España suma problemas y riesgos de esciciones

Por lo visto los españoles están dispuestos a dar por cierto que “ni las desgracias ni las malas noticias, vienen solas”. Cuando la crisis los golpea por los cuatro costados, ahora, el riesgo de una grave escisión llama a su puerta. Cataluña tiene 7,5 millones de habitantes y usa idioma propio. Los catalanes tienen un alto grado de autonomía y un fuerte sentimiento nacionalista de su terruño. Cataluña, si bien pierde fuerza, sigue aportando cerca del 20% del PBI de toda España y -en medio de esta crisis- tiene una deuda de 43 mil millones de euros. Obviamente alegan que gran responsabilidad de la misma la tienen los gobiernos madrileños. Por eso, el pasado 11 de setiembre, los catalanes salieron a la calle para protestar y reclamar por su independencia. Según la policía eran 1 millón y medio; 2 millones, según los organizadores.

Montado en esa gigantesca movilización el jefe de la región fue a Madrid para pedir apoyo. Quería dinero y autonomía tributaria (como ya la tiene la región vasca). Como en la ronda infantil “piden queso y le dan hueso”. Volvió con las manos vacías. A la salida dijo “queremos estar en la Unión Europea y en el euro (…) con España ya se verá”. Para acompañar con hechos esas palabras, en la Conferencia de Prensa que dio -en la sede del gobierno catalán en Madrid- flameaban las banderas de la Unión Europea y Cataluña, la de España brillaba por su ausencia. Según las encuestas, en un referéndum, más del 51% votaría a favor de la independencia. A pesar de todo esto es muy difícil que “la sangre llegue al río”. De todas maneras esta situación fortalece la vocación de independencia que tienen los vascos, donde un partido de la izquierda independista –bildu- triunfó en recientes elecciones locales. A las desventuras que ya tiene el Rey Juan Carlos se le agrega que ya no le alcanzan alambres para mantener atada la unidad española.

Juan Guahán