En la senda del «Mar Muerto»

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

Naciones Unidas ha decidido dedicar el Día Internacional del Medio Ambiente 2004 a llamar la atención sobre el riesgo que corren los océanos y mares del mundo. Así quedó planteado en la carta que difundió el secretario general de la organización, Kofi Annan.

Las cifras no mienten y lo confirman. Los mares y océanos del mundo están cada día más degradados a causa de la contaminación: aguas residuales no tratadas, la polución atmosférica, los vertidos industriales y desechos procedentes de cuencas hidrográficas no controladas. Estos desechos causan, según cifras de Naciones Unidas, la muerte de hasta un millón de aves marinas y de 100.000 mamíferos y tortugas marinos al año.

Es probable que estos problemas no hagan sino aumentar, ya que actualmente más del 40% de la población humana vive a menos de 60 kilómetros de la costa y el porcentaje no deja de crecer.

Lo grave de la situación de los mares se refleja también en la contradicción de que si bien la intensidad de las actividades de pesca comercial aumenta, las capturas mundiales de peces disminuyen. Esto es porque el ritmo a que se pesca, en casi las tres cuartas partes de las poblaciones de peces del mundo, es superior al de su reproducción. Eso nos lleva a que el 75% de los recursos pesqueros mundiales se explotan en exceso o en su máxima capacidad; el 70% de 126 especies de mamíferos marinos están amenazadas; y se están destruyendo rápidamente importantes hábitats de zona costeras.

A ello se suman las prácticas de la pesca industrial tales como el arrastre y el by-catch que generan mayores daños a los ecosistemas marinos. El primero al destruir hábitats y especies que son de muy lenta recuperación -tal como ocurre en la tierra con la tala de los alerces- y el segundo al devolver muertos o moribundos a especies que no son de interés comercial, cifra que bordea el 25% del total de la pesca, según la FAO.

Lo preocupante de la realidad actual de los océanos, es que si  bien en la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sustentable los gobiernos acordaron mantener las poblaciones de peces o restablecer las poblaciones agotadas, el camino que estos mismos siguen trazando va en sentido contrario.

La vida es un frágil equilibrio que requiere el soporte de una diversidad de especies y seres vivos. Reducir esa diversidad es, en concreto, hacer cada vez más frágil la vida en el planeta.

Fuente: Fundación Oceana.

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* Director de Fundación Océana,
Publicado en: www.portaldelpluralismo.cl

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