Festivales. – LA »CHECHU», EL MODISTO Y EL LADRÓN

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

Recatada, la Chechu Bolocco declaró: “Estuve supervisando que se no se me vea nada. Es sólo un poco audaz”. Está claro, el ‘colaless’, la pancita con la minitanquita, el ombliguito al aire, la piernitas al desnudo… es nada. Perdón, todo está envuelto como en un celofán transparente. Pronta para un regalo y a tono con la última moda de ciertos aparatos electrónicos que dejan ver todos los chips que hay adentro y las lucecitas que funcionan.

En el caso de la Bolocco las lucecitas son las esperanzas que laten en su corazón para cautivar la audiencia y tener buen «caché» a la hora de tratar algún contrato. ¿Pero será así? Ella tiene una fortuna de cien millones de dólares (dicen) y heredará del marido –Carlos Saúl Menem, cuando este pasa a mejor vida– una mucho más sustanciosa de, dicen también las malas lenguas, hasta 10 mil millones , siempre de dólare. Por lo tanto, problemas económicos no debe tener en el breve plazo.

¿Entonces?

Las razones pueden ser varias y tenemos que admitir que el hombre y la mujer especialmente, cuando hacen algo, por algo será. Veamos:

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1º) La Bolocco, quiere demostrar a todos sus «fans» que aún está viva a pesar de tener un marido casi “muerto” o, en la práctica separado/juntito. Pero en lo que se refiere a las formalidades legales aún están juntos. Tiene hambre de diversión, se siente viva y lo demuestra a los gritos…ejem… y escasa de equipaje. O de ropa.

Esto es como tener un carnaval personal y propio en tiempo de carnaval. Es un impulso el resurgir después de todos los días monótonos de una vida contenida al servicio de los buenos modales y las formas educadas a las cuales debe atenerse por protocolo.

2º) El marido, Carlos Menem, aún separado pero juntito, como gran estratega que es, le dice a la Chechu que se exhiba, que haga algo extraordinario, porque corren tiempos electorales y él anda escaso de notoriedad. Precisa encantar a sus electores, mostrar que aún tiene pólvora. El recado es: si puede él (Menem) manejar una mujer tan exuberante y atrevida, bien puede tomar decisiones políticas importantes. En fin, se trata del viejo truco de engañar al electorado. Como siempre.

Sólo que en este sentido Menem no tiene el mismo apoyo que tuvo en otros tiempos, cuando con una sonrisa deslumbraba a las masas muy entregadas a sus encantos. Ahora, nuevos tiempos, se trata de obedecer las órdenes de un conglomerado económico que fracciona las decisiones del electorado en tantos pequeños representantes de una corriente política como sea necesario para después aglutinarlos y sacar mayor rédito como opositor. Sabiendo que todo está perdido, no le queda otra solución: unirse a los «hermanos» de la derecha y ser muchos para ampliar el frente.

Nadie es más inteligente de la derecha política. Nadie sabe diseñar estrategias tan completas y complejas para que a largo plazo las decisiones tomadas acaben llevando agua ganadoras al propio molino.

Los planificadores de las estrategias electorales deciden determinar el tono que personalizará las campañas. Las alternativas serán derecha contra izquierda; democracia contra dictadura o nacionalismo contra globalización, etc. Los mismos estrategas saben que el elector hoy en día vota por impulso, simplemente obedeciendo la racional irracionalidad de un «show» televisivo, lleno de efectos y de serpentinas de colores, de risotadas complacientes y tendientes a ganarse los favores del público. Como el vestido transparente de la Bolocco.

La única salvación que le queda al votante es tener un buen montón de conocimiento para discernir y poder huir de las trampas con tanto cuidado preparadas. Solo la inocencia salva la pureza. Todos elogiaban el vestido de Rubén Campos, pero, como en el cuento del rey desnudo, dos chicos de tres y cinco añitos, al ver a la Bolocco en aquellas condiciones uno de ellos, el de cinco anos, le dice a la madre: “Mira, mami… la ¡Chechu está desnuda!”.

“No –acota el otro de tres–: “¡Está mostrando el culo!”. Tremenda esta nueva generación.

Por lo tanto, “the dollar is the dollar” y, en este caso, hay muchísimos en juego. Así que Chechu, puedes mostrar tus piernas, tu culo y cuánta otra parte te convenga, porqué el encanto que despertarás en los bol… de siempre se traducirá en un juego económico muy rentable para tí y tu futura dinastía.

¡Amen! Dijo el cura mirando de reojo la Chechu llena de formas pasar debajo de su nariz.

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Periodista. Director de la revista digital www.losbuenosvecinos.com.ar.

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