potencialmente dramáticas. O sea, la cara del país es cada vez menos anglosajona y blanca.

Ante ello, no resulta sorprendente que se impulsen leyes parecidas a las de Arizona en por lo menos 14 estados; que existan medidas para establecer el inglés como idioma oficial y también se multipliquen las agrupaciones de supremacía blanca y los crímenes de odio.

Actualmente operan en el país 932 grupos u organizaciones de odio (definidos como los que abogan contra un tipo o raza de gente) entre ellos neo-nazis, del Ku Klux Klan, nacionalistas blancos, skinheads racistas, entre otros, reporta el Centro Jurídico del Sur para los Pobres (SPLC, por sus siglas en inglés), que se dedica a dar seguimiento a este fenómeno. Desde el año 2000, el número de grupos de odio se ha incrementado 54 por ciento, y el SPLC afirma que esto ha sido "nutrido por temores de la inmigración latina y, más recientemente, por la elección del primer presidente afroestadunidense del país, así como por la crisis económica".

En un intento por identificar los estados más tolerantes e intolerantes de la diversidad (raza, de preferencias sexuales, etc.), el Daily Beast evaluó una serie de factores (número de crímenes de odio, leyes estatales, incidentes racistas o antigays, entre otros) para hacer su lista. Entre los mas tolerantes están Wisconsin, como el mejor, seguido por Maryland, Illinois, Pensilvania, Hawai, California, Minnesota, Nueva Jersey, Nueva Hampshire y Nuevo Mexico. Los 10 menos tolerantes fueron, de mal a peor: Alabama, Kentucky, Dakota del Norte, Arizona, Utah, Idaho, Ohio, Nebraska, Kansas, Arkansas y el peor de todos, Wyoming.

Pero la creciente diversidad, se tolere o no, sea bien recibida o tratada como amenaza, es el futuro inevitable de Estados Unidos.

Antes de 2050, según algunos cálculos, éste será un país donde los blancos serán sólo otro grupo más de los que llaman minorías. O sea, las minorías serán mayoría. El mapa nacional va cambiando, cada vez con más color.

*Corresponsal de La Jornada de México en EEUU

 

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