Estados Unidos/México. – »MI CASA ES SU CASA»

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

Quién creería que al comenzar su gestión, Fox se consideraba tan amigo del presidente Bush, y fue frecuente huésped del rancho Crawford en Texas. “Mi casa es su casa”, solía decirle Bush, con funambulesco acento gringo. Y Fox se lo tomó muy en serio. Y sacó muchas ventajas. Muy especialmente en el eterno tema de la migración de mexicanos a EEUU, un caso que existe aun desde antes de la existencia de ambos países como naciones establecidas e independientes.

Me refiero a ciertos desplazados de la expedición de Hernán Cortés, que emigraron buscando nuevas tierras y huyendo de conflictos que ya centellaban en el cielo mexicano. Esos primeros colonizadores de raíz hispánica fueron la base de la raza chicana, que, de California a Florida, pasando por Chicago, son hoy una comunidad vital y parte importante de la primera minoría del total de la población de EEUUque ya apunta a los 40 millones en una población de poco más de 300 millones.

Bush consideraba a Fox su mejor aliado al sur del río Grande, y probable apoyo para la creación de un mercado común con Latinoamérica.

Fox cumplió bien su alianza con Bush; por ejemplo en la lucha contra las mafias de la droga, con alto costo en vidas para los policías mexicanos. También cumplió en el tema de promover el ALCA, la zona de libre comercio tal como la propone Wáshington y que está encontrando resistencia en amplios sectores latinoamericanos.

En el tema de la migración, Fox logró algunas aperturas para la migración mexicana. Pero ello no cayó bien en sectores conservadores recargados de xenofobia y otros prejuicios. La migración mexicana y de otros países latinoamericanos es considerada mano de obra barata, que muchas empresas agropecuarias y de otras industrias, realmente necesitan.

En muchos casos, los migrantes, otrora llamados los «espaldas mojadas» (wetbacks), hacen los trabajos que los estadounidenses rehusan por muy duros o muy sucios, cochinos o disminuidos. Es el mismo cuadro que enfrentaron millones de inmigrantes europeos y asiáticos en las distintas épocas de construcción de la superpotencia. Todos buscando el sueño del modo de vida americano, una utopía que, eventualmente, se puede convertir en una pesadilla.

Los prejuicios de hoy, alentados por paranoicos sectores racistas, temen que la migración mexicana encubra las operaciones de los narcotraficantes o, en peor instancia, de terroristas de grupos que han proclamado su intención de destruir a Estados Unidos.

Bush ha promovido la idea de los trabajadores invitados, copia del sistema de la Alemania de la reconstrucción de post-II Guerra Mundial, el sistema de trabajadores invitados (gastararbeiter), que sería aceptar fuerza de trabajo por un período limitado. fotoLos trabajadores después de ganar su dinero retornarían a su país de origen.

No muchos consideran viable esta idea de Bush. Mientras tanto, para vigilar la frontera con México, piensa hacerlo con miles de soldados. Peligrosa chispa que amenaza al país de Pancho Villa y Emiliano Zapata, celebres personajes históricos con quienes Fox sólo tiene en común los densos bigotes.

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Periodista. Publicado en el periódico digital Por la libre el 17 de mayo de 2006.

www.porlalibre.org.

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