Entrevista al comandante del ELN Antonio García, sobre imperialismo y el bicentenario de la Independencia

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Revista CEPA*
El comandante Antonio García, uno de los líderes del Ejército de Liberación Nacional (ELN) colombiano, insiste en que el proyecto de nuevo país se debe construir con el conjunto de la sociedad y, en especal con la participación direca de la gente. "Los sectores sociales deben llegar a los escenario donde se toman las definiciones". indicó.

Este año  se conmemoran los 200 años de la primera independencia de Colombia de la corona española. ¿cuales considera son las características de la colonización de hace 200 años y la situación de dependencia actual en Colombia y Latinoamérica?

Las características de la colonización de hace 200 años se formaron en el año 1492, bajo la hegemonía del imperio español, principal fuerza del mundo occidental con una estructura de dominación feudal, en medio de una Europa que iniciaba su tránsito hacia el capitalismo. Podemos decir que los demás reinos europeos estaban subordinados al español.

Si bien todos los demás reinos y poderes europeos, estaban supeditados al imperio español, este no pudo realizar un proceso de acumulación capitalista, pues su estructura económica no se lo permitía, solo fue un saqueador y un comerciante, pues las mercancías que llegaban a América provenían de regiones diferentes a la península ibérica. Las riquezas robadas de América sirvieron para catalizar el capitalismo en formación en el viejo continente. Luego esa burguesía se alió con los siervos campesinos y produjeron las revoluciones burguesas en casi todo Europa, fueron más de tres siglos de transición.

Napoleón es producto de esa realidad, privilegió la alianza de la burguesía con la nobleza feudal y dejó de lado al campesinado y a los trabajadores, y así propició un nuevo equilibrio dominante y le dio paso a la formación de los estados nacionales. Se quebró de esta manera la hegemonía de un solo rey en el mundo occidental y la ocupación de España por Napoleón propició los gritos de independencia, sin guerra de liberación, pues la corona no tenía alientos para enfrentar la guerra contra Francia y la multitud de rebeliones en todo el continente americano; si bien sus ejércitos quedaron sin apoyo, desarrollaron esfuerzos limitados de recuperación del control, pero muy inestables.

Toda América se abrió a un periodo de transición, pero no pudo estabilizar sus procesos emancipadores y en Colombia se vivió lo que se conoció como la patria boba, una confrontación entre quienes querían la independencia total o una supeditación relativa a la corona española, así como también quienes creían que era mejor un modelo centralista y otros federalista, pugnas que impidieron organizar y defender la sociedad que nacía. Se perdieron años valiosos, hasta cuando Napoleón es derrotado y España reorganiza la reconquista en 1816, con Pablo Morillo a la cabeza de los ejércitos. Pero ya ni el Imperio español ni América eran los mismos, y se inicia la fase de las guerras de independencia lideradas por Bolívar. Un gran esfuerzo por construir identidad latinoamericana, que luego del triunfo definitivo en Ayacucho, no pudo prosperar y se impuso la fragmentación cuasi feudal de pequeñas naciones que siguieron manteniendo las estructuras económicas, sociales y políticas del colonialismo. Este período puede decirse que fue una descolonización frustrada.

Hoy, se vive también un proceso de crisis del modelo de dominación imperial, de globalización neoliberal liderada por Estados Unidos, en ese contexto América Latina ha logrado abrir una importante brecha y está colocando una plataforma económica, social, política e ideológica para hacer viable una transición de manera colectiva a una sociedad pos-capitalista, es un proceso no homogéneo, hay diversidad en cada uno de los países, pero de conjunto se ha ido configurando una nueva dinámica que confronta al imperio y ofrece alternativas de futuro. El imperio se resiste a permitir la descolonización y ha organizado la contraofensiva que ya se ha visto, el golpe a Honduras, las bases militares en Colombia, y trata de desestabilizar la región por todos los medios, donde el gobierno de Uribe es el principal aliado de dicha estrategia.


-¿Cómo influyó a finales de los años 80, la caída del muro de Berlín, esto es, el declive de la construcción del llamado socialismo real, en las luchas antiimperialistas de liberación nacional, en Latinoamérica y las expresadas por ejemplo entre otras la Revolución vietnamita y cubana?

El imperialismo norteamericano quedó a sus anchas en el mundo, sin el contrapeso estratégico que de una manera u otra lo ejercía la URSS luego de de Segunda Guerra Mundial. Los modelos del socialismo real de Europa del Este hicieron crisis a finales de la década de los ochenta, no por la caída del muro, este fue un factor simbólico que destapaba lo que ya venía represado y que se reventó con el empantanamiento de Rusia en la guerra contra Afganistán, que sí fue un verdadero catalizador. Pero más que esto, fue la estructura propia de estos procesos con sus carencias de democracia, dependencia económica y política, burocratismo; principalmente ausencia de participación de la población en las definiciones nacionales. Los pilares de la economía que se decía socialista y estatal, no había roto con las formas capitalistas de propiedad y de organización de la producción. Estos temas eran discutidos en los movimientos de liberación nacional, manteníamos estas reflexiones críticas, y el Che con anterioridad lo había expresado con mucha franqueza.

Desde inicios de los años 80, mucho antes de la caída del muro, Estados Unidos colocó en marcha su maquinaria para desestabilizar los países del este europeo. Desde el gobierno norteamericano en cabeza de Reagan, y junto con el Papa Juan Pablo II, impulsan dicha ofensiva. Con perfil claramente guerrerista también se implementa en Latinoamérica para frenar los procesos de liberación en Nicaragua, El Salvador y Guatemala. Fueron los tiempos de la “guerra de baja intensidad” para bloquear y quebrar los procesos de cambio.

Se realiza la agresión frontal contra Nicaragua para quitarle oxígeno a los otros procesos vecinos, y cuando se da el colapso de la URSS, los gringos quedan sin contrapeso político y militar en el mundo. Dicha ofensiva se extiende al plano económico con su modelo neoliberal que se erige como el triunfo definitivo del capitalismo y el fin de la historia.

Los procesos de Centroamérica se van por la vía de la negociación, muchos de dichos acuerdos fueron incumplidos y sus alcances no lograron modificar las situaciones de crisis que habían generado los conflictos. En la misma Nicaragua, al perder las elecciones en 1990, la derecha desbarata lo que la revolución Sandinista había logrado construir, sumiendo a su pueblo en una pobreza, aún peor a la vivida en tiempos de Somoza. En ese tiempo se cree que es difícil resistir a la ofensiva imperialista; de igual manera se vivieron procesos de desmovilización en Colombia, como producto de esta misma valoración. Solo el ELN y las FARC, se mantienen como tal en el continente, además de los Zapatistas, como movimientos insurgentes armados no derrotados y que mantienen una estrategia revolucionaria que busca junto con el movimiento de masas una transformación de las estructuras de injusticia existentes en el caso de Colombia.

Cuba, vivió momentos muy difíciles, pero logró resistir con una estrategia de defensa de la revolución y siguió siendo referente de la lucha revolucionaria en el continente y en el mundo. Hoy su proceso le da continuidad, junto con otros países, a una propuesta de cambio más colectiva y de carácter continental.

– ¿En qué consistió el posible/supuesto giro de la guerra fría – capitalismo vs comunismo después del 11 de septiembre de 2001, en la "guerra contra el terrorismo"?

Existen muchos interrogantes sobre los hechos que ocurrieron el 11 de septiembre, es conocido que los imperios siempre han recurrido a las justificaciones para actuar contra lo que ellos denominan “amenazas”; desde Nerón, pasando por Hitler, Reagan y llegando a Bush hijo. Se realizan acciones que se adjudican supuestos “enemigos”, para actuar contra ellos.

Estados Unidos, por su plataforma energética, es dependiente del petróleo, de los hidrocarburos, de ahí su interés por controlar Asia Central y el Mundo Árabe y su determinación geoestratégica es no permitir fluidez entre los diversos países que pueden configurar un bloque de poder importante en el mundo: Rusia, China, India y los países árabes.

Desde hace años existe una crisis estructural que corroe al imperio, su modelo consumista ha depredado el planeta, el ritmo de explotación de los recursos naturales ha superado la capacidad de reproducción natural, daño que es irreversible; la crisis del dólar como moneda universal; las recurrentes crisis financieras atacan de manera recurrentemente aquí y allá. La globalización neoliberal extendió la miseria por el mundo, concentró y privatizó aún más las riquezas. Al fracasar el neoliberalismo en todos los pueblos del mundo, las sociedades se ven obligadas a buscar otras alternativas. En un mismo tiempo se juntan la crisis de los sistemas de dominación y la lucha de los pueblos.

Mientras Estados Unidos se empecinaba por intervenir en el Centro de Asia, en Latinoamérica se empieza a configurar un proceso de cambio continental, construyendo nuevas plataformas económicas, sociales y políticas que confrontan al neoliberalismo: el ALBA y UNASUR. Es en este marco que se da evolución de la doctrina militar norteamericana, que inicialmente se expresa como “guerra al terrorismo”, para llegar a ser como hoy se plantea: “una guerra global contrainsurgente”, es una confrontación contra toda amenaza a Estados Unidos, sea esta un Estado o una organización insurgente, con claridad está escrita en el documento firmado entre Colombia y Estados Unidos que autoriza las bases militares gringas: su objetivo es responder a todo “lo que amenace la estabilidad democrática de la región”, que en otras palabras significa cualquier cosa que amenace su hegemonía.

Luego del 11 de septiembre, Estados Unidos violó toda legislación internacional, se inventó categorías para evadirla, como es el caso de los “combatientes ilegales”, realizó secuestros, cárceles clandestinas en diversos países del viejo continente y ha desplegado sus Comandos Operativos y sus Flotas para ocupar militarmente el mundo entero, una fuerza militar descomunal. Pese a lo anterior, no ha sido capaz de controlar ni a Irak ni a Afganistán, y el conflicto amenaza a extenderse a un país colosal: Paquistán.

-¿El ELN como ha fundamentado y caracterizado la presencia e injerencia de los imperialismos norteamericano y europeo en el sur del continente Americano, en el orden económico, político, cultural y militar?

Lo que los imperialistas impulsan en el mundo es la recolonización, para saquear los recursos naturales y energéticos, apoderase de los recursos hídricos y la biodiversidad, controlar los mercados e imponer la sobre-explotación de la fuerza de trabajo. Despliegan una ofensiva mediática para imponer los valores culturales de una sociedad consumista que destruye la historia y la cultura de los pueblos.

Por eso vemos en el continente a unos pueblos empujando procesos liberadores y progresistas; que construyen sociedades de transición, hacia mayor democracia, justicia, equidad y una mayor armonía con la naturaleza. Otros países quieren mantener las viejas estructuras de injusticia y dominación, en esta realidad el imperio norteamericano lanza sus ofensivas por la recolonización, por medio de sus planes económicos como los TLC para adueñarse de las principales fuentes de recursos naturales y energéticos, pero también por la vía de los golpes de estado y la amenaza militar. Los países europeos también tienen sus intereses económicos y políticos en el continente, buscan posicionarse para disputar espacios de poder estratégicos que favorezcan su interés.

El proyecto de dominación imperial es integral, por eso lo que vive el continente es un esfuerzo en todos los ámbitos, económico, político, social, militar, ideológico y cultural. Por eso se requiere de otro tipo de estados que se plateen cambios de fondo a estas sociedades. Hoy vemos que los pueblos se sienten más cómodos y a gusto con lo que se viene dando en el continente. Se acabó el mito que solo los burgueses pueden gobernar, ya hay ejemplos concretos donde los propios dirigentes sociales y de izquierda pueden gobernar, y lo hacen mejor que los viejos gobiernos. Ningún gobierno en el mundo ha sido capaz de conformar un gabinete ministerial como lo ha hecho Evo Morales en Bolivia en reciente posesión como Presidente, el 50 por ciento de sus ministros son mujeres, para eso se requiere mucho valor y consecuencia con lo que se predica.

¿Cómo afecta a estos países del sur el modelo de desarrollo impuesto por las potencias mundiales? ¿La crisis de la economía mundial evidenciada en este año con el debacle financiero, predice el derrumbe del capitalismo?

La lucha del pueblo colombiano ha sido tenaz, su capacidad de resistencia ha sido admirable, no han podido doblegarlo. Se cuentan por centenares de miles los asesinatos, incontables masacres, más de 4 millones de desplazados, y aún la resistencia sigue. Nuevas formas de lucha como la Minga indígena y Social se ha convertido en referente de los procesos de convergencia para la construcción de una alternativa nacional, ejemplo de persistencia en la lucha y movilización. La indeclinable lucha de las víctimas contra la impunidad enfila de manera certera su acción contra el estado. La lucha de la insurgencia armada también hace parte de esta lucha de resistencia del pueblo colombiano, sus objetivos son los mismos.

– ¿Cómo analiza el contexto suramericano en el proceso democratizador hoy y la ofensiva desestabilizadora imperialista? ¿El reforzamiento imperialista a Colombia como proyecto de la contrarrevolución?

En Suramérica hoy compiten dos modelos, dos iniciativas, ya no se trata solo de teorías. Las alternativas democratizadoras, entre las que se encuentran Venezuela, Ecuador y Bolivia, en una posición más de avanzada y otros procesos que acompañan a otros niveles los procesos de cambio, pero de conjunto se ha venido creando una conciencia de que es posible otro tipo de sociedades, estos procesos se han extendido con mayor ritmo. De otro lado están los países que quieren eternizar las estructuras de dominación neoliberal supeditadas al dictamen del imperialismo, quienes desarrollan una agenda de desestabilización de los procesos democratizadores. Hoy ya existen otras instituciones internacionales que ponen en interrogación los viejos organismos internacionales como la OEA y el TIAR, se escuchan más las voces de UNASUR, el ALBA o el Consejo de Seguridad Suramericana. De un lado está la defensa de la democracia, la justicia, la equidad, la soberanía nacional y la paz; del otro lado está la expoliación y saqueo de los pueblos, la exclusión y la guerra.

El gobierno de Uribe y la oligarquía colombiana son los principales aliados del imperio norteamericano en sus planes de desestabilización de los procesos democratizadores que vive el continente. La exportación de las fuerzas paramilitares a las fronteras y países vecinos es una de las estrategias que permiten generar escenarios de violencia para justificar cualquier tipo de actuación militar; junto a lo anterior se da la militarización de las fronteras creando estructuras militares de carácter estratégico como acontece con las divisiones del ejército y sus comandos unificados. Colombia es el país que más se adapta al tipo de fuerzas militares y doctrina militar gringa, pues son copia de ellas. Comparativamente son las fuerzas militares más grandes del continente, igualando en tropas a Brasil y cuentan con una flota de helicópteros de combate entre las más destacadas del mundo. Pese a eso, tiene el atrevimiento de quejarse por que otros países tratan de acondicionar sus medios defensivos.

Con la descarada aceptación de las bases militares gringas en suelo colombiano, queda clara la dirección que seguirán las operaciones militares, el continente entero queda expuesto a la vigilancia permanente de sus aviones espías que se apoyarán en las bases militares y los 7 aeropuertos internacionales. Lo que acontece en Haití es la muestra de lo que está por venir, pues con el pretexto de llevar ayuda humanitaria a las víctimas del terremoto, realizan la ocupación militar con cerca de 20 mil marines, han dejado claro que su estadía no es por corto tiempo.

¿Para el ELN los destinos de la nación colombiana con este gobierno hacia donde van? ¿qué implicaciones tienen para el país y la región la extensión de los planes de guerra, plan Colombia, Omega, plan Patriota y el incremento de las bases militares gringas con el pretexto de la guerra contra el "narcoterrorismo"?

La nación va para una agudización de la crisis social y humanitaria, y hacia una exportación de la guerra de desestabilización hacia los países vecinos. Pero el continente hoy cuenta con una realidad nueva, pues hay un conjunto de países comprometidos con otro destino para el continente, inspirados en ideales de democracia y justicia social que podrán enfrentar estas pretensiones imperialistas y guerreristas. Los colombianos tenemos que mirar a los países del sur como nuestros aliados naturales y buscar con ellos un futuro común.

Estados Unidos ya no tiene nada que ofrecer a estos pueblos, esa es la historia de un siglo completo de vasallaje gringo. Es el tiempo de construir junto con los países de Latinoamérica una salida de solución política para Colombia, con su acompañamiento y actuar en armonía con el nuevo modelo de democracia que se construye. La paz de Colombia hace parte de la lucha por la paz en el continente.

-¿Después de los intentos de negociación política, desde el año 2000, de las fuerzas revolucionarias e insurgentes, FARC Y ELN, en el Caguán, Caracas, Habana Cuba, con los gobiernos de Pastrana y ahora con Uribe Vélez, si es lógica, sustentable y viable esa posibilidad, en qué consiste, cual es la propuesta y el papel de los sectores sociales?

La búsqueda de la paz sigue siendo válida y necesaria, una paz con dignidad y que construya soluciones evitando el derramamiento de sangre es lo más elemental del mundo. Pero eso no lo han visto así los gobiernos, pues para ellos el conflicto interno es producto de la acción de unos locos que hay que exterminar, sin importar las causas que lo originaron, por eso siempre han buscado y siguen buscando el desarme y la desmovilización de la insurgencia. Para el ELN una paz es viable si está sustentada en la posibilidad real de transitar a una sociedad más democrática, que viabilice transformaciones sociales estructurales para hacer de Colombia un país más justo y soberano, para ofrecerles a sus gentes mayor bienestar y felicidad. Dentro de esta óptica el ELN siempre estará dispuesto a trabajar por ella.

La construcción de la paz debe ser un esfuerzo de todos los colombianos, sobre todo de los sectores sociales y marginados de Colombia. Un proceso de paz no es solo unas conversaciones entre la insurgencia y el gobierno. Se trata de construir escenarios donde se discutan los grandes problemas del país, donde se analicen sus dolores y donde se construyan propuestas de carácter colectivo y nacional.

La política en Colombia está congelada, el parlamento no discute los problemas del país, sino que se preocupa por esquivarlos y perpetuar unos intereses de las clases dominantes. Un proceso de paz debe rescatar la política, los debates para el pueblo, para las mayorías y desde ahí construir salidas para la crisis del país. Desde la solución política existe la posibilidad de construir reivindicación para toda la sociedad.

¿Para el ELN en las actuales condiciones cual es el proyecto de cambio, el país que propone? ¿Cuáles son los alcances de revolución a la que se aspira? ¿Cómo ve el ELN el proceso de unidad de las fuerzas de izquierda?

Para el ELN el proyecto de nuevo país se construye con el conjunto de la sociedad, generando escenarios de debate democrático y con la participación directa de la gente. La sociedad debe ser escuchada, ella misma debe llevar su voz, no podemos seguir con democracias representativas, y debe superarse el monopolio que la clase política hace del ejercicio de gobernar, los sectores sociales deben llegar a los escenarios donde se toman las definiciones. El ELN le apuesta a ayudar a construir estos escenarios y a ellos llevaremos nuestras ideas o propuestas, estamos seguros que coincidimos con elementos programáticos que casi todos los movimientos sociales han defendido y construido a lo largo de décadas de luchas.

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