El arte de arras(tr)ar el fondo de la mar

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

Alejado de los ojos de los seres humanos existe un mundo aún desconocido: las misteriosas profundidades del océano. Los biólogos estiman que en ellas viven entre 500.000 y 5.000.000 especies marinas que no han sido descubiertas todavía. Pero los habitantes de las profundidades marinas están en peligro. Los calamares gigantes, las arañas marinas, peces de 150 años y especies aún sin descubrir están amenazados por una de las prácticas pesqueras más destructivas: la «pesca de arrastre de profundidad». /http://archivo.greenpeace.org/oceanos

La pesca de arrastre moviliza pocos gobiernos, pero comienza a mover multitudes. En junio pasado la agencia española de noticias, EFE, señalaba la decepción de algunos de esos gobiernos -Noruega, Costa Rica, Tailandia…- por el fracaso de la petición formalizada en la reunión sobre Océanos y la Ley del Mar (UNICPOLOS) para una moratoria sobre la pesca de arrastre en profundidad en aguas internacionales. Islandia y Japón bloqueraon la propuesta.

Dice el cable de entonces de EFE: «La medida ha sido finalmente reemplazada por una débil recomendación a los Estados para que estos ‘consideren caso por caso, y siempre que haya evidencias científicas, una prohibición interina sobre prácticas destructivas ejercidas por barcos bajo su jurisdicción que actúen en aguas internacionales'».

A la pesca de arrastre se la reputa responsable del 95 por ciento del daño causado a la biodiversidad de las profundidades marinas.

¿Qué es la pesca de arrastre?

fotoPara la organización ciudadana Club del Mar (www.clubdelamar.org/arrastre.htm) la pesca de arrastre es «la pesca menos selectiva que existe, además de ser la más perjudicial para  los fondos marinos; consiste fundamentalmente en una red en forma de calcetín que se remolca desde la embarcación manteniéndola abierta» (…) Destruye los fondos, lugar donde crecen gran cantidad de algas, plantas y otros organismos ya que el arte esta en contacto directo con el fondo marino y cada vez se usan artes que escarban más en el lodo».

La Fundación Océana define la pesca de arrastre «como un un sistema diseñado para capturar las llamadas especies demersales, que viven en relación con el fondo marino -como los langostinos, el camarón y la merluza entre otros-. Utilizando enormes redes de entre 100 y 170 metros de diámetro, arrastra todo lo que encuentra en su trayectoria, incluyendo peces no deseados, esponjas marinas, corales, algas, moluscos, crustáceos, además de un importante número de especies amenazadas como las tortugas marinas (americadelsur.oceana.org).

En febrero de 2004 informaba la BBC (http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/science/newsid_3491000/3491515.stm que en la reunión anual de la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia, más de un millar de científicos -procedentes de 70 países- denunciaron que la pesca de arrastre destruye la vida en grandes áreas del suelo oceánico y los arrecifes coralinos.

Señalan que la pesca de arrastre devasta ecosistemas enteros y convierte segmentos de suelo fértil del océano en desiertos o basureros. «Como pescar con bulldozers… Es una forma de obtener el pescado relativamente fácil e indolora, si no te importa matar toda la vida en el fondo del mar para atrapar un pez».

La pesca de arrastre no es el único método que depreda especies, para usar la terminología de guerra en boga, «colateralmente».

Pesca industrial, redes y mortandad excesiva

fotoSe denomina pesca colateral a los peces que se toman sin pretender hacerlo. El técnico argentino en Gestión Ambiental Cristian Frers sostiene que se estima que representa alrededor de un 25 por ciento del total de la pesca mundial e incluye con frecuencia especies especialmente protegidas, como mamíferos marinos, especies en peligro de extinción, individuos jóvenes demasiado pequeños para comercializarlos, u otras especies de peces sin el valor que se busca. Es común que las especies no deseadas se descarten en el mar o en la costa, cuando ya han perdido la vida.

Varios tipos de aparejos de pesca no son selectivos y suelen capturar pesca no deseada. Entre otros: las redes verticales que, sostenidas por dos embarcaciones, pueden capturar peces jóvenes y mamíferos marinos como los delfines. Los sedales largos capturan aves marinas, tortugas de mar y peces que no se desea comercializar, junto con la pesca que se busca recoger.

Las redes verticales, que capturan a los peces atrapándolos por las agallas pueden atrapar también aves marinas; este tipo de redes, una vez descartadas, pueden seguir capturando y matando animales marinos, en la denominada «pesca fantasma».

Las redes derivantes penden sobre el agua como un telón. Por lo general se unen varias, hasta formar un conjunto de varios kilómetros de longitud. Por medio de la acción combinadas de lastres y flotadores de diversos tipos las redes se mantienen en superficie o bien a una profundidad determinada.

En 1992, la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró una moratoria de toda pesca a gran escala con redes de deriva por tratarse de «práctica destructiva». Las grandes mallas de las redes, que pueden llegar a tener hasta 17 metros de profundidad y 56 kilómetros de largo. Doce países de la Unión Europea, Costa Rica y Argentina son signatarios de la medida.

En altamar -bordeando el límite de las 200 millas- frente a la costa de la Patagonia atlántica era posible ver en las noches de primavera de 2003 las luces de la flota pesquera japonesa, que titilaban como las de una enorme ciudad flotante. No son los únicos depredadores del mar argentino.

«La crisis biológica tiene lugar lo mismo en las latitudes más altas que en las aguas cálidas cercanas a los trópicos» (…) «Las causas son la pesca excesiva y de arrastre, la introducción de fauna ajena, la contaminación y el cambio climático global», se afirma en el informe Diez especies marinas en el borde (de la extinción) elaborado por la Agencia Oceanográfica y Atmosférica Estadounidense (NOAA, por sus siglas en inglés), el Departamento de Pesca de California y los organismos no gubernamentales Conservación Internacional, Vida de Aves Internacional y Unión Mundial por la Conservación, conocido en junio de 2004.

Tres situaciones y una porfía

fotoDominicana. El convenio entre la coreana Daewoo Marine Engineering, la empresa norteamericana Global Trade and Finance y las autoridades de República Dominicana es un ejemplo de la liviandad que persiste en torno del aprovechamiento económico del mar. Dicho acuerdo tiene como propósito «desarrollar actividades de pesca en las aguas costeras de la República Dominicana, así como también en aguas internacionales, utilizando el sistema mixto de pesca».

IDECOOP, la entidad de gobierno que lo suscribió afirma que el país «no hace ningún tipo de inversión económica»; se asegura que los beneficios incluyen la sustitución de la tripulación coreana y vietnamita por pescadores dominicanos, tras un entrenamiento con tecnología de punta.

Serán 10 embarcaciones, dos de ellas para la pesca exclusiva de atún. El acuerdo también contempla la construcción de una planta de procesamiento de pescados y mariscos.

Algunas organizaciones ecologistas y políticos locales piensan que los términos del contrato no son todo lo transparentes que debían y además que no cautelan el futuro de la actividad; algunas de las áreas de pesca son de desove de especies. Corea, por otra parte, ha comenzado a jugar fuerte en la pesca mundial y no siempre se distingue por su acatamiento a las normas de los países frente a los que pescan.

Venezuela. El Instituto Nacional de la Pesca y la Acuicultura estableció una providencia administrativa para regular la pesca de arrastre industrial en el Golfo de Venezuela, decretando un período de veda de algunas especies hasta el 15 de enero de 2005.

En 1997 no se pensaba – al menos eso decían algunos informes oficiales- que la zona estuviera sobreexplotada. Alexandra Jecrois, presidenta del Instituto, explicó «que el Golfo de Venezuela ha registrado -desde 1948- una continua explotación por el sistema de pesca de arrastre industrial (y) se ha decretado este período de veda con la finalidad de proteger los recursos hidrobiológicos y conseguir, a través del tiempo, un aprovechamiento sostenible de los mismos».

En los próximos años, dijo también, «la temporada de veda podría variar de acuerdo a los resultados de la evaluación de los recursos que realice Inapesca, ya que es necesario el estudio de los aspectos técnicos-científicos y socioeconómicos de la pesca de arrastre con la finalidad de asegurar un equilibrio ecológico que garantice la biodiversidad natural».

Chile. No hace mucho se leyó en www.elsur.cl/edicion_hoy/secciones/articulo.php?id=37350 que según el presidente de los trabajadores de la flota arrastrera «es irreponsable señalar que la pesquería de la merluza colapsó porque no hay antecedentes científicos para ello». Además que el arrastre «es el único arte verdaderamente selectivo. De él escapan los pescados que no queremos. Es falso que, como dice el señor Claude, haya 225 especies afectadas. Este arte no provoca descarte».

La reacción se debía a un proyecto impulsado, entre otros por Marcel Claude, de Océana, para restringir la pesca de arrastre.

En defensa del mar

fotoEl biólogo Humberto Maturana, el escritor Patricio Manns, el actor Héctor Noguera, el escritor Pedro Lemebel, el poeta y premio Cervantes Gonzalo Rojas, los pintores Gracia Barros y José Balmes, la actroiz Gloria Laso, el músico Jorge Campos y otras personalidades de la vida chilena forman parte del grupo de adherentes a la iniciativa de Océana que pretende detener la pesca de arrastre.

La campaña forma parte de una serie de actividades que se realizarán durante agosto, y que incluyen debates públicos en cinco ciudades, con el objeto de que la modificación de la Ley de Pesca -un proceso que comenzó en 2000- contemple la supresión del arrastre.

Marcel Claude, Director de Océana para América del Sur y Antártica, señaló que «más de 60 mil pescadores artesanales están condenados a la pobreza, producto de la escasez creciente de recursos pesqueros. En la octava Región, por ejemplo, el 22 por ciento de los pescadores que tienen trabajo vive en la indigencia, y el 63 por ciento en la pobreza. Según las cifras oficiales, los pescadores artesanales pescan más, pero son cada vez más pobres».

En Chile la pesca de arrastre se practica con el objeto de capturar especies como la merluza de cola, merluza común, merluza del sur, orange roughy o guadaña, besugo, congrio dorado, camarón nailon, langostino amarillo, langostino colorado y gamba, entre otras, principalmente entre la III y XII regiones, fuera de las 5 millas náuticas y dentro de la Zona Económica Exclusiva (ZEE) asociada al Archipiélago de Juan Fernández.

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